¿Y ahora qué? ¿Cómo comprender los versos de Whitman, los cuadros de Picasso o la música de Holst? ¿Qué sentido tiene todo este absurdo caos sin ti? Qué seré yo sin el caos que me provocas cuando me abrazas..
Hoy no entiendo nada. El arte ha perdido en su plenitud el significado que interpretaba. De qué sirven cientos de poemas que ya solo imploran un poco de paz. Que me devuelvas la calma. De qué sirven imperativos que claman que vuelvas. Cómo voy a hablar de arte en unos versos, de arte en cualesquiera notas.
Arte, arte eras tú.
No lo veo por ninguna parte. Arte eran tus ojos sembrando caóticos versos en silencio, versos silenciados que se escribían en mis pupilas. Y joder, como escribías. Cómo voy a hablar de poesía sin mencionarlos, porque era tu poesía sin medida, tus notas sin compás, lucías incesantemente, y de qué manera, era tu forma de andar, de apartarte el pelo de la cara, de reírte inintencionadamente, de susurrar gemidos, eran tus maneras que me volvían loco.
Arte eran tus labios, tus cuerdas vocales al pronunciar un 'te quiero', tu figura desnuda, cada lunar, cada cabello castaño con el que tanto me gusta jugar.
Y hoy, ¿dónde está todo eso?
Como voy a hablar de algo de lo que no sé, algo que ha perdido su significado, te has perdido, vuelve.Dicen que hay personas que forman parte de ti, pero en tu caso no es así. Tú no eres parte de mí, eres mi verdadero yo. La única capaz de hacerme feliz. Cuántas veces me hartaré de escribir, espero algún día dejar de hacer algo que se me da tan mal. Aunque tampoco sé que se me da bien, nunca he destacado en nada. Aún así quise ser el mejor en quererte, y vaya que si gané, y sigo ganando. Quizás son mis malas formas de hacerlo, o cagarla constantemente, o simplemente soy un puto inútil que nunca te ha merecido; cosa más que probable.
Tan sólo quería que no te fueras, era lo único que quería. Te lo pedía en cada poema, en cada beso, en cada abrazo, en cada caricia, cada vez que te tenía bajo las sabanas, o sobre mí, siempre te lo he pedido. Y aun así te fuiste, te fuiste de mis poemas, de mis abrazos, de mis gemidos.. y ahora ya no queda nada de lo anterior. Has arrasado, y de qué forma.
Sé que todo ésto es por culpa mía, pero te echo de menos.
Hoy, ya no quiero escribir, ojalá no escribir jamás, reniego. Pero jamás de ti.Que tus fotos hacían que riese a carcajadas entre orgasmos, no que llorase a cascadas.
Que roto me hallo sumido en donde tus brazos no sucumben al vértigo del vacío infinito. Finito cada segundo afilado, al compás de Yann Tiersen y de un reloj que ya no suena, una golondrina que ha dejado de volar, de colgar de tu balcón sus nidos.
Y cuando el sin sentido me invade de esta brutal manera, escribo con ansiedad como un drogadicto consumiendo su diaria dosis, dosis que me entrega falsa calma en mitad de la peor tempestad que jamás pudiste imaginar.un poco de anestesia, por favor.
Al fin y al cabo eso necesito. Anestesia para no sentir el dolor que provoca este mundo sordo, tus labios mudos..
Vivo, desvivo, o malvivo, pero lo hago a mí manera romántica en toda la plenitud de su sentido literario e histórico.Éste es mi desengaño vital.
Aquí lo plasmo.
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Mis noches de insomnio.
Historia CortaSon noches, noches de insomnio, donde decido coger el boli y un papel y desahogarme, y deshacerme. Surcando folios, recorriendo renglones en busca de lo imposible.