Los cuerpos de los 3 se estrellaron contra la arena, Seraphi se estampó contra una gran roca, el golpe le había provocado que soltara el aire de los pulmones, los oídos le pitaban y tenía la vista borrosa. Y la cabeza le daba vueltas.
Pudo notar como la sangra bajaba por su cabeza, seguramente se habría hecho una brecha.
De repente comenzó a escuchar golpes, cuando consiguió aclarar un poco la visión se encontró que ambos habían retomado la lucha.
Esta observó como ambos estaban enfrascados en una sangrienta batalla, nadie podía pararlos, nadie pararía hasta que el otro estuviera muerto.
Seraphi quería ayudar pero no podía mover su cuerpo, su poder estaba casi agotado, tenía el cuerpo lleno de moretones y los músculos destrozados.
Quería usar sus poderes, pero sabía que si el cuerpo de Namor entraba en contacto con el agua este cogería fuerzas y eso era justo lo contrario de lo que querían conseguir.
Seraphi observó como ambos seguían peleando, sin embargo la fuerza de Namor iba cayendo, poco a poco su cuerpo se estaba cubriendo con la arena que ellos mismo levantaban.
El cuerpo del rey rodaba de un lado a otro, Shuri no dejaba que se levantara en ningún momento, fue entonces cuando todo sucedió a cámara lenta.
Este había encontrado su lanza en la arena y de un rápido movimiento se lo clavó en el estómago a Shuri, sujetándola así contra una piedra.
El grito de dolor de Shuri hizo temblar los tímpanos de Seraphi, sus músculos se tensaron y la furia empezó a crecer dentro de ella.
-¡¡No!! ¡Shuri!-. Ésta sacando las últimas fuerzas se levanto y salió corriendo hacia la morena.
No, no volvería a permitir como alguien querido para ella se le fuera arrebatado de nuevo delante de sus ojos.
Se lanzó de un ágil movimiento contra Namor, que lo consiguió esquivar de milagro, este ya estaba débil y apenas podía mantenerse en pie.
Ambos comenzaron una lucha donde todo se resumía en que Seraphi atacaba y Namor esquivaba, consiguió hacerle algunos cortes en el cuerpo de este, cortes que ya tardaban en cicatrizar.
Ambos notaban como las fuerzas iban abandonando sus cuerpos, ambos estaban demasiado cansados, necesitaban el contacto del agua para poder recuperarse, tenían la boca seca y notaban como su piel se agrietaba, totalmente seca.
Y en un pequeño descuido que tuvo el rey, esta se abalanzo sobre él, cayendo encima de ella apuntando el cuello con su lanza.
Una gota de sangre cayó.
Seraphi lo observo con rabia, su pecho subía y bajaba a gran velocidad, ahí estaba, lo tenía justo en el sitio donde siempre lo quiso tener.
Pero entonces ¿Por qué no era capaz de quitarle la vida?
-Podría haber sido distinto-. Fueron las palabras que salieron de los labios del rey.
La sirena no pudo aguantar las lágrimas y estas bajaron por sus mejillas, hasta caer directamente sobre la cara de Namor.
Este, con las pocas fuerzas que le quedaban, levanto una mano hacia su pómulo y le limpio las lágrimas.
Aquel gesto sorprendió a Seraphi, jamás hubiera pensado que el haría algo como eso y en un momento como ese.
-No quieres matarme, suficientes muertes han visto ya tus ojos. Quieres que todo esto acabe de una vez por todas-. Susurró.
Seraphi lo miro sin decir nada.
-¡Quizás ella no quiere matarte, pero yo sí!-. El grito de Shuri, quien se había arrancado la lanza de su golpe llamo la atención de ambos, de repente la morena cogió en brazos a la sirena.
Y tras el grito de ¡Wakanda por siempre! Hizo estallar lo que quedaba de la nave, calcinando así el cuerpo de Namor.
Seraphi se protegió con el cuerpo de su amiga, mientras el fuego las rodeaba.
Después de aquello, Namor seguro que habría quedado al borde de la muerte.
Ambas se giraron y vieron a un calcinado rey tirado en el suelo.
Shuri se acerco hacia él, y con todo el odio del mundo saliendo por sus ojos solo dijo.
-Ríndete y Wakanda protegerá tus océanos. Protegeremos vuestros secretos. Ríndete y tu pueblo vivirá-. Le dijo Shuri mientras clavaba la lanza en su cuello.
Este la observo fijamente durante unos segundos y tras suspirar, soltó las palabras que ambas estaban esperando.
La morena entonces lanzo el arma hacia un lado y cayo rendida en el suelo.
-T-tu herida-. Dijo Seraphi mientras se acercaba a ella y se arrodillaba a su lado para comprobar su estado.
-Estoy bien, el traje me protege. Estas muy débil deberías ir al agua, parece que en cualquier momento te vas a desmayar-. Le advirtió al ver como la sangre llenaba su cara y le costaba trabajo respirar.
-Yo sí que necesito ahora un vaso de agua-. Aquel comentario le saco a ambas una sonrisa, incluso en los peores momentos podían hacer bromas, era lo que caracterizaba su amistad.
-¿Qué hacemos con él? ¿Lo dejamos ahí como a una lubina asada o nos lo llevamos?-. Preguntó Seraphi.
-Llévalo contigo al agua, yo no puedo ni levantar un brazo. Creo que después de esto me voy a llevar una semana en la cama-.
-Que sean dos por favor-. Dijo riendo mientras se dirigía al cuerpo del rey, este la miraba fijamente mientras se agachaba para pasar su mano por el hombro.
Aunque Namor pesara mucho más que ella, consiguió levantarlo y llevarlo poco a poco hacia la orilla.
-¿Por qué?-. Pregunto rompiendo el silencio.
-Todo ha terminado. No hay necesidad de seguir luchando-. Contestó seria.
-Pero juraste vengarte de mí, yo acabe con tu pueblo-. Dijo abriendo esa herida que tanto le estaba costando cerrar.
-Lo sé, y te odio por eso, siempre lo hare. Pero si lo que me has contado es verdad, significa que no todo es tu culpa. Ahí afuera hay alguien que fue el responsable de tal masacre. Y no descansare hasta encontrarle-. Declaro.
-¿Qué harás cuando lo encuentres?-. Pregunto el moreno.
-Una muerte rápida seria demasiada gentileza por mi parte, pienso hacer que sufra, al igual que yo lo hice-. En cuanto ambos tocaron el agua con sus pies, pudieron notar como las fuerzas volvían a sus cuerpos, la piel se les hidrataba y las heridas se le cerraban.
Suspiraron de alivio.
La palidez de Seraphi había desaparecido, volviendo a tener los colores en las mejillas y los labios rosados, por parte de Namor, la quemadura estaba casi cerrada y los cortes que Shuri le había hecho en la cara se habían cerrado por completo, aunque dejándole alguna que otra marca.
Seraphi se dio cuenta de esto cuando se giro a observarlo.
-En mi pueblo las cicatrices son marcas de guerra, marcas que simbolizan una batalla ganada. Espero que esa te sirva para recordarte que no estás solo en este mundo, que no todos están en tu contra y que no eres tan poderoso e inmortal como creías. Tomate esto como tu segunda oportunidad Namor, empieza de nuevo, y esta vez haz las cosas bien-. Le dijo la rubia con una leve sonrisa.
-Lo sé, y por eso ahora quiero enmendar mis errores. Empezando por ti, déjame ayudarte en encontrar el culpable de todo. Ambos lo encontraremos y le haremos pagar por lo que hizo. Como ya te dije aquella vez, quiero formar parte de tu futuro-. Dijo sorprendiendo a la joven.
El corazón le iba a mil y por un momento pudo sentir cientos de mariposas revoloteando en su estómago. Se notaba la cara ardiendo y el calor apoderándose de su cuerpo.
-V-vale, pero no creas que solamente con eso conseguirás que te perdone o confíe en ti. Tienes que ganártelo-. Le dijo mientras cruzaba los brazos.
Este lo sonrió con sinceridad y Seraphi pudo jurar en aquellos momentos que jamás había visto una sonrisa tan bonita.
ESTÁS LEYENDO
ʟᴀ ʀᴇɪɴᴀ sɪɴ ᴄᴏʀᴏɴᴀ 「Wakanda Forever」
FanficCuando el pueblo de Seraphi, reina de Sirenia es asesinado brutalmente por Namor, esta jura vengarse y acabar con la vida del rey. Nuevas alianzas, sentimientos por describir, secretos revelado. Todo lo que Seraphi creía que era verdad, acaba siendo...