Mil noches

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No podía decir que sus noches se volvieron una rutina ya que  amaba despertar en la noche y ver las estrellas, contemplar la luna en su máximo esplendor en compañía de su nuevo compañero, aquel pequeño perro que dejó para alegrar a Hinata durante su viaje y es que el animal se había vuelto indispensable para ambos hasta el punto de pensar que podía entender más de lo usual. Pero esa noche al igual que muchas  otras decidió revisar los alrededores de la residencia Uchiha. Se detuvo antes de entrar a la habitación de su hija mirando la fotografía en la pared donde podía verse él con Hinata sosteniendo a la niña recién nacida. —es mi hogar hermano, mi  familia es perfecta—, pensó para si, aún recordaba todos los sucesos después de haber salido del hospital dando finalizada su misión y no podía creer que Hiashi al final terminara aceptando que rompieran alguna de sus órdenes.

Konoha no era en definitiva un jardín de rosas dónde estar tranquilo, no, igual que las rosas con espinas la aldea tenía tantas personas chismosas creando rumores que podían ponerte la soga al cuello, era el primer rumor que enfrentaba al salir del hospital y ya quería usar el tsukiyomi con el causante de todo el desastre que habían causado hasta el punto de tener a Hiashi en su casa acompañado de una sonriente Hanabi, un incrédulo Ko y su Hinata en medio de un mar de nervios. Karin y Suigetsu trataban de no reír mientras Juugo se mantenía serenó a su lado dándole apoyo.

Explicame Uchiha, no lo volveré a repetir—y es que durante el tiempo que estuvo en el hospital Hinata no se movió de su lado hasta el punto de quedarse durmiendo en el hospital y en varias ocasiones Sakura o Tsunade los encontraron abrazados en la cama durmiendo a la mañana siguiente—: ¡Te pedí no tocarla hasta la noche de bodas!

¿Eh? Padre no...—Hinata se quedó en silencio al ver la mirada fría y severa de su progenitor, nuevamente se sentía como una niña pequeña incapaz de poder defenderse ante el fuerte Byakugan de su padre.

Mi hermana no pierde el tiempo...—las palabras de Hanabi causaron lo que deseaba; hacer reír a los amigos de su cuñado, que su padre se enojara más, Hinata se muriera de la vergüenza y Sasuke este a punto de lanzar maldiciones, en definitiva ella amaba a su familia—: padre en serio crees que Sasuke sería tan idiota como para romper los acuerdos.

Sí—el Uchiha y la Hyuga miraron a todos los presentes, desde el antiguo equipo Taka hasta la familia Hyuga. Hanabi por un momento pensó que dirían que no pero aquella respuesta la sorprendió más de lo esperado.

No se quién comenzó el rumor pero Hinata y yo no hemos hecho nada, aún—Hiashi al escucharlo deseo romperle la cara y borrar la sonrisa que se había formado en sus labios, no era idiota como para creer en sus palabras pero por esa vez le daría el beneficio de la duda.

Bien pero estarán sin verse dos semanas hasta que las cosas se calmen, Hinata se irá a una misión al país del rayo.

¿Qué? No sabía nada de esta misión. ¡Padre!

Eres un integrante del equipo ambu, necesito enviar un pergamino importante y pedí fueses tú.

Sasuke maldijo internamente al causante de todos los rumores pero al menos su compromiso estaba a salvó de cualquier posible cancelación.

Suspiro, aquella semana para él se había hecho interminable y entendió la razón de los nervios de Hinata cuando él se ausentó. Después de haberse percatado que no había algún intruso que quisiera robarle la luz de sus ojos, ya que para él eso era su familia; la luz que su vida siempre necesito.
Sus miedos e inseguridades  habían aumentado después de que Hinata al volver de su misión fuese interceptada por un grupo de ninjas renegados que deseaban obtener el Sharingan y al saber que Sasuke Uchiha estaba comprometido con una Hyuga pensaron que sería una buena carnada para que entregará lo que deseaban, sin embargo su plan resultó mal pues la sacerdotisa junto a su amigo le informo sobre la visión que tuvo con la Hyuga y antes de que pudiesen tocarle un solo cabello él en compañía de Naruto los interceptaron cuando iban de regreso a su aldea con la Hyuga al hombro.

Deseo navideño ☄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora