⚔️ | En proceso.
Actualizaré cada vez que pueda.
Una chica enigmática, un híbrido y
muchos secretos ¿Te animas?
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Déjate llevar, abre tu mente
y descubre una historia única.
La soledad siempre los
había rodeado. Aquello sólo
fue un...
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「 IMPROVISAR 」
Kol Mikaelson nunca había sentido curiosidad por un ser humano hasta que conoció a Nereida Sallow. Pero todo cobró sentido al saber que no era un ser humano y que aún desconocía que especie de ser era.
«Sentir curiosidad por alguien que desconoce lo que es, ya es más normal en mí» Pensó aliviado de que su percepción hacia los humanos no hubiese cambiado.
La pelirroja era un enigma interesante que parecía agradarle mucho a sus hermanos, pero sobretodo a Niklaus. Por eso no dudó en aprovechar aquello para molestarlo, acercándose a la joven jugando con su paciencia.
Aunque debía admitir que lo que menos esperaba era encariñarse un poquito con aquella joven. Quizá entendía ahora la cercanía que parecían tener sus hermanos con ella. Era dificil no verse envuelto por su calidez.
—Kol, deja de mirarla así o te arranco los ojos —gruñó molesto el híbrido.
El aludido parpadeó anonado y miró confundido a su hermano. Pues se había abstraído pensando en todo lo acontecido con la mirada fija en la pelirroja sin darse cuenta. Al darse cuenta de dónde venía la molestia de Niklaus, sonrió con un deje de burla, cosa que aún aumentó aún su molestia.
—¿Mirarla, cómo? ¿Cómo lo haces tú?
—Jodido crío molesto —apretó los dientes—. Si tuviera aquí mis dagas...
—Tu relación con esas dagas es similar a la de un alcohólico con el alcohol —medio bufó, medio rió el vampiro—. La abstinencia te sienta fatal, Nik.
—¿Abstinencia...? —el híbrido se hartó y se acercó a él listo para golpearlo.
—¡Nik! —la pelirroja se acercó a ellos con una sonrisa jovial—. ¡Mi vista es la misma que la de un humano promedio!
—¿Y eso qué tiene de bueno? —refunfuñó el vampiro con una ceja alzada.
—¿De verdad? En la prueba del bosque no pareció ser así, amor.
—Es que es algo raro... —titubeó haciendo una mueca.
—¿Algo raro? —se interesó el vampiro—. ¿Puedes describirlo?
—Lo intentaré —pasó saliva y observó sus pies—. Puedo percibir cuantos árboles que hay en todo el bosque y la altura que tienen si me esfuerzo.
—¿Y aún así dices que tu vista es cómo la de un humano promedio, amor?
—No conozco ningún humano que pueda hacer eso —sonrió divertido, Kol.
—Es que... —frunció el ceño—. No veo los árboles como tal, los siento.
—Increíble, ¡estoy deseando saber qué eres! —se emocionó el vampiro.
