Capítulo 25
La vida da tantos giros inesperados. Instantes que te pueden cambiar para siempre.
Yo era un ser que no le importaba absolutamente nada. Desperdiciaba cada instante de mi vida sin medir las consecuencias. Y ahora, en aquel instante, era alguien que estaba preocupado por Sabrina. Ella me importaba demasiado.
Mientras estuvo en Holmes Chapel esos días, me dediqué a ella como nunca lo había hecho antes. Quería hacerle ver lo mucho que me importaba y lo que realmente significaba para mí.
Y una mañana, la encontré en el patio de la casa de Elena, mirando aquel boceto que estaba haciendo. Estaba así ausente y pensativa. Me acerqué en silencio y observé que sus diseños eran realmente increíblemente buenos. Era como si una parte de ella dibujara para desahogarse. Para sentirse libre de ese sentimiento que aún vivía en ella y no podía borrar ni ignorar.
Cierro los ojos y la verdad me golpea.
Jamás imaginé que detrás de aquella chica de hermosa sonrisa, había alguien que sufriera tanto.
El mundo es pequeño. Habría haberlo sabido antes. Sin embargo, en ese instante empezaba a entender muchas cosas. Incluyendo aquel repentino interés de mi padre, cuando volvió a llamarme.
—Hola hijo.
—¿Qué quieres?
—¿Tendría que tener una razón para llamarte?
— Nunca lo hiciste cuando mi madre estaba viva. ¿Qué diferencia hay que lo hagas ahora? ¿La voz de tu consciencia de que estás quedando solo?
— No... Sé lo que hice en el pasado, por lo que no es necesario que me lo recuerdes.
— ¿Para qué me has llamado? ¿Quieres la firma para decidir que hacer con mi parte? ¿O pretendes insistir en el mismo tema?
—Simplemente te he llamado para hacerte saber que puedes contar conmigo. Me he enterado que tu novia está enferma.
— ¿Quién te ha informado que tengo novia?
— Londres puede resultar ser pequeña, sino lo sabías, hijo. Y más cuando estás saliendo con la hija de mi rival en los negocios, aunque trabajemos en el mismo imperio Owen.
— Imagino que él también lo sabe.
— Por supuesto... Y has de imaginar su indignación. Su princesa saliendo con el hijo del hombre que no soportar.— sonrió con ironía—. Has hecho bien, Owen. Muy bien. Porque no me gustaría que te conformaras con tan poco. Y eso te impulse a dar un paso más grande.
— ¿De qué hablas?
— Has hecho más de lo que esperaba de ti. Nunca pensé que conseguirías intentar unir lo inaudible.
No quise escucharlo más. No podía creer lo que insinuaba de mí. Yo no era él y no jugaba con Sabrina como él creía. Sí el creía que la había conocido después de aquella reunión, se equivocaba. La había conocido mucho antes de pretender verlo a él de nuevo.
Ahora me encontraba allí, detrás de ella, mirándola diseñar, mientras se encontraba en sus pensamientos al estar concentrada en lo que hacía.
— ¡Nathan! ¿Desde cuándo te encuentras allí?— expresó al girar y verme allí, mirándola.
— No he querido interrumpirte...— expresé al sentarme a su lado— Te veías concentrada en lo que hacías.
— Tú nunca podrías interrumpirme.—medio sonrió, haciéndome ver que le pasaba algo.
Esperé unos segundos, esperando ver si me decía algo.
— ¿Sucede algo?— le pregunté, mirándola fijamente a los ojos, esperando así, una respuesta de parte de ella.
— ¿Por qué lo preguntas?
— Estás muy callada...
— Eres muy buen observador, ...— me miró a los ojos y luego miró hacia el horizonte.
— He aprendido... ¿Me dirás que te ocurre? ¿Por qué tanto silencio? ¿Qué te tiene tan pensativa?
— Mi padre me ha llamado esta mañana. Sabe lo nuestro y en vez de preocuparse por mi salud, simplemente me ha hecho saber su indignación al saber sobre lo nuestro. ¿Puedes creerlo?
— Sí puedo creerlo. Recuerda que mi padre es igual al tuyo.
Me miró con interés. Pero, a diferencia de ella, decidí callar. No quería hacerle saber que mi padre pretendía que la utilizará, sin importarme su enfermedad. Yo jamás me convertiría en esa clase de hombre. No era él. Jamás sería él.
Pronto Sabrina recostó su cabeza en mi hombro. Sonrió un poco y empezó a hablarme lo que aquella conversación le había hecho sentir. Sentí una indignación hacia su padre. ¿Cómo un hombre podía ser tan frío con alguien de su propia sangre?
La respuesta vino inmediatamente a mi cabeza, después de habérmela hecho.
Un hombre con el mismo corazón que mi padre.
— Lo importante es que las personas que realmente te queremos, estaremos contigo siempre.— la abracé con las ternura, haciéndome esa promesa a mí mismo.
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Amor Incondicional
Teen FictionNathan Owen es un chico rebelde de Holmes Chapel que se encontrará con el mayor dilema de su vida, cuando la vida le haga encontrarse con una verdad que no esperaba. La vida no siempre es como la esperamos o pretendemos que sea. Sabrina Rober...