VIII

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24 de Noviembre.

—¡Heeseung-hyung!

En cuánto el castaño ya algo desteñido entró por la puerta el menor se zafó de todos los tubos y catéteres pegados a su cuerpo, haciendo un desastre en el proceso.

—¡No!- Mierda Heeseung, te dije que avisaras.—Dijo Sunghoon con fastidio mirando el desastre y los materiales nuevos esterilizados que había cambiado recién hace unos minutos, contaminados.

—Lo siento, perdí la señal y el texto nunca te llegó.—Mencionó cargando a Sunoo por la parte de atrás de los muslos para sentarlo sobre la mesada de la cocina ajena.

Un minuto pasó y el célular de Sunghoon timbró.

—Ves, ahí está mi mensaje.—Sonrió.

El pálido viró los ojos.

—Heeseung-hyung, ¿Ya podemos volver a casa?—Preguntó el más bajo meciendo los pies en el aire mientras el más alto le acariciaba las mejillas.

Compartió una mirada con el azabache mayor quién le negó efusivamente.

—Yo.. creo que debemos esperar más, bonito.—Sunoo automáticamente borró su sonrisa del rostro y solo asintió intentando bajarse del lugar, en vano, pues el cuerpo de su novio estaba impidiendole el paso.

Lee volvió a mirar a Sunghoon y respiró profundo antes de hablar.

—Pero, si quieres podemos salir un rato por la noche a ver las estrellas, ¿Qué te parece?—Dijo recibiendo un abrazo del contrario en respuesta.

Del otro lado de la habitación Park quiso estampar la cabeza contra la pared negando de nuevo, buscando la atención del mayor, quien simplemente lo miró y le sonrió con pena mientras volvía a alzar al bajito.

.

—¿Heeseung-hyung?

—¿Umh?

—¿Está despierto?—El mayor se mordió los labios para evitar sonreír aún con los ojos cerrados.

—No.

—Ah, está bien.—Sintió cómo a su lado el pálido volvía a acomodarse boca arriba mirando las estrellas.

Se rió.

—Si estoy despierto, Sun. De otra forma no habría podido responder, ¿Qué pasa?.—Giró la cabeza para poder enfocarlo mejor encontrandolo con los ojos llorosos.

—Lamento mucho todo, no era mi intención, yo-

Heeseung no tenía idea de lo que hablaba pero si primer instinto fué sentarse y pedirle que se acercara para abrazarlo. Sunoo no quiso.

—¿De qué hablas?.

—Yo cometí un error al venir aquí, no es mi lugar, lo siento mucho por es.—Se vió obligado a detenerse cuando el castaño empezó a negar.

—Nl fué un error, Sunoo. No hables así, estoy feliz de que hayas venido yo te...

—¡Es que usted no entiende!—El grito provocó que los focos sobre la azotea en la que se conocieron por primera vez, fallaran.

» Mi madre falleció cuando mi alma ya había entrado a mi cuerpo durante el embarazo, ese evento causado sin predicción alguna provocó que nunca llegara a este mundo de manera natural como cualquier humano. Tuve que ver cómo la otra mitad de mí, crecía sobre el suelo terrestre, como se desarrollaba, conseguía amigos, reía y sufría sin mí, sin tener la mínima oportunidad de conocerme. Y lo que era más doloroso, sin necesitarme, no podía dejar la nebulosa si mi madre predestinada había fallecido y era mi última vida, estaba condenado a verte volver al firmamento para unirte con alguien más y hacerte polvo.«

Heeseung se mantuvo en silencio prestando atención.

» Entonces lo único que me quedaría sería volver a la tierra a tener mi última vida siendo un humano infeliz solo para regresar y desaparecer junto a otro cuerpo celeste sin más. Así qué le hice una promesa a Vega, o más bien le ofrecí un sacrificio. Me enviaría contigo si cuando falleciera te llevaba conmigo, pero no sabía cuántos años tenías en realidad, el tiempo pasa distinto en la tierra y yo no podía saber que eras tan joven, así que acepté.

La piel del mayor se erizó viéndolo a los ojos, de pronto algo dentro de su corazón se sintió mínimamente traicionado aunque quisiera pensar que todo estaba bien y que en realidad no le molestaba la idea de morir con él.

—Hey, Sunoo. Está bien, dices que debemos volver ambos para poder poder unirnos, ¿No es así?, No pasa nada. Quiero ir contigo.—A pesar de haberlo dicho en el tono más suave que encontró el pálido no dejo de llorar.

—El problema es, Hyung, qué no me queda mucho tiempo de vida. Me cuesta cada vez más respirar y mi cuerpo no es capaz de mantenerse con las cosas medicinales que utiliza Sunghoon en mí. En realidad, no funcionan, conservo las memorias a medias de mis vidas pasadas porque mi alma no fué limpiada antes de venir, cargo con todos los años que viví contigo antes pero tú no. Te irás conmigo conservando la experiencia de los únicos años que viviste. Yo te arrebaté la oportunidad de vivir una vida feliz y plena por el egoísmo.

Finalmente el trigueño no supo que responder. Sunoo estaba deteriorándose y se lo llevaría con él sin haber vivido ninguna de las cosas que siempre había querido hacer. Pero, aunque le hubiese gustado molestarse, ya no había vuelta atrás y aunque si alma hubiese Sido limpiada antes de nacer o lo que sea, su corazón sentía y latía por Sunoo desde el segundo en que esa estrella fugaz pasó sobre él.

Porque Heeseung sabía que algo había llegado al mundo y ese algo le pertenecía.

Se movió más cerca del azabache tomando su cara incluso cuando el contrario intentó alejarlo en vano, acarició sus mejillas secando las lágrimas que corrían todavía por sus mejillas y lo obligó a mirarlo.

Tú y yo pertenecemos a una misma alma, Sunoo. Sin tí no habría podido darle un final a mí vida como el cosmos lo mandó, y aunque este cuerpo que tienes haya venido hace solo un tiempo, mi corazón joven sabe que te pertenece. En esta vida y todas las que vivimos antes, mi amor por tí y el destino que compartimos nada puede cambiarlo, aunque mañana aún con veinte años tenga que partir para siempre.

Solo entonces y por primera vez en siete meses de estar juntos Sunoo inició primero el beso, sintiendo como por dentro le crecía una calidez de tranquilidad que hace mucho tiempo pensó que sería incapaz de volver a sentir.

Sus brazos se aferraron a los hombros de Heeseung atrayendolo a su cuerpo para permitirse subir a su regazo, siendo este su lugar favorito en el mundo. El mayor mantuvo sus manos en la cintura contraria acariciándolo con suavidad notando el calor que parecía emanar. En algún punto aún con los ojos cerrados correspondiendo al beso notó como muy cerca de él parecía haber una luz, segundos después cuando abrió los ojos y cortó el beso, lo notó.

Sunoo seguía muy cerca de su rostro pero ahora tenía los ojos abiertos, su iris era de un azul cielo muy claro casi gris, su cabello era del mismo tono de rubio que antes de todo y su piel era blanca, tan blanca que de ella brotaba una luz como la de la luna cuando está llena.

—Sunoo, tu piel..

—Sucederá pronto, Hyung.—Dijo bajito perdiendo el brillo de a poco y recobrando su imágen usual ante la atenta mirada del más alto.

.

—Editado.

光る (𝐇𝐈𝐊𝐀𝐑𝐔) I | heesun os.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora