El es Nicholas Campell, un chico de 18 años, sociable, un poco engreído, pero al fin y al cabo con un buen corazón. El tiene un gran secreto y no se atreve a revelarlo.
Nick no cree mucho en el amor.. pero ¿Que pasará cuando realmente lo conozca? ¿...
Advertencia: Muchas emociones en este capítulo✨❤️🔥 ¡Que lo disfruten!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NICK
Siento una molestia en el rostro así que de a poco abro los ojos y arrugo la cara al ver los rayos de sol entrando por la ventana. Pestañeo con dificultad y me volteo hacia mi derecha para ver a Connor durmiendo tranquilo; sus pestañas se ven más largas de cerca y su respiración es lenta, calmada.
Decido quedarme en cómo estoy y sin poder evitarlo me quedo viendo cómo continúa durmiendo como un niño. Mi mirada cae en su rostro, cabello, brazos desnudos y.. en sus labios. Siento que algo se me mueve por dentro y enseguida suelto un suspiro quitando mi mirada de él. De repente me sentía raro.
Siempre me ha parecido una persona atractiva pero nunca me sentí así. No puedo comenzar a sentir cosas por él, arruinaría todo y lo muy probable es que no sea mutuo y como siempre, yo saldría lastimado. Porque es así, no tengo suerte en el amor. A veces siento que nunca viviré eso, que no conoceré como es el amor realmente.
Me siento en la cama y de la nada veo que el rubio comienza a moverse hasta que abre sus ojos y suelta un bostezo largo. Sus ojos grises me ven un poco desorientados hasta que cae en cuenta de que anoche dormí en su habitación y sonríe divertido.
—¿Que es divertido?—le pregunto.
El me señala la cabeza.
—Tu pelo, pareces un pájaro loco.
Me llevo una mano para acomodármelo y lanzarle una mirada fulminante.
—No es mi culpa..
El suelta una carcajada. Desde que tengo memoria la escucho y aún no me canso de oírla.
—En la madrugada me diste una patada.—comenta sentándose también. Su pecho ahora al descubierto.— ¿Cual fue el mal que yo te hice?
Su pregunta me hace sonreír.
—Quizás estaba soñando con Karate Kid,—me encojo de hombros.— y que era uno de los Cobra Kai.
—¿Cobra Kai? Yo—
El no termina decir ya que la puerta se abre dejando ver a Angie con una bata de pijama y con una taza en sus manos. Connor rueda los ojos.
—¡Ángeles, te dije que toques la puerta cuando vayas a entrar! —le dice levantándose de la cama y haciendo señas de que salga de la habitación.
