Al caer la mañana los dos salieron de la cama para arreglarse y bajar a desayunar en "familia"...
- Buenos días, cómo están - preguntó el hombre llegando a la mesa con su guapa esposa
- Bien hermano y ustedes, ¿cómo amanecieron? - preguntó la sonriente Inés
- Bien gracias - le sonrió la ojiverde
- Ni tanto - interrumpió su otra cuñada - Ya nos amargaste el desayuno con tu sola presencia...- posó una sonrisa con desagrado.
- Ya hemos hablado del tema, Lucrecia, por favor evita ese tipo de comentarios ¿quieres? - puso la mano de él sobre la de su esposa, la que de hecho, estaba fulminando con la mirada a su cuñada.
- Está bien, dejando de lado el tema - carraspeo - te quería avisar que invité a Paulita a cenar mañana - posó su sonrisa malvada al ver el semblante de su cuñada al mencionar el nombre de la que fue su rival. - Y aviso ahora que todos estamos reunidos, para que no les extrañe si la ven mañana aquí antes de la hora de la cena -
- ¿Y por qué hiciste eso? - preguntó su hermano, fulminandola con la mirada
- Eso es lo de menos - le sonrió
- Pues no estoy de acuerdo - interrumpió a su marido y a su cuñada al tiempo que levantó la voz. - Así que le cancelas. - le devolvió la sonrisa hipócritamente
- Ja, estás loca si piensas que le voy a hacer eso - rió
- Bueno pues no te preocupes, yo le digo de tu parte - le guiñó el ojo. - Sirve y así, aprovecho para decirle que ya no la quiero como diseñadora del evento - sonrió, dió de hombros y tomó un poco de su jugo.
- ¿Y por qué no la quieres ya como diseñadora para el show? - preguntó su esposo.
- Últimamente me ha llevado propuestas que no van con el concepto que tengo en mente. Estoy a tiempo de conseguir a otra diseñadora.-
- Yo no te estoy pidiendo permiso Marisa, estoy avisando que vendrá a comer y fin del asunto.- se levantó para retirarse.
- No bueno, parece que aquí las peleas hasta en el desayuno se han vuelto costumbre - interrumpió el silencio la menor de la mesa.
- Come Lucía, tienes clases - ordenó el papá.
- ¿Pero porqué mi tía va a hacer eso? - preguntó su hijo mayor - traerla seria faltarle el respeto a tu esposa. No está bien.- señaló a su mamá.
- Hugo tiene razón papá, no puede venir a comer con nosotros como si nada, y menos estando Marisa aquí - agregó Rafa.
- Correcto - miró a su mujer.
- Mis hermanos tienen razón respecto a la pelo chueco, no puedes permitir que esa mujer se venga a sentar a esta mesa como si nada, como si fuera gran amiga de la familia - miró indignada a su padre - si viene - advirtió - ni cuentes con la presencia de nosotros tres en la mesa.- avisó - Bueno, de nosotros cuatro - se corrigió así misma - porque tu esposa no creo que quiera cenar, ¿o sí?- le preguntó.
- Tus hijos tienen razón.- miró a su esposo - no apoyo el que Paula venga a cenar.-
- No pienso apoyar la locura de Lucrecia, voy a hablar con ella - dijo serio.
- Pues cenará sola entonces, por que yo tampoco me voy a prestar para los juegos de Lucrecia - agregó la hermana del empresario.
- ¿Por qué no hablamos de otro tema? Aprovechemos ahora que podemos - preguntó el mayor de todos, con una sonrisa -no dejemos que este tema nos amargue hasta el desayuno -