Capítulo 21

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Capítulo 21


— Nathan, ¿podemos hablar un momento?— preguntó Sabrina, al mirarme fijamente, al instante en que ella colocaba sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Sentía tanto miedo de lo que iba a decir. Sentía que su vida empezaba a tambalear ante aquella verdad que su ser deseaba expresar. No debía dejar pasar más el tiempo. No cuando todo podía cambiar en un solo instante...

—Estamos hablando...—expresé en un tono gracioso, mientras le sonreía con picardía.

— Lo sé... solo que... solo que quería decirte algo.

—Mmm... ¿algo?— expresé, aún sin percatarme de lo difícil que era para ella aquella conversación—. ¿Qué me tienes que decir?— agregué al instante en que me acercaba más a ella y la abrazaba con una sonrisa y una mirada pícara.

—Mmm.— bajó la mirada, sintiendo que se le iba la vida en aquel intento. Si respiraba, no estaba segura de si lo hacia, se sentía asfixiada, como si sintiera que perdía la noción del tiempo en aquello.

—¿Qué es lo que tienes que decirme? ¿Me dejaras con la incógnita?... ¡¿Es una sorpresa?!— agregué al subir su quijada para mirar sus ojos.


    Ella se mantuvo en silencio antes de desviar la mirada, al instante en que se alejaba de mí y se acercaba a la terraza. ¿Por qué no decía nada? ¿Acaso se había convertido en la peor de las cobardes?... ¿Por qué no me hacía ver que era importante lo que tenía que decirme? Se decía al no saber qué hacer.


— Sabrina, ¿sucede algo?— sonreí, aún ciego de aquello a lo que ella se enfrentaba. Me acerqué nuevamente a ella, tratando de entenderla—. Dime, ¿qué quieres decirme?— me coloqué a su lado, mientras la observaba mirar hacia aquel cielo_. No quería bromear. Perdóname si no me percate que hablabas en serio.

—No te preocupes...—dijo al volver a mirarme a los ojos—. No era nada importante... No lo era. Solo tonterías mías...

—¿Estás segura?

—Más que segura...

—Sabrina...— la miré a los ojos, aún sintiéndome culpable—. En verdad quisiera saberlo...

—Solo son tonterías... No es nada. Créeme... Solo es que estoy empezando a echarte de menos, aun cuando te tenga aquí a mi lado.—colocó su mano derecha en mi rostro, mirándome fijamente, sonriendo un poco, mientras ella volvía a abrazarme—. Perdóname por amarte tanto...— "Solo que tú no sabes como tocaste mi vida", se dijo para sí misma, mientras mis brazos la abrazaban también.


    Al día siguiente, Clöe fue para la tienda de Sabrina y se detuvo para escuchar los detalles de aquella conversación sobre qué había ocurrido la noche anterior. Sin embargo, se encontró con una Sabrina triste.


— ¿Qué ha sucedido? ¿No me digas que Nathan lo ha tomado mal y se ha comportado como un verdadero idiota?

— No... No ha sido por él.

— No entiendo...

— No tuve el valor de decírselo.

—¿No sé lo dijiste?¿Cómo que no tuviste el valor?

—No pude... Juro que lo intenté. Juro que quería hacerlo. ¡Pero no pude!... No tuve valor de...

—Sabrina... Él tiene derecho de saber lo que te está ocurriendo...

—Clöe, ¿Crees que no lo sé? ¡Mírame! Intenté decírselo. Pero...

—¿Pero qué?— la miró algo molesta.

—Volví a sentirme mal. Tuve que ir al baño antes de que él se percatara de eso. Tuve que excusarme de él como una tonta...— sus ojos se llenaron una vez más de lágrimas.

—Sabrina...— agregó preocupada.

— Toda esta presión hizo que me sintiera mal. Pensé que no volvería a sentirme así... ¡Pero me equivoqué!... No tuve corazón para decírselo a Nathan  justamente cuando nos despedimos, mientras le hacía la promesa que iría pronto a Holmes Chapel.—se detuvo un momento al colocar sus manos en el bolsillo de su chaqueta.—¡Me odio por no decírselo antes cuando pude hacerlo! No es justo cuando el ha sido...

— Tan distinto contigo..._dijo su amiga al interrumpirla—. Lo sé. Amiga...solo quiero lo mejor para ti. Y no me gusta verte así tan triste cuando piensas que eres egoísta por ocultarle lo que te está pasando.


    Clöe se acercó a su amiga y la abrazó fuertemente al verla acongojada, con el corazón aún mas oprimido.


—Sé que puedes hacerlo... Tú eres más fuerte de lo que te imaginas. ¡Mira todo lo valiente que has sido al luchar sola! Y aún más importante... al no querer hacerle daño a Nathan, demuestras el amor inmenso que le tienes. Pero la verdad es lo que podrá con esta batalla que tienes y en la cual Nathan querrá estar contigo...

—No quiero que se sienta culpable si algo falla...— expresó en un tono bajo como si susurrara—. Sigo un tratamiento que no me da garantías completas.

—Esta no es la Sabrina que yo conozco. ¿Qué puede fallar?

— Allí se encuentra el dilema de mis miedos.


   Sabrina se dio la media vuelta y se sentó en el área donde se encontraba la caja. Sus fuerzas tambaleaban aún más que antes. Se había convertido en una cobarde y ya no podía remediar aquello, se decía.


    Mientras me encontraba en Holmes Chapel. Los recuerdos del día anterior llegaron a mi cabeza, haciéndome recordar que había visto una mirada distinta, en Sabrina, al instante en que nos despedimos. La había sentido tan extraña.


    Cerré los ojos unos segundos y luego los abrí, mientras sonreía, pensando que todo se debía a aquel sentimiento que había crecido en ambos.

Amor IncondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora