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「 PRIORIDADES 」

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PRIORIDADES

La tensión en el ambiente era palpable.

Tras el aviso de Rebekah de que la joven había despertado, sus hermanos fueron a su encuentro. Uno más calmado que el otro. Sin duda alguna, el contraste era digno de apreciar y así lo hizo la pelirroja.

Por un lado, Elijah parecía estar dispuesto a conversar de manera civilizada con ella. Ladeó levemente la cabeza al pensar que, solamente, le faltaba traer un par de tazas de té para corroborar sus intenciones.

Y, por otro lado, estaba Niklaus que se acercaba a ella como si fuera un león recién liberado. Él parecía un depredador y ella su presa. Por eso no se sorprendió cuando volvió a alzarla en el aire, rodeando su cuello con sus manos. Jadeó al notar la frialdad de su piel y se dio cuenta de que está vez, el aire le llegaba bien.

No sólo la fuerza había cambiado, también miraba sus ojos con fijeza, cuando antes ni había reparado en ella.

—¿Qué es lo que sabes de este lugar, amor?

No sabía porque antes no había pensado en hacerlo. Quizá a veces la impaciencia le ganaba, pero al haber tenido un rato para contemplar sus opciones, ahora sabía bien qué hacer.

El plan definitivo del híbrido era hipnotizarla.

—Sé menos cosas de las que ignoro.

—¿Y qué son esas cosas? —fue más claro.

—¿Eh? Pues sé que mi nombre es Nereida.

—Sobre este lugar —puntualizó—. ¿Qué sabes?

—Vivo en una enorme cabaña, rodeada por un denso bosque.

—¿Y qué más? —insistió incrédulo, Niklaus.

—Jamás he ido más allá, señor.

—¿Cuánto hace que vives aquí? —se entrometió, Elijah.

—¿Y eso qué más da? —cuestionó Niklaus.

—Si sabe tan poco... Quizá ha llegado a la vez que nosotros —dejó ir el noble.

—Responde —presionó el híbrido a la joven.

—Vivo desde qué tengo uso de razón, señor.

—¡Pero si sabe lo mismo que nosotros que acabamos de llegar! —se exaltó, Rebekah.

—Silencio, Rebekah —apretó los labios, Niklaus.

—Niklaus, no ha respondido —apuntó perceptivo, Elijah—. No ha mencionado la cabaña.

—Cierto —ladeó la cabeza—. ¿Desde hace cuándo vives en está lujosa cabaña, amor?

—Desconozco el tiempo exacto, señor —pasó saliva—. Pero desde hace mucho tiempo.

Lazos originales » Klaus Mikaelson | ↻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora