aviso rápido, pongan those eyes de new west antes de leer RÁPIDO
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los labios de quackity sabían a vodka y a vómito, cosa que por un momento distrajo a luzu y lo aterrizó en la situación. si él no estaba ebrio y quackity sí definitivamente no iba a besarlo.
lo separó de él y se paró de la cama, yendo por un cepillo nuevo de dientes, una pasta y un vaso con agua para quackity.
— ¿No piensas besarme porque vomité?
luzu negó con la cabeza, entregándole las cosas a quackity. este comenzó a lavarse los dientes ahí mismo, parándose poco después hacia el baño para escupir la pasta.
— No es eso, estás ebrio, y yo no.
quackity terminó de lavarse los dientes y alzó una ceja, viendo a luzu con confusion.
— Si estuviera ebrio no te habría besado.
pero luzu sabía que era todo lo contrario. que quackity no se acordara era otra cosa.
— ¿Cómo sé que no estás ebrio?
y así de la nada, quackity comenzó a cantar.
— maybe i just wanna be yours...
luzu nunca se había puesto tan rojo. hacía un par de horas había repetido esa canción 80 veces mientras cuidaba de quackity y sabía que si estuviera ebrio no lo recordaría. no recordaría nada.
pero ahí estaba, cantando y dando pasos lentos hacia luzu al ritmo de la canción.
cuando se acercó a él lo suficiente, luzu estuvo totalmente convencido y lo abrazó de la cintura.
— esta vez quiero acordarme de todo.
y sin decir más, se puso de puntitas y beso al castaño.
¿esta vez? o sea que...
¿lo recordaba todo?
luzu ya no sabía que decir, lo juntó a su cuerpo y correspondió aquel extrañamente dulce beso, los labios de quackity eran extremadamente perfectos, sentía que de acoplaban a los suyos a la perfección.
nuevamente fue quackity quien comenzó a dar pasos hacia atrás, llevándose a luzu a la cama y acostándose justo cuando llegaron a esta. luzu estaba fascinado, jamás se había imaginado que quackity hiciera algo así y menos estando sobrio. se acostó arriba de él y luego de un rato de besos fue quackity quien se atrevió a quitarle la sudadera a luzu, dejándolo sin ropa en la parte de arriba.
luzu no quería hacer ningún movimiento erróneo, tenía miedo incluso de tocar a quackity por más inocente que esto fuera pero quackity parecía que no le importaba.
y luzu no lo sabía pero era todo lo contrario.
quackity estaba más nervioso que de lo que se había puesto en mucho tiempo. se había mantenido firme respecto a recordar todo lo que había pasado la otra noche y la verdad era que agradecía haberlo recordado, pues de esa manera era que sabía que hacía mucho tiempo que no se sentía así teniendo sexo con nadie. de hecho, él y wilbur tenían mucho tiempo sin hacerlo, quackity pensaba que era normal al tener tantos años juntos pero al enterarse el día anterior de lo de george definitivamente sabía por qué.
eso también lo impulsó a hacer lo que estaba haciendo con luzu, y es que ¿de qué otra manera podría averiguar si se había sentido bien por el alcohol o por luzu?
tímidamente cambió de posiciones con luzu, quedando arriba de él. el castaño se veía totalmente desubicado y eso a quackity le causaba ternura.
luzu esta vez tomó la iniciativa, desabotonando la camisa de quackity y se la quitó, tirándola al suelo.
ninguno de los dos sabía, que el otro estaba totalmente nervioso y ambos pensaban que el otro estaba tomando las riendas del asunto. en realidad gracias a esos pensamientos eran ambos quienes estaban manejando la situación en un intento por no verse nerviosos.
los labios de quackity de repente descendieron al cuello de luzu, quedándose ahí para comenzar a besar y morder. luzu no estaba ebrio esa vez pero no le importaba si quackity le dejaba marcas o no, lo único que sabía era que estaba envuelto en placer, un placer especial que sólo quackity podía darle.
jadeó cuando sintió los labios del pelinegro sobre su pecho, bajando lentamente por este y haciendo que luzu se sintiera en el mismísimo cielo.
— quacks...
susurró, recargándose sobre sus codos para ver al pelinegro a los ojos. quackity nuevamente subió, depositando en los labios del castaño un suave beso.
— Tranquilo, Lusu. Te juro que no estoy ebrio.
luzu casi se desmaya de emoción al escuchar su nombre mal pronunciado. quizá quackity sabía que le gustaba y por eso seguía diciéndolo de esa manera.
asintió con la cabeza, decidiendo creer en quackity y simplemente se dejó llevar por la situación.
ambos se entregaron de una manera que luzu jamás había experimentado, para ser claros luzu jamás había tenido una relación seria y todas las personas con las que había compartido una cama eran personas pasajeras.
en ese momento, cuando ambos terminaron y quackity estaba debajo suyo con las mejillas rojas y los ojos cerrados, lo único que pudo pedir fue que existiera un Dios.
que existiera un Dios que le permitiera quedarse junto a quackity lo que le quedara de vida.
sus respiraciones estaban agitadas todavía cuando quackity abrió los ojos, aquellos ojos avellana que a luzu comenzaban a debilitarlo por cualquier pequeña situación. las miradas de ambos se conectaron y antes de que luzu pudiera hacer o decir cualquier cosa quackity lo besó, tan apasionadamente que luzu ya se estaba volviendo loco.
eran casi las 7 de la mañana en ese momento, y luzu, por más que quisiera que el mundo se terminara con él y quackity juntos y abrazados, sabía que la vida seguía su rumbo.
— ¿quieres que te lleve a casa? -preguntó luzu, acostándose a su lado con todo el miedo del mundo de volver a abrazarlo.
quackity fue más rápido, pues se acurrucó entre sus brazos y cerró los ojos, dispuesto a descansar.
— no se siente como casa.
luzu no insistió más, rodeando el pequeño cuerpo del pelinegro con sus brazos y jaló las sábanas hacia ellos, cerrando los ojos también.
— descansa, quacks.
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