69 - Somos los dos, Taka - Parte 2

141 11 0
                                    

Caminaba por las calles inmersa en sus pensamientos, sin escuchar a la gente que hablaba en ingles a su lado, pues no le servía de mucho, ya que lo poco que sabía de ingles era mera comunicación sin fines de distracción o diversión, simplemente ubicarse y solicitar información. No buscaba socializar con nadie y gracias a os guardaespaldas que Saichi le había brindado, ella podía alejarse de todos los que le rodearan.

-Solo voy a enviar una carta a mis hermanos, como dijo Saichi que lo hiciera-Dijo Misora al guardaespaldas principal, el cual tenía ordenes de ser el informante acerca de cada movimiento de la chica.

-Está bien señorita-Dijo finalmente.

-Gracias Albert-Dijo sonriente.

Entro al edificio de correos y se acerco a las mesas de escritura. Diviso a los guardaespaldas en la entrada del lugar, de espaldas a ella, así que se apresuro a sacar un bolígrafo y una hoja. Comenzó a escribir rápidamente, mientras se aseguraba de que nadie viese lo que escribía.

En cuestión de minutos, doblo la carta y la metió en un sobre. Anoto los datos de manera rápida y se acerco a la caseta.

-Hola, buenos días-Saludo al encargado de la caja. Entrego la carta y el dinero-Envió express, a Japón-Dijo apresurada.

-Sí, enseguida-Dijo aquel hombre, comenzando a hacer la carta de pago.

Misora miraba la carta con cierta esperanza, ya que dentro de ella escribió cosas que llevaba bastante tiempo queriendo expresar. Necesitaba enviarla urgente, para que ambos estuvieran tranquilos.

-Listo señorita, solo firme el recibo de pago y envió-Dio entregándole unos documentos y una pluma.

Misora firmo los documentos de manera rápida y entrego todo, a la vez que recibía su cambió. Guardo el dinero en la bolsa y el cajero coloco la carta en un grupo de cartas que iban al mismo destino.

-Todo listo señorita-Dijo sonriente.

-Gracias-Dijo finalmente y se alejo de la caja.

Suspiro y caminó a la salida, donde los guardaespaldas se colocaron a sus lados. Misora se sonrojo un poco por lo que ocurría y se rasco la mejilla avergonzada, ya que la gente tenía que rodearla para pasar.

-Uff...bueno, vamos la cena-Dijo cansada, ya que debía de ir a una reunión con la modista, la maquillista y la estilista, quienes la prepararían para la boda religiosa que se celebraría alrededor de un mes.

Camino hacía la limusine que le esperaba fuera del correo y entro con los guardaespaldas. El trayecto fue bastante tranquilo, ya que ella se mantuvo todo el caminó mirando a la ventana, sin prestar atención alrededor. Los guardaespaldas sabían de la antigua relación de la mujer con Taka, y de antemano, lo mucho que le dolía recordarlo. También sabían de su hijo, quien vivía en Japón sin estar enterado del estado de su madre. Todos los guardas se sentían mal por ella, pero para cumplir su deber y sin problemas, tenían que mantenerse al margen de la situación.

-Señorita, hemos llegado-Dijo Francine, una de los guardaespaldas.

-Sí, gracias Fran-Dijo tomando sus cosas.

No quiso esperar a que los guardias le abrieran, así que bajo con velocidad y caminó al interior del restaurante, ubicado en el edificio de empresariales y oficinistas de distintas empresas. Se acerco al elevador y subió, sin atender a ningún empleado del lugar que le ofreciera un servició o ayuda.

Ignoraba a todos, mostrándose fría y cortante.

Al llegar al piso 30, se acerco a la recepción y pregunto por las tres mujeres. Pronto fue guiada a la mesa, donde las tres señoras aguardaban. Samantha Warrior, la modista, era una mujer rubia de edad avanzada, famosa por sus diseños, pero también por ser una insensible total. Ofelia H., la maquillista, una joven de edad similar a la de Misora, era más alegre y emotiva, pero muy ambiciosa. Y por último, Jane Place, la estilista...de ella, prácticamente no se sabía nada, más que cuidaba mucho de su trabajo.

-Buenos días, señoras-Dijo sentándose en la mesa junto a las tres.

-Buenos días, señorita-Saludaron con elegancia.

Misora era tratada así por todos, ya que, el ser la nueva esposa de Saichi, por esos rumbos le daba prestigió y respeto, eso provoco que ahora siempre fuera tratada de una manera que no le gustaba. Le agradaba más cuando estaba con Taka y le decían "jovencita" o en ocasiones, hasta la gente simplemente le decía por su nombre sin más elegancia. Ahora parecía como si fuera hija de un rey, casada con un conde y descendiente de nobles, hasta alfombra y caravana le hacían a donde fuera. Era D-E-S-E-S-P-E-R-A-N-T-E.

-Comencemos-Dijo la modista-Ya he elegido su vestido, un conjunto de dos piezas separando la falda del corsé, con holanes y tres fondos, crinolina, pliego de seda y algodón. Encaje en pecho, mangas y orilla, en especial, será recogida la parte trasera por una cinta gruesa y dura, eso permitirá que el vestido y el corsé sean fundidos en una pieza. Para finalizar, todo el vestido tendra un velo largo de

♥ One Ok Rock - One Ok Heart ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora