Capitulo 1

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NICK

El sonido de los tacones de la secretaria de mi padre no cesa. Ella camina de allá para acá, entrando y saliendo de oficinas para luego regresar a su lugar y atender las llamadas.

Hago una mueca al echarle un vistazo desde mi lugar: tacones afilados y de color rojo, falda negra extremadamente pegada a sus piernas que casi no le permite caminar — y sin embargo lo hace—. Camisa de botones del mismo color y también muy pegada; haciendo que resalte su busto. En el cuello de esta tiene un lazo rojo, combinando con la cantidad de labial rojo que tiene en esa boca inyectada.
Su cabello rulo lo tiene suelto, le puedo ver desde aquí unas cuantas canas.

Meneo la cabeza para no continuar observándola. No quiero pesadillas esta noche.

—Joven—oigo que me llama.

Dirijo nuevamente mi mirada a ella, quien me ve con una sonrisa mientras se acomoda sus gafas.

—Ya puede pasar al despacho del señor Campell.

—Está bien.

Me levanto de la silla para caminar hacia la puerta del despacho de mi padre. Antes de entrar la toco para segundos después oír su "adelante"

Cierro la puerta detrás de mí para observarlo.

—Siéntate—dice quitando su mirada de unas hojas para señalarme con su pluma la silla negra de cuero que está al frente suyo.

Hago lo que me dice para hablar.

—¿Para qué me pediste que viniera?

—Para avisarte que esta noche tu madre y yo tomaremos un vuelo a Boston para resolver unos asuntos de la empresa y volveremos el domingo—acomoda sus hojas para guardarlas en una carpeta—. Así que por favor..—hace una pausa— no destruyas la casa.

Sonrío de medio lado.

—Oh vamos,—me cruzo de brazos— sabes que nunca la termino destruyendo completamente.

El me da una mirada fulminante y enseguida se me borra la sonrisa.

—Como sea,—suspira— no la destruyas ni un poco.

Asiento con pereza.

—Bueno, debo irme—observa la hora en su reloj— tengo reunión.

Observo que termina de guardar sus cosas para acomodarse su corbata y darme una última mirada.

—Nos vemos—sale de la oficina.

—Adiós..—murmuro.

Me levanto de la silla para caminar hacia la salida también.

Ya estoy acostumbrado a las conversaciones cortas con él, desde que tengo memoria.

Mi padre siempre ha sido una persona seca y estricta, nunca tuve con él esos momentos de padre e hijo ya que siempre se ha enfocado más en sacar adelante su empresa. Se que me quiere, o al menos trato de creerlo ya que soy su hijo. Pero con mi madre si es diferente, ella siempre ha estado ahí para mi incondicionalmente, sin importar que esté horas metida en aquel veterinario en el que trabaja y que tanto adora.

Ambos son polos opuestos que se atrajeron.

Una vez que salgo del gran edificio, comienzo a caminar por las calles de Nueva York. Observo que el sol de primavera en sus horas de atardecer pega en los árboles y edificios, las personas caminan de allá para acá, los perros juegan entre ellos mismos y algunos niños comen helado.

Soy Nick Campell  (actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora