XIV.

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Freen despertó con los primeros rayos del sol que se colaban por la ventana, esa no era normalmente su hora de levantarse pero el fin de semana se valía engañar a su cuerpo y darle el descanso que merecía. Una de sus manos estaba sobre las sábanas y otra debajo de su oreja, dormir de lado hacia que su espalda doliera a veces pero según su doctor todo eso era causado por estrés.

La tailandesa tenía flojera para levantarse pero decidió hacer su rutina típica de estiramientos. Sin embargo, cuando sus dedos comenzaron a moverse sintió a alguien a su lado. Un sonrojo y una sonrisa llegaron a su rostro: Rebecca Armstrong estaba durmiendo a su lado, su alumna estaba semidesnuda en su cama...

Todos los recuerdos de ayer llegaron de una manera tan preciosa que no pudo evitar morder su dedo para no decir nada; ahora con mayor razón obligó a su cuerpo a intentar levantarse. Con cuidado se acercó a su chica para dejar un beso suave en su cabello que provocó un sonido tierno de parte de la menor.

Freen giró de nuevo para levantarse con cuidado, se puso una bata sobre su ropa interior y caminó descalza, rodeó la cama para abrir el closet para Becky por si necesitaba algo y antes de dirigirse a la cocina pasó por el sitio donde tenía sus plantas

💭🐰: "Hola preciosa, has sido elegida para hacer feliz a Becky"

Freen tomó la flor, la olió y con una sonrisa la dejó al lado de Rebecca; en sus conocimientos de romanticismo sabía que un desayuno era la mejor manera de comenzar el día. La mayor caminó feliz hacía la cocina, comenzó a tararear una canción de su país y planeó hacer una versión tailandesa de un desayuno inglés para sorprender a su alumna.

Comenzó a preparar la comida, utilizando ingredientes frescos de la nevera; cuando tenía tiempo le gustaba cocinar y aunque la carga de trabajo fuera demasiada no cambiaría los alimentos preparados por comida rápida.

Aprovechando que Rebecca no apareció muy pronto, Freen logró cocinar arroz, huevos fritos y salchichas tailandesas, y también agregó algunas verduras al plato. Decoró un poco la mesa y puso música ambiental, mientras todo quedaba listo se sentó a revisar su correo electrónico viendo que sus socios en Tailandia seguían escribiendo y que el padre de Rebecca seguía sin contestar.

No le gustaba la idea de recurrir al chantaje para lograr instalarse con clientes exclusivos de Bangkok pero si el señor Armstrong no ponía de su parte parecía el único camino plausible. Mientras tanto, en la habitación un pequeño león se despertaba.

Rebecca se peleaba con las sábanas y estiraba los brazos intentando llegar al techo. Por un momento le pareció estar en su habitación porque tenía el mismo color aburrido de todos los días pero un aroma floral la hizo recordar que no había dormido sola.

-¡Rayos!- Becky se sentó de golpe sobre la cama tapando su cuerpo con las sábanas.

La inglesa se volteó y no encontró a nadie a su lado, pasó una mano por su rostro y puso atención en la cama: a su lado había un tulipán blanco y una fotografía recién tomada por una cámara Polaroid.

"Buenos días princesa, no se te olvide venir a desayunar conmigo"

El rostro de Becky se sonrojó al verse retratada mientras dormía, vaya que su profesora era muy buena en su trabajo, después de parpadear un par de veces con brusquedad logró enfocar y reconocer la habitación donde se encontraba. Un closet gigante estaba abierto frente a ella y sus zapatos estaban al lado de la cama, eso definitivamente había sido obra de Freen por lo que aprovechó la hospitalidad y tomó una camisa larga que olía a su maestra.

Comenzó a caminar descalza sobre aquel piso laminado y al entrar a la cocina el aroma de la comida la hizo muy feliz. No anunció su llegada y simplemente se sentó en la mesa para observar a su chef personal de ese día

Extracurricular ┊Freenbecky ┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora