光る (𝐇𝐈𝐊𝐀𝐑𝐔) I | heesun os.

V

Dulce. Olía dulce.

Habían flores, flores por todos lados, de muchos colores moviéndose de un lado a otro por la brisa. El sol estaba por meterse en el horizonte y él parecía buscar algo o a alguien.

—¡Heeseung-hyung!—El grito provino de alguien tras de él, con una voz que le hizo acelerar el corazón.

Se giró para encarar a la persona unos centímetros más bajo, su cabello era negro como la noche y sus ojos casi del color del sol. Le sonrió, con la sonrisa más bonita que había visto jamás, derritiendole el alma en cuestión de segundos antes de que su cuerpo se estampara con el contrario.

» Sunoo.

—Lo amo, Hyung.

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—¡Ah!—Todo el cuerpo le tronó en cuanto se levantó, tan fuerte que alertó a las otras tres personas junto a él.

Sintió que el pecho se le quemaba por dentro y sus pulmones con el.

—Heeseung, ¿Estás bien?—Jaeyun estando algo más consciente posó su mano sobre el hombro ajeno intentando mirarlo a la cara.

Estaba llorando.

El castaño no sabía por qué el cúmulo de emociones de pronto estaba cayendo en lágrimas pero tenía tantas, tantas ganas de llorar.

—S-Sunoo...

—¿Eh?

Del otro lado de la habitación el desconocido fué levantado por una luz emanando por debajo de su piel dejando la vista el reflejo de no tener órganos ni nada por dentro más que aquel brillo.

—Sunoo—Volvió a repetir más fuerte.

El cuerpo ahora inerte empezó a brillar más, obligando a los demás, ya algo asustados, a esconderse por detrás de los muebles esperando lo peor.

—¡Sunoo!—Gritó.

El brillo que se extendió por el resto de la casa los cegó y el estallido que le siguió los ensordeció a tal punto de hacerlos sangrar. Fué un resplandor de segundos, no más.

Luego el cuerpo ahora completamente humano cayó en la alfombra.

» Tienes que prometerme que este pacto nos unirá en esta galaxia, en este mundo y las mil vidas que vienen. Debes amarme indiscutiblemente.

.

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—Editado.