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Jaehyun analizaba cautelosamente a Taeil. Su rostro estaba ensangrentado y se retorcía del dolor en el suelo después de una sesión continúa de golpes y patadas por parte de Jaehyun. Hasta que Doyoung tomó a su compañeros por la cintura y lo obligó a alejarse, una vez se dio cuenta que a lo mejor Jaehyun estaba exagerando un poco.

Taeil tenía un solo trabajo, uno solo, y era no dejarla escapar. Jaehyun se lo repitió unas tres veces antes de dejarle la tarea de no abrirle la puerta a Meng por nada del mundo, pero Taeil fue tonto, y Meng Huiyin no desperdició la situación de encontrarse con alguien tan inútil como Taeil para convencerlo de que le abriera la puerta alegando que iría al baño, pero no fue así. En cambio, ella estrelló la cabeza de Taeil contra la perilla de la puerta logrando que este perdiera la consciencia durante unos cuantos minutos.

Jaehyun no entendía como Huiyin podía usar su inteligencia y fuerza bruta al mismo tiempo.

- Creo que ya fue suficiente. - Le habló Doyoung en un titubeo al tener un cigarro encendido entre los labios. Sus manos libres solo se disponían a sujetar a un Jaehyun enfurecido. No había razón para que Jaehyun actuara de esa manera en contra de Taeil, pero Doyoung comenzaba a sospechar ciertas cosas de las cuales nadie se había fijado. Jaehyun no quería que Huiyin escapara, eso era cierto, pero ¿Cuál era la razón? ¿Jaehyun tenía miedo de que Huiyin buscara a la policía? Huiyin había sido una interna de la prisión, había escapado, tenía problemas con la ley y por si fuera poco, se tuvo que mudar a una nueva ciudad porque en donde vivía, la estaban acusando de muchos cargos. Huiyin jamás iría a la policía. Jaehyun, en el fondo, no quería que Huiyin se fuera porque le estaba empezando a agradar. - ¿Terminaste? - Continuó Doyoung.

Jaehyun tenía la respiración entrecortada, su pecho subía y bajaba con rapidez. Sus ojos estaban oscuros y dilatados. - Estoy molesto.

- ¿Por qué estás molesto? - Preguntó Doyoung de nuevo. Pero Jaehyun no tenía respuesta para aquella pregunta. Jaehyun se soltó del agarre de Doyoung dejando reposar su cuerpo contra la puerta de la pequeña habitación donde se encontraban. Sin preguntarlo y sin pedirlo, Doyoung sacó un cigarro de la caja que había traído, lo encendió y lo depositó en los labios de su amigo.

Doyoung suspiró calmadamente y se dirigió hasta Taeil. Jaehyun le había partido la cara y su rostro empezaba a colorearse de moretones. Taeil se encontraba tendido en el piso soltando quejas de su boca y maldiciendo por lo bajo a Jaehyun. Doyoung tomó el rostro de Taeil analizándolo cautelosamente, hasta que volteó a donde se encontraba Jaehyun antes, pero él ya no estaba allí.

Jaehyun aprovechó la situación y antes de que Doyoung lo detuviera, salió de la pequeña habitación donde se encontraban. Caminó hasta la barra, con el cigarro en manos. Jaehyun miraba a su alrededor, el lugar estaba repleto. Las fichas del póker sonaban contra la mesa, vasos de cristal golpeteando contra otros objetos. Jaehyun se sentía abrumado, pero esto no era un impedimento para dirigirse a un viejo amigo del que pocos conocían: Wong Yukhei.

Yukhei era un asesino de medio tiempo. El otro resto de su tiempo, lo dedicaba a ser un simple bartender en el casino de Taeil. Yukhei era uno de los más prolijos en su trabajo, Jaehyun lo sabía porque había tenido la oportunidad de trabajar con él. Sin embargo, Yukhei era un hombre que se enfocaba muy poco a su alrededor. A fin de cuentas, era alguien narcisista que solo se preocupaba por él.

- Ha pasado tanto tiempo... - Jaehyun se sentó en una de las sillas vacías. Se encontró a Yukhei de espaldas, sirviendo un trago. -.. Querido amigo, Jaehyun.

Jaehyun no tuvo que dudar de su astucia. Yukhei era igual de cauteloso que él. Su mirada le permitía observar cada rincón, cada esquina, cada pequeño fragmento.

- Mucho tiempo que no te veía por aquí. - Yukhei finalmente se dio la vuelta dándole la cara a Jaehyun. Lo primero que vio, fue al increíble y poderoso Jaehyun con ojos desgastados, una de sus manos sostenía un cigarro y la otra... Estaba inmóvil y su brazo envuelto en una venda. - ¿Quien creería que el increíble Jeong Jaehyun estaría así de destruido? ¿Qué te pasó? ¿Y qué necesitas?

Jaehyun había olvidado por completo la relación de amor-odio que había tenido con Yukhei después de unos cuantos inconvenientes que quedaron en el pasado.

- Si crees que tomaré tus comentarios como burla para que puedan afectar mi ego, estás equivocado. Tú y yo no somos iguales, ¿Lo recuerdas? Tú tienes problemas para dormir, y yo no duermo porque estoy ocupado en lo mío.

Yukhei rodó los ojos, destapando una botella de whisky -el más caro- y sirviendole a Jaehyun en un vaso.

- No he pedido ningún maldito trago. - Contestó Jaehyun.

Yukhei esbozó una sonrisa. - La casa invita.

Jaehyun apretó su puño, soltando la colilla del cigarro, dejándola en un cenicero cerca de la barra. Chasqueo su lengua, decidido a no tomar el trago. Jaehyun no necesitaba nada de nadie. Yukhei esperó a que Jaehyun tomara del vaso, pero nunca fue así. El vaso con whisky quedó en medio de la barra, entre ambos cuerpos.

- ¿Qué quieres, Jeong?

El mencionado soltó un suspiro. Metió la mano en su bolsillo, sintiendo el frío hierro de su arma.

- Jinyao. - Pronunció Jaehyun. Yukhei se quedó congelado, mirándolo profundamente, hasta que recapacitó y se preguntó, ¿Por qué Jaehyun estaría buscando a Jinyao? Estaba seguro de que algo grave estaba pasando. Yukhei era uno de los pocos que conocía dicha historia, y para su disgusto, conocía aquella historia a la perfección como para saber que Jinyao odiaba a Jaehyun, y aún le guardaba el peor rencor de todos. Jaehyun nunca quiso a Jinyao, le gustaba el poder que podía ejercer en ella.

Jinyao era una prostituta. Lo fue, por mucho tiempo. Hasta que conoció a Jungwoo, el hermano menor de Jaehyun. Jungwoo solía venir al casino a hacer apuestas, él siempre fue un suertudo. Jinyao había llegado al casino a buscar trabajo de limpieza, pero Taeil, un miserable que había tenido una vida llena de desgracias, también le gustaba arruinar la vida de los demás y obligó a Jinyao a vender su cuerpo, o de otra forma, la echaría del casino. Jinyao venía de una familia de bajos recursos, para entonces, no podía darse el lujo de perder su trabajo. No le quedó otra opción más que seguir las peticiones de Taeil. Taeil sabía que con su belleza, Jinyao atraería muchos hombres, sin embargo, no contó con el hecho de que un hombre tan poderoso como Jungwoo, caería enamorado de ella. Así fue como Jungwoo, iba todos los días al casino y le pagaba enormes cantidades de dinero a Taeil solo para poder tener encuentros amorosos con Jinyao.

Una vez Jungwoo entró a prisión, Jaehyun era el medio de comunicación que Jinyao podía tener con Jungwoo. Y sucedió lo que nadie quiso que sucediera, Jinyao se enamoró de Jaehyun... Y Jaehyun nunca expresó que sentía por Jinyao.

- Ella no está aqui. - Mintió Yukhei. Lo cierto es que Yukhei no quería colaborar para que no sucediera lo mismo. Jaehyun era un imán para atraer todo tipo de problemas, y cualquier situación en la que esté involucrado el nombre Jinyao, solo puede ocasionarle a Jaehyun dolores de cabeza.

- Aún no aprendes a mentir. - Jaehyun contestó de vuelta, sin creerle ni una mínima parte a la mentira de Yukhei. - Quiero hablar con ella.

- ¿Te la quieres follar? ¿Eso es? Como tu viejo amigo, te recomiendo no hacerlo.

Jaehyun apretó su mandíbula. Casi enfurecido, hasta que Yukhei se dio cuenta que Jaehyun no estaba bromeando. Jaehyun no quería coger con Jinyao. Era algo más grave.

- No pretendo follarme a nadie, pero fuera de eso, no es tu asunto lo que quiera hacer con ella. - Jaehyun arqueó sus cejas en el instante que Yukhei asintió con su cabeza. Elevó su mano al aire haciendo un gesto indicándole que lo siguiera, Yukhei estaba decidido a llevar a Jaehyun al lugar de Jinyao y que pudiera saciar sus dudas.

the blue scorpion ── jaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora