Capitulo 11

59 4 0
                                    

-Sabes que nadie te juzgará por darte por vencido ¿Verdad? - preguntó Hermione con una sonrisa traviesa. Llevaba más de dos horas parada con los brazos extendidos en un escalón rodeada de extraños orbes dorados que revoloteaban a su alrededor.

-Blaise Zabinni no se da por vencido- le recordó el moreno dejando sus preciados artilugios sobre una mesa para volviéndose a mirarla.

-Ya, pero...-

-Pero nada Granger, pienso salvar tu bello trasero. Soy el maldito Nicolas Flamel de los 2000- le aseguró mientras se acercaba a ella con dos frascos, uno purpura y el otro esmeralda. -Bébelos, y no vuelvas a herir mi orgullo-

Hermione puso los ojos en blanco mientras los tomaba sin quejarse, había encontrado en Blaise Zabinni una reconfortante amistad en los meses que llevaban trabajando juntos. Él era extrovertido, tenía un excelente y escalofriante humor negro y lo mejor de todo, no la trataba con cuidado o lastima.

-Bien bájate, le daremos tiempo a las pociones a que hagan efecto. Ahí tienes chocolate- dijo mientras comenzaba a revisar las tiras de pergamino que salían de unos de los orbes.

-No gracias, la purpura era realmente asquerosa- se quejó la castaña dejando que su rostro reflejara el mal de estómago que le había causado.

-Oh lo siento ¿Creíste que era una sugerencia? - dijo el moreno llevándose las manos al pecho fingiendo estar conmovido -Chocolates, ahora. Es una orden. Ya, ya, ya. No te quiero desmayada y babeando en los prestigiosos pisos de mi laboratorio- la apuró señalando un frasco con bombones.

Con una pequeña sonrisa tomó una de las golosinas y volvió junto a Blaise para mirar sobre su hombro los pergaminos, había símbolos y palabras que Hermione jamás había visto.

-Vamos, acéptalo, sé que en el fondo- comenzó a decir la chica recibiendo una mirada de amenaza de su amigo- muy muy en el fondo- corrigió -te preocupas por mi-

-Solo si tu aceptas que fantaseas conmigo por las noches- contratacó con una sonrisa seductora, pero la broma duró menos de dos segundos, puesto que puso su atención en algo más -Granger ¿Siempre pierdes tanto cabello? - se asombró observando los hombros de su suéter, tomándola por los hombros la giró para observar varios pelos sueltos pegados en su espalda.

-No, eso es nuevo ¿No te lo había dicho? - dijo confundida -Comenzó hace una o dos semanas, primero era solo un poco, lo normal, pero ahora es todo el tiempo y abundante- pasó una mano por su melena peinándola con los dedos, de ellos colgaron varios puñados de pelo.

-Okey... no mentiré, es alarmante. Los revisaré y veré que podemos inventar. Tal vez solo sea el estrés, la falta de sueño y la mala alimentación- dijo frunciendo el ceño pensando, luego le arrancó unas hebras.

-Ya pero no me quites los que aun están pegados- se quejó Hermione sobándose la nuca.

El moreno sonrió mientras negaba con la cabeza como si ella hubiese dicho una burrada y señaló de nuevo el taburete entre los aros de oro. Luego de media hora unos golpes en la puerta los sacó de su calurosa discusión sobre que anfibio ganaría una batalla si fuesen girantes, si la rana venenosa de fresa o la rana tomate de Madagascar.

-Señor, tiene visitas- dijo un pequeño elfo asomando sus grandes ojos.

-Di que estoy ocupado, que vuelva por la noche o mañana- ordenó Blaise mirando el reloj de su muñeca, aún tenía para rato con los exámenes de Hermione.

-Si serás descarado Zabinni ¿Tu ocupado? - se rio Draco apartando bruscamente la puerta, más su sonrisa desapareció al instante al verlos.

-Que puedo decir amigo, ahora soy famoso- respondió el moreno con alegría -He aquí mi nueva musa - el ambiente era tenso

Resiliencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora