Epílogo

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Epílogo

     Dos años más han pasado desde ese día que la vi entrar a aquel quirófano, sin saber qué nos deparaba el futuro que se abría ante nosotros. Dos años en las que debí tomar decisiones cruciales. Aquellas que tiempo atrás no me había decidido por completo a tomar y realizar. Haciéndome ver un Nathan más fuerte del que realmente creí ser. Entre ellas, vender por completo mis acciones a un tercero que no era ni su padre ni el mío. Un hombre de negocios que deseaba obtener también partes de ese imperio del cual yo no quería formar parte.


    Algo que mi propio padre no me perdonó. Era un golpe a traición de mi parte, cuando esperaba que recapacitará. Y decidiera tomar una correcta decisión hacia el imperio que era de nuestra familia. Como si realmente el dinero y el poder me haría olvidar el daño que me hizo en mi niñez, y por el cual crecí junto a mi madre.


   Fue un golpe justo, a mi manera de ver.


    El tiempo se detiene dentro de mi cabeza recordándome aquel ayer. Cierro los ojos y lo único que consigo, es decirme a mí mismo, lo irónica que también puede ser la vida. Porque te lleva a momento inexplicables que no esperamos o de los cuales siempre hemos evitado o escapado.


    En un instante te hace ver que puedes tener todo, menos lo que realmente quieres. Y en ese momento te golpea de una manera, que uno mismo, ni siquiera esta preparado. Sin anestesia. Sin tiempo para concebir un pensamiento que te preparé para el golpe.


     Me he lanzado en mi cama, una vez más. Como suelo hacerlo cuando los recuerdos llegan a mí. Y se abre una brecha sobre un ayer y sobre el presente. Haciéndome ver que siendo aquel hermético Nathan que no deseaba encontrar a alguien a quien amar. Lo encontró, justamente sin esperarlo. Para después ver con sus propios ojos como la corrupción de nuestras familias y su enfermedad querían arrancarla de mis manos cuando finalmente había comprendido que ella era todo en mi vida.


    Abro los ojos ante esa sensación de vacío.


    Una sonrisa carente de humor se dibuja en mi rostro. Y es momento de admitirme que nunca esperé lo que la vida iba a depararme cuando ella se cruzó en mi camino y yo la alejé, al no entender mi propia reacción hacia ella y su forma de ser conmigo al no inmutarse al ver mi actitud. Ahora, en el presente, lo único que puedo hacer es admitirme que lo mejor que me paso fue conocerla.


    Ella cambió al Nathan que solía ser.


     Y lo salvó....


     Sin importarle quien me he convertido era y lo irónica que había sido la vida al reunirnos al ver que teníamos muchas cosas en común. Un imperio en los negocios y unos padres egoístas y codiciosos.


    No fue fácil para ninguno de los dos salir ilesos de aquella tormentosa realidad. Sin embargo, juntos pudimos luchar y librarnos de aquella pesadilla.


    Incluso ella consiguió el disgusto de su padre, cuando al recobrar por completo su salud, acepto unir su vida a la mía. Siendo algo que le había prohibido su padre tiempo atrás.


— Pensé que habías salido y que habías olvidado qué día es hoy... Te estuve llamando.— expresó Sabrina al entrar en nuestra habitación en nuestro primer aniversario de boda. La miró y sonrío apenado, mientras me siento en la cama.

— Lo siento... He perdido la noción del tiempo de nuevo...

— ¿Preocupado por algo?— me observó con interés.

— Estaba esperándote... Y mi memoria ha decidido recorrer nuestro ayer... Nuestro pasado... Nuestro primer encuentro...

— ¿Pensando en nuestro ayer?— sonrió y se sentó a mi lado. Rozando, al mismo tiempo, mi mejilla derecha—. ¡Tontico!... Dejemos ese pasado en el pasado.

— Sabes que no puedo... Y nunca podré. Una parte de él me enseñó que eres parte de mi vida, aunque jamás pretendí que sucediera así. No era creyente del amor. Realmente esa palabra apestaba en mi cabeza. Pero tú, de una manera mágica, llegaste a mi corazón, tocándolo de infinitas maneras...

— Nathan...

— Casi creí que te perdía cuando entraste en quirófano... Casi creí que me moría en esas horas interminables... Casi creí que me perdía a mí mismo, sin ti...

— Sabía que estabas allí, esperando por mí. Y eso me dio fuerzas para seguir luchando, aunque las posibilidades eran casi nulas.

— Sabrina...

— Me hiciste querer seguir luchando... Y más, cuando me esperaba el mejor de los hombres... Tú.

— No digas eso...— sonrío y me sonrojó.


    ¿Cuándo en mi vida pensé que podía ocurrirme a mí aquello? ¿Sonrojado como un verdadero idiota enamorado? ¡Por Dios! Ella realmente lograba tener un efecto sobre mí.


— Pues, lo eres... Por eso no lo pensé tanto cuando me pediste que me casara contigo... Sabes, en ti encontré mi otra mitad, cuando Dios me cruzó contigo ese día que yo tampoco jamás olvidare. Por eso no iba a permitir que huyeras de nuevo de mi vida...— sacó la lengua de forma pícara.

— Esa locura solo se comete una vez...

— Dejemos el pasado en su lugar._ agregó al entregarme un pequeño presente como nuestro primer obsequio en ese primer aniversario. Un reloj que hace día había mirado en la tienda y no me decidí a comprar, dejándolo para después. Y ella ha tomado la iniciativa de ser su obsequió de primer aniversario—. Te amo... ¡Feliz aniversario!

—Yo también te amo..._ dije, al mismo tiempo que nos mirábamos de una manera cómplice. Y yo me ponía de pie, para buscar el mío, que he mantenido oculto en una parte del closet.


    La encuentro y se la entregó. Es un joyero. Y ella al verlo, me sonríe al ver lo que hay dentro. Una foto de nosotros, en Holmes Chapel, aquel día en que le propuse matrimonio y le expresé que era la mujer con quien quería compartir mi vida.


    Así es la vida. Es como una especie de montaña rusa. Sube y baja, mostrándote todo los pros y los contras que se encuentran en el camino de cada uno de nosotros para encontrar la felicidad.


Y yo encontré mi camino. Y no tengo otro a donde quisiera ir... Mi camino está donde está ella. Mi amor incondicional...


Fin

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Muchas gracias a quienes le dieron una oportunidad a "Amor Incondicional", por sus votos, por sus comentarios, por la gran paciencia por las largas espera al esperar que publicara o editará mi novela, cuando decidí editarla ... Por darme una oportunidad como escritora, aunque posiblemente tenga unos cuantos errores, al no ser una experta. Gracias :)

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