Prólogo

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Juego con la arena que tengo entre las manos mientras que observo la fogata que está al frente de nosotros. La risa de Ángeles hace que lleve la mirada hacia ella y su amiga Margaret, ambas están hablando alegremente.

Agarro el vaso con cerveza que tengo a un lado para terminármelo. Una vez que trago, suspiro y me acuesto en la arena para ver aquel tono negro del cielo con las estrellas en él.

—Nick—Ángeles me llama.

Me levanto un poco; apoyando mi peso en mi brazo derecho.

—Angie—respondo.

Desde que la conocí la he llamado así por cariño.

—¿Estas bien?—pregunta y frunce un poco su ceño, al mismo tiempo su rostro demuestra diversión.

Asiento con la cabeza.

—¿Por qué?

Se encoge de hombros,—Es que te vi como un poco distraído..

—Estoy tranquilo,—doy una leve sonrisa— por fin estoy de vacaciones.

—Lo se, todos lo estamos—suspira aliviada para luego levantarse de la arena— iré a buscar algo de comer, ya vuelvo.

Dicho esto se aleja de nosotros.

Los demás chicos que nos acompañan están hablando entre ellos. Cerca de mí está Margaret quien se encuentra en silencio y de vez en cuando me observa. Me rasco incómodamente el cuello y volteo hacia los lados para no tener que verla.

No es que no me agrade, pero siempre está pendiente de todo lo que hago y algunas veces me aterra..

Me levanto de la arena y decido caminar hacia la orilla de la playa. Una vez que llego, el agua salada moja mis pies y hago un quejido por lo fría que se encuentra.

—Mierda.. —me alejo del agua.

Oigo una risa detrás de mi y enseguida volteo mi cabeza.

Connor está parado a un metro de mi, tiene puesto su típico suéter gris. La capucha la tiene puesta; haciendo que solo se vean algunos mechones de su cabello rubio —el cual ahorita mismo se ve oscuro—, me doy cuenta que tiene una sonrisa de medio lado.

—Solo a ti se te ocurre mojar los pies a esta hora—comenta con tono burlón.

—No me di cuenta que estaba tan cerca.

Se coloca a mi lado para luego ver hacia la luna, la cuál se encuentra justamente arriba de nosotros.

—Aún me arrepiento por dejar que Ángeles trajera a Margaret—dice luego de algunos segundos —bueno, en realidad fue mi padre quien le dió el permiso, y yo no tenía más remedio que aceptarlo.—suspira.

—¿Por qué? Si, admito que es un poco intensa pero—

—Siempre se mete en lo que hacemos y más en lo que tú haces—me interrumpe.

Río,— Lo se, pero relájate.. solo estará por unos días.

—Por suerte—dice y mete ambas manos en los bolsillos de su suéter.

Ambos nos quedamos en silencio.

—¡Chicos!—oímos que nos grita Angie a lo lejos. Ambos volteamos y vemos que tiene en la mano una bolsa llena de marshmellow —Vengan.

Le doy un vistazo a Connor para luego sonreír de medio lado y mover las cejas. Comienzo a caminar pero siento como su mano me detiene del brazo; haciendo que lo vea nuevamente.

Sus ojos grises me observan detenidamente a los ojos hasta que suben hacia mi cabello. Con su mano me lo sacude y sonríe.

—¿Que tenía?—pregunto extrañado.

—Solo.. arena.

Dicho esto, empieza a caminar hacia donde se encuentra su hermana. Me quedo viéndolo raro pero después decido ir también.

Algo me dice que estas vacaciones serán diferentes.. completamente diferentes.

Soy Nick Campell  (actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora