Todas las clases de su horario habían sido cubiertas, la asistencia de Rebecca en ese semestre estaba siendo casi impecable, sus participaciones habían sorprendido a sus profesores e incluso sus relaciones interpersonales parecían ser un poco más meditadas. No se hablaba de la chica en los pasillos y los hombres por fin parecían entender que el aura que rodeaba a Rebecca Armstrong no les permitía acercarse. Por otro lado, las chicas comenzaron a ser más coquetas con ella, los rumores se habían esparcido rápidamente por la facultad: ahora Patricia deseaba estar entre las piernas de una mujer; nadie había descubierto la identidad de la mujer con la que Becky se besó en la fiesta del sábado y eso era bueno porque no necesitaba que sus papás la voltearan a ver en ese momento.
Por su parte, la profesora Chankimha había recibido una solicitud para dar una clase de recurso para para los alumnos que ya habían reprobado un par de veces la materia de genética forense. Le gustó el horario que los alumnos habían elegido porque no interfería con ninguna de sus actividades: miércoles y jueves antes de comer. Así ahora tenía clases con los chicos de fotografía los lunes y viernes por la tarde y también podría incluir prácticas que complementaran a ambas materias. No lo admitiría en voz alta pero Freen adoraba el trabajo en laboratorio, a veces si era demasiado nerd pero todos los recursos que tenían en esa escuela eran solamente un sueño y un deseo en Tailandia por lo que no desaprovecharía esa oportunidad.
Los tacones resonaron en el suelo de madera que tenía aquella aula, ese piso necesitaba un cambio urgente para que no revelara otras cosas innecesarias. Al levantar la mirada se encontró con Rebecca quien la observaba desde su lugar sentada con las piernas abiertas usando una falda corta, lencería negra y medias a juego.
💭🐰: "Joder Rebecca, no puedes seguir haciéndome esto"
Sin embargo Freen no despegó la mirada de Rebecca, ya no había nervios sino ahora era una batalla por saber quién podía tener el control por más tiempo
-Buenas tardes señorita Armstrong- Freen caminó directo a su escritorio observando la camisa en su silla
El ego de Rebecca se sintió un poco herido al ver que Freen no había ido directamente a ella: -Tenia que devolver eso, por eso llegue un poco antes-
La profesora asintió, dejó la prenda allí y se quitó el abrigo ignorando la mirada de su alumna: -Hoy hace calor en el aula, ayúdeme a abrir las ventanas- le pidió mientras dejaba su prenda sobre el escritorio y comenzaba a arremangarse el suéter
Becky estaba confundida pero obedeció la orden, se levantó sin acomodar su ropa y se dirigió a las ventanas, Freen siguió sus pasos y comenzó a abrir las ventanas del otro lado del salón; la tensión escalaba con cada gesto que se dedicaban la una a la otra. Cuando llegaron a la ventana que ambas podían abrir al mismo tiempo Freen dejó que Rebecca lo hiciera y clavó su mirada en su perfil paseando su lengua por sus labios para no decir nada indebido.
-Gracias por su ayuda señorita Armstrong- en la posición que estaban Freen logró alcanzar la cintura de Rebecca y deslizó su mano hasta su trasero dándole unas pequeñas palmaditas- creo que tiene un problema con su falda- le dió un guiño y se separó de ella esperando no haber sido vista por algún alumno
Las mejillas de Rebecca se sonrojaron al instante y entonces se dio cuenta que todo entre ellas estaba bien, tal vez mejor de lo esperado: no había arrepentimientos y el deseo seguía allí.
Su momento terminó allí porque un par de chicos anunció su llegada a la clase saludando en tailandés, algo que hizo que Freen sonriera y volviera a su postura seria de profesora: -Buenas tardes - les regresó el saludo en su idioma natal
💭🦦: "Definitivamente tendré que sorprenderla de otra manera, verá que mi lengua tiene otro tipo de habilidades"
Ahora había rostros nuevos en el salón y eso le pareció raro a Rebecca, no obstante, su respuesta llegó pronto cuando escuchó a Freen hablar
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Extracurricular ┊Freenbecky ┊
FanfictionLa chica popular ya no podía reprobar materias porque su permanencia en la universidad peligraba y sus padres no querían tenerla de vuelta en casa, era el caos andante: peleas callejeras, fiestas sin control y amigos extranjeros que solo la buscaban...