Tengo que reconocer que siempre había sentido algo por ella, como si mi corazón se hubiese empeñado en metérmela en mi cabeza , y cada vez que la veía sonreír sentía como mi mundo se paraba. Me quedaba absorto en su mirada. Era la luz que iluminaba el melancólico túnel en el que se había sumido mi vida desde hace mucho tiempo. La ilusión de verla cada amanecer me hacía continuar viviendo, aunque me sintiese muerto por dentro. Era mi estrella blanca. Cuando no estaba quería que parasen el mundo para bajarme, porque toda mi vida giraba en torno al contorno de su sonrisa.
Esa sonrisa que por momentos hacía que me olvidase de mi penosa vida y de este mundo en guerra, de este panorama desalentador en el cual el sol había dejado de brillar. Sentía que renacía cada vez que sus ojos se clavaban en los míos. Cada vez que ponía mi mundo patas arribas con un abrazo, esos pequeños gestos que me hacían sentir tan grande.
Un día me gustaría dejar el mundo medio apagado, dejar mis cartas a media tinta, dejar que mis te quiero sean arrastrados por el viento, perder mi mirada en el horizonte,dejar callar mis gritos en un vacío infinito. Poder olvidarme por un momento de este caos,de todas las lágrimas que han desfilado por mi cara.
Cuantas veces juré morir por mis ideales y ahora solo pretendo vivir por ti.
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Mis noches de insomnio.
Short StorySon noches, noches de insomnio, donde decido coger el boli y un papel y desahogarme, y deshacerme. Surcando folios, recorriendo renglones en busca de lo imposible.