Capitulo 20

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Alerta ‼️ contenido fuerte de leer.

CONNOR

Doy un portazo una vez que llego a casa. Observo que mi hermana me ve con el ceño fruncido mientras baja las escaleras para luego pararse al frente mío. Mi cuerpo no para de temblar, debo verme terrible. Ángeles baja su mirada hasta mis manos y toma una de ellas con cuidado.

—Connor, —me ve a los ojos, los cuales inevitablemente se empiezan a llenar de lágrimas— ¿qué pasa?

Las palabras se quedan estancadas en mi garganta.

—¿Estás bien? Me estás asustando...

Niego con la cabeza, y sin poder más, me lanzo hacia ella. Entierro mi rostro en su hombro mientras sus brazos me reciben y me sostienen con fuerza.

—Pitufa... es...—la voz se me corta.

—¿Qué cosa?—pregunta sin soltarme.

—Es... Nicholas.

Entonces ahí es cuando ella se separa de mi y noto que se tensa. Con mi mano me seco las lágrimas que se deslizan por mis mejillas y mandíbula.

—¿A qué te refieres? ¿Él está bien? ¿Que..?—

—No.. no lo sé.—me aclaro la garganta— me pidió que me fuera.. y.. yo no quería dejarlo, —niego con la cabeza— lo van a lastimar...le van a hacer daño.

—¿Quienes? ¿De que mierda estás hablando?

Cierto.

Ángeles no tiene ni idea de lo que está pasando. Nick y yo estuvimos de acuerdo en no decirle nada sobre las amenazas y todo el asunto del dinero, por su bien. O al menos eso pensábamos, ya que de todos modos hemos estado nosotros también bajo la mira de esos hijos de puta.

—Hay algo que necesitas saber. —dicho esto, la agarro de la mano y la jalo para que me siga a mi habitación.

(...)

—Tenemos que hacer algo. —dice mi hermana en el despacho de nuestro padre.

Él levanta la mirada hacia nosotros, pensativo.

Mis padres habían llegado de viaje anoche, cuando yo estaba en casa de Nick. Mamá nos extrañaba un montón, quería ver a sus hijos antes de viajar a Corea del sur por una semana. Y a Papá lo necesitan en la oficina principal de la ciudad.

Siempre es raro cada vez que regresan... no lo sé, es como reconfortante pero al mismo tiempo no. Ya aceptamos que nunca hay una estabilidad para ellos, nosotros no somos una razón ni lo seremos. Y duele, duele muchísimo.

—Debo hablarlo con Paul antes, es su hijo.

Ruedo los ojos.

—Aparentemente a Paul le importa un carajo su hijo.—respondo molesto.

—No digas eso, Connor.—me reprocha Mamá, quien está sentada en un sofá marrón de cuero junto a Ángeles. —Paul se preocupa mucho por su familia.

—¿Y entonces por qué no hizo algo antes?—alzo ambos brazos, siento mis mejillas calientes por el enojo.

Mi padre se queda en silencio y se sienta en su silla.

Soy Nick Campell  (actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora