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「  EXTERIORES 」

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EXTERIORES

—¿Ir más allá del bosque?

Nereida pasó saliva ante la idea que Rebekah había dejado caer.

Al parecer los hermanos Mikaelson habían decidido que ya iba siendo hora de investigar más a fondo el bosque que rodeaba la cabaña. Querían ver si llevaba a algún pueblo o si daban con algún ser vivo más.

Tras lo sucedido en el bosque, se sentía más que insegura. En consecuencia, durante un tiempo, apenas salió de la cabaña y evitó quedarse sola en ella.

Eso hizo que, últimamente, estuviera más con los Mikaelson. Pues ellos tampoco salían mucho de ese lugar.

Se aficionó a admirar los cuadros que había en los pasillos de la cabaña con Niklaus, a recorrer la biblioteca de la cabaña con Elijah para aprender cosas que desconocía y a conversar con Rebekah sobre temas varios.

También hablaba más por culpa de su nerviosismo.

Y aunque había veces (más de las que le gustaría a la joven) que se sobresaltaba cuando alguno de ellos aparecía sin avisar, estar con ellos fue reconfortante.

—¿Nereida?

La voz del híbrido hizo que perdiera el hilo de sus pensamientos y reaccionara parpadeando un par de veces. Para ella se sentía como aterrizar a la realidad.

Estaban reunidos y repartidos en el gran salón, repartidos en varios sillones, conversando de trivialidades hasta que llegará la hora que habían establecido para comer.

Por eso, la propuesta de Rebekah, era lo último que esperaba la pelirroja.

—Lo siento —carraspeó—. ¿Y si hay otro... emi-no-sé-qué? ¿Y si os hacen daño?

En la mirada de Nereida, brillaba la preocupación e inocencia más sincera que habían visto los hermanos Mikaelson (más si iba dirigida hacia su bienestar). Rebekah rió levemente al oír sus palabras, Elijah apretó los labios para evitar sonreír y Niklaus ladeó la cabeza antes de sonreír con arrogancia y negar.

—La palabra que buscabas era emisarios, señorita Nereida.

—¡Eso! Gracias, Elijah. Pero llámame solo Nereida, por favor, ya sabes que...

—Nereida —la interrumpió, Rebekah—. Apreciamos tu preocupación, pero...

—...Hemos enfrentado enemigos más peligrosos —aseveró Elijah.

—Además, mataré a quién se atreva a desafiarme, amor —sonrió sádico.

—¿Cómo podéis estar seguro? —titubeó inquieta.

—La experiencia respalda nuestras palabras —sonrió arrogante el híbrido.

—En cualquier caso, si decides ir, eres la que más peligra —murmuró Elijah.

Lazos originales » Klaus Mikaelson | ↻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora