III

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25 de Abril.

01:11 AM.

La cabeza le dolía y podía sentir algo húmedo bajo la misma, estaba aturdido y el resto de sus extremidades estaban paralizadas por un peso externo. El ruido de algo burbujeando cómo agua a punto de ebullición lo obligó a abrir los ojos con algo de dificultad.

Rubio.

Fue lo primero que vino a su mente viendo el cabello casi blanco de lo que sea que estuviese sobre él, el ruido provenía de ahí, del cuerpo contrario a una temperatura ridículamente caliente, podía sentirlo sobre su ropa y sobre la piel que empezaba a arder bajo el contacto.

—Ah, duele.—Tocó a penas con los dedos el dorso de su cráneo sintiendo la sangre tibia y la punzada de dolor en el resto de la nuca.

Aún con la mano teñida de su sangre se quitó el cuerpo inconsciente de encima con algo de dificultad y se levantó tambaleándose todavía, alejándose lo suficiente como para sentirse menos en peligro.

—¿Qué cosa eres?—Susurró viéndolo sobre el suelo con el corazón latiendole asustado.

Tenía los ojos cerrados y parecía respirar con mucha rapidez, como si estuviera fatigado, su cuerpo estaba sudando pero así como brotaban las gotas de líquido también se evaporaban al segundo debido a la temperatura que parecía tener, no estaba desnudo pero tampoco parecía tener ropa. Su cuerpo estaba completamente cubierto por una especie de piel de lija brillante.

Heeseung miro al suelo notando las marcas sobre este, parecía haber caído completamente indefenso pero de lo que sea que estuviese cubierto había destrozado todo el material bajo sus pies a su paso e incluso tocandolo con los dedos quemaba.

Luego se palmeó todo el cuerpo para asegurarse de que su único problema era un cráneo sangrante. No, en realidad tenía las piernas tan raspadas que podía ver mucho tejido ensangrentado colgando de ellas. Sin embargo, la impresión era tanta que solo podía sentir pequeñas punzadas de agujas sobre estas.

Se sobresaltó cuando la puerta de la azotea se abrió de par en par.

El rubio recién llegado se frotó los ojos con fuerza.

—Heeseung dime que lo que tienes en las piernas es producto de mi imaginación.—No hubo respuesta de quién segundos después se desmayó.

Jaeyun caminó hasta el más alto con lentitud tocándole la espalda y evitando mancharse de sangre o de otro modo vomitaria. Un resplandor del lado contrario lo distrajo evidenciando la presencia del otro individuo brillante, privándolo del susto.

—¿¡Que mierda!?

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—Editado.

光る (𝐇𝐈𝐊𝐀𝐑𝐔) I | heesun os.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora