Capitulo 21

26 1 0
                                    

NICK

Ya esta es mi tercera noche en este lugar. Mi cuerpo se siente débil y adolorido por los golpes, intento mantener la calma pero es un intento fallido. Aún no me cabe en la cabeza que estoy aquí por culpa de mi padre, que por él estoy pasando por todo esto. Me siento mal, muy mal... no puedo imaginar lo que debe estar sintiendo mi madre ni mis mejores amigos. Necesito despertar ya mismo de esta pesadilla e irme de casa. Si salgo de esta, no creo que pueda seguir viviendo bajo el mismo techo de mi padre por más doloroso que sea para mi madre.

Suelto un quejido cuando intento sentarme ya que mi abdomen duele demasiado, debo estar lleno de moretones en esa parte. Mis manos están atadas, así que no puedo hacer nada como para ayudarme. Mi garganta se siente seca, no he tomado agua y siento que en cualquier momento me puedo desmayar si no me hidrato. Miro hacia los lados, la luz está encendida y la puerta está abierta pero no recuerdo haberla visto abierta antes de dormirme. Pero entonces escucho pasos bajar por aquellas escaleras que me arrastraron el día que me trajeron y trago saliva intentando calmar mis latidos.

—Adivina que,—dice el tipo de los tatuajes una vez que se para al frente de mi, yo lo miro desde el suelo— tu padre se comunicó conmigo y nos dará el dinero.

—Entonces déjame ir. —respondo mientras lo fulmino con la mirada.

El sonrie de lado y se agacha para estar a mi altura.

—¿Crees que soy idiota?—su mirada de enfermo me causa nauseas— Se que no va a darnos el dinero, solo quiere que nos encontremos en un punto para poder atraparnos con la policía.

—¿Tienes miedo?

Enseguida su mandíbula se tensa.

—Me parece que el que tiene miedo aquí eres tú,—coloca su dedo índice en mi frente de manera brusca—porque seguramente no saldrás vivo de acá.

No digo nada. El se levanta y me obliga a levantarme, mis piernas se tambalean un poco e intento mantenerme de pie. Su risa se oye en este tétrico lugar y observo que dos hombres más, llegan y uno de ellos me quita la cadena de las muñecas. Aprovecho el momento para darle un golpe en el rostro al imbecil de los tatuajes con la poca fuerza que tengo. Cuando endereza su cabeza y me ve, me devuelve el golpe en el abdomen haciendo que arrugue mi cara del dolor.

—Llévenlo a la camioneta. —mira a los hombres que me sostienen mientras trato de respirar— ¡Ahora mismo!

Ellos le hacen caso y yo solo me dejo llevar.

CONNOR

—Por favor, come. —oigo que dice mi hermana quien se encuentra sentada al frente mío en el comedor.

Miro el plato de comida que ha preparado ella para nosotros dos y niego con la cabeza. Los dos nos encontramos en casa, solos porque nuestros padres están en la calle desde hace horas. No he dejado de pensar en Nicholas, me da escalofríos y mareos tan solo pensar en si más nunca lo volveré a ver, si más nunca volveré a escuchar su voz, su risa, sus bromas, sus consejos, si más nunca volveré a sentir la calidez de su cuerpo. Han pasado tres días, tres dias de pesadilla.

—Connor.

—No tengo hambre.—contesto y levanto la mirada hacia ella quien me observa con los ojos rojizos.

Ángeles toma una respiración y suelta el tenedor haciendo que este suene contra el plato.

—¡Maldición! —apoya sus codos encima de la mesa sin dejar de verme— ¡Yo también la estoy pasando para el culo!

Siento un nudo en la garganta. Ella se aclara la garganta.

—Yo también tengo demasiado miedo de perder a Nick, —continúa diciendo más calmada— y también tengo miedo de perderte a ti si sigues con esa actitud.

Soy Nick Campell  (actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora