Capitulo 2

182 8 1
                                    

NICK

Un dolor espantoso en mi cabeza hace que me despierte. Abro de a poco los ojos por la claridad que hay hasta que logro ver a mi alrededor.

Estoy acostado en el sofá y sin camisa. Hay botellas y vasos por todos lados, algunos chicos duermen en el suelo y otros están recogiendo sus cosas para irse.

Uno de ellos se acerca para alborotar mi cabello. Cierro los ojos por la punzada de dolor que no se quita.

—¡Que buena fiesta amigo!—se coloca su gorro para luego irse.

Ni idea de quién era.

Me levanto para despertar a las chicas que siguen durmiendo. Logro sacar al resto de las personas de la casa para por fin cerrar la puerta y tomar una bocanada de aire.

Necesito una pastilla ahora mismo.

Camino a paso lento hasta la cocina para sentarme en la silla del mesón. El olor a café llega a mis fosas nasales y enseguida mis ojos se dirigen a lisa quien se sirve en una taza dándome la espalda.

—¿Te sientes bien?—oigo que me pregunta.

Cruzo mis brazos encima del mesón para apoyar mi frente.

—No.

—Ni yo—responde otra voz.

Levanto mi cabeza para ver a Connor sentarse a mi lado. El bosteza mientras se rasca un ojo para verme.

—No sabia que seguías aquí—digo.

—Me quedé dormido en la habitación de invitados.

—¿Tus padres saben en dónde estás?—pregunta lisa viéndolo.

—No—se encoge de hombros.

Lisa y yo intercambiamos mirada.

—Mis padres casi nunca están en casa—dice restándole importancia.

Me levanto en busca de un vaso de agua y una pastilla.

—Sabes que este es el segundo hogar de Connor—digo viendo a lisa para luego tomar la pastilla.

Ella asiente,—Lo sé, llevo nueve años en esta casa viendo sus rostros.

Connor da una leve sonrisa para caminar hacia ella y darle un beso en la mejilla.

—Se que nos amas aunque te hagas la dura—le guiña un ojo.

Ella rueda los ojos y lo empuja de la cabeza.

—¡Hey..! —se agarra la cabeza exageradamente— ¿no ves que tengo jaqueca?

—Te pasa por invadir mi espacio personal.

—Ya deja de lloriquear y bébete esto—digo tendiéndole una pastilla.

Él suspira y la termina agarrando.

—Iré a ducharme—digo saliendo de la cocina.

Una vez que llego a mi habitación, entro al baño cerrando la puerta detrás de mi. Mi mirada cae en el espejo frente a mi, observo mi cara hinchada y mi cabello mas desordenado que nunca. Suspiro para quitarme lo que me queda de ropa y meterme a la ducha. El agua caliente cae por mi espalda y brazos; haciendo que me relaje y deje de pensar en aquello que cada día me atormenta la cabeza.

Solo dos personas saben mi secreto, dos personas que extraño mucho.

Yo trato de no pensar en eso pero en algún momento del día vuelve a invadirme. A veces en las mañanas me despierto con ganas de mandar todo a la mierda y ser libre de una vez por todas, pero después siempre llega un pensamiento negativo de cómo puedan reaccionar mis padres y el resto de personas que me conocen.

Soy Nick Campell  (actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora