Caminamos por horas hasta que encontramos un gorila. Espera ¿Qué? Esto es una broma, ¿un gorila? en Manhattan. Supongo que fue de los que espaparon de Central Park.
—Mira a tu primo David jajaja, son idénticos –dijo Ruth.
—Muy graciosa greñas, muy graciosa.
Mientras estábamos perdiendo el tiempo el gorila corría hacia nosotros y nos dimos cuenta cuando estaba demasiado cerca, tan cerca que su olor a mono me provocaba nauseas. ¿O esa era Ruth? Nah, era el mono.
Nos separamos para intentar que uno tuviera un mejor tiro.
Ruth disparó la última bala de escopeta y le dio en una pierna.
—¡Buen momento para fallar no! ¡Dispara otra vez! –dije mientras intentaba distraer al primate, pero no tuve éxito.
—¡No tengo más cartuchos!
La vida es muy bonita, pero a veces se pasa de injusta...
—¡Dispararé yo, intenta acercarlo!
Corrió hacia donde yo estaba y en ese momento aproveché para atacar, disparé apuntando a la cabeza y otra vez acerté, bueno... le di en el pecho pero al menos lo maté jeje.
—Uff eso estuvo cerca –dijo ella.
—Ruth. ¿Eso es sangre? –pregunté al ver su pierna derecha herida.
—Solo es un rasguño –dijo mirando la herida para después desmayarse.
Y cayó al suelo la señorita greñas, por suerte no rompió el piso con su cabeza. Upss. Creo que era al revés.
Bueno pues recuerdo que tenía una hemorragia y una herida bastante grande, tuve que contener, desinfectar todo eso y vendarlo después. Fue un problema porque pasamos varios días sin poder movernos y solamente gastando comida hasta que pudiera caminar.
Era el día 66 y la pierna de Ruth estaba parcialmente sana, si no hubiera chocado contra ese coche todo destrozado no hubiéramos perdido casi dos semanas y estaríamos mucho más cerca de la zona de refugiados de Brooklyn. Todo es culpa de mi primo... ¡DIGO! del gorila.
—Mi pierna está mejor, deberíamos empezar a movernos –dijo Ruth mirándome.
—Estamos a cuatro días del puente, si salimos ahora llegaremos antes y podremos curarte mejor la herida –le dije.
Fuimos caminando hasta medio día más o menos y empezamos a conversar para matar el tiempo.
—¿Y que te gusta hacer? ¿Tenías hobbys antes de todos esto? –me preguntó.
—Pues la verdad me gustaba mucho hacer deporte y jugar videojuegos, a veces pasaba tiempo con mis amigos y otras solo veía televisión. ¿Qué te gusta hacer a ti?
—Antes del día cero, solía dibujar, ir a la escuela y ser borde, creo que es lo que mejor se me daba, aunque de vez en cuando leía un poco.
—Sabes, tengo algo que creo que te gustará –dije mientras sacaba el único libro que logré salvar.
—¡Hala! Es Otro Día Siendo Yo siempre quise leerlo. Gracias –dijo mientras me miró con un hermoso brillo en los ojos.
—No agradezcas, somos amigos –dije sonriendo.
—¿Quién dice que somos amigos? Además no sueñes no te lo devolveré –dijo mientras intentó empujarme.
Su pie falló por el dolor de la herida y tuve que aguantarla. Quedó en mis brazos como en una escena de novela de amor y tan solo nos miramos por un momento sin decir una palabra, fue tan hermoso...
—¡Sueltame idiota!
—¡Te ibas a caer mal agradecida!
—Lo preferiría a estar en tus brazos de pervertido.
—Sabes que te encantó, admítelo.
—¡Jmm! Idiota... –dijo torciendo los ojos.
—Mujeres...
Para resumir, pasamos tres días y medio de esto, acampando en edificios abandonados y durmiendo en las camas de gente muerta.
El día 67 recuerdo que nos encontramos con una familia de mapache asesinos. Con sus ojos sanguinarios y sus dientes asesinos, intentaron asesinarnos con sus garras. ¡Eran siete! Terminaron muertos y fueron nuestra cena ese día, una historia más de supervivencia en la ciudad salvaje de Nueva York.
Era la mañana del día 70, salimos de la casa que como de costumbre invadía os para pasar la noche y curiosamente pensé algo.
—¿No te parece raro que el día cero hubieran millones de animales asesinando a toda la población humana y que varios meses después hayan apenas unos cuantos? –dije con intriga.
—Supongo que sí es algo raro, aunque no lo había pensado antes.
—Es como si se hubieran escondido.
—¿Vendrá algo peor que las hordas de animales asesinos?¿O solo estarán preparando otra ofensiva para acabar con los supervivientes de la primera oleada?
—Son muy inteligentes, casi como un humano diría yo, incluso más que algunos jaja.
—Estamos cerca de la base, aún es temprano. Deberíamos descansar. –dijo greñas.
—Está bien, aquella casa parece segura. Déjame entrar y revisarla antes.
Entré a la casa y me encontré con un perro dálmata adulto, bastante grande. Aquí morí –pensé– pero el perro hizo justo como el tigre, me miró e ignoró mi presencia, algo sospechoso la verdad. Pero tuve que matarlo con la penúltima bala que le quedaba a mi arma. No sé que pensaría Ruth si se enterara.
Comimos algo y descansamos una hora o dos y seguimos adelante.
Después de unos pocos kilómetros llegamos al famoso puente de Brooklyn empezamos a cruzarlo y cuando íbamos por la mitad nos vimos en un callejón sin salida, con el río a ambos lados y por delante y por detrás habían cientos de coyotes poseídos por el demonio listos para arrancarnos las entrañas...
Esta vez parecía nuestro fin...
*
*
SI HAS LLEGADO HASTA AQUÍ Y TE GUSTA LA HISTORIA CONSIDERA PUNTUARLA, ASÍ AYUDARÍAS A QUE LLEGUE A MÁS PERSONAS.
GRACIAS POR LEER Y ESPERO QUE LA DISFRUTES.
![](https://img.wattpad.com/cover/340984529-288-k993815.jpg)
ESTÁS LEYENDO
DISRUPCIÓN ©
Khoa học viễn tưởngCuando el planeta se cansó de sufrir y la naturaleza se volvió en nuestra contra. Entonces la humanidad llegó a su fin. Sinopsis: David es un chico que sobrevivió a un apocalipsis en el que los animales se volvieron contra el hombre. Debe intentar s...