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— Mi lindo patito...

la voz de luzu resonaba en la mente de quackity constantemente, haciéndolo sonreír por la felicidad que le traía estar al lado del chico.

la vida de quackity había sido complicada desde su nacimiento.

sus padres, nacidos en mexico solían decirle al pelinegro que vivir en estados unidos tenía que ser siempre su última opción. decían que los extranjeros trataban mal a los mexicanos, pero no sabía cómo darles la razón. todas las personas americanas que conocía vía internet tenían una buena vida, tenían padres egresados de carreras importantes mientras que sus padres tan sólo podían mantenerse al día.

al principio trataba de hacerles caso, pero las cosas cambiaron cuando mataron a su mamá y su padre se volvió un alcohólico sin remedio.

se supone que quackity odiaba el alcohol.

— Todo está bien...

nuevamente habló, distrayendo a quackity de sus pensamientos.

sabía que debía ser fuerte y más cuando pudo sentir los brazos de luzu rodeándolo, haciéndole recordar que luego de tanto tiempo por fin había dejado de estar solo.

no era suficiente su mala infancia y adolescencia, puesto que al estudiar la universidad en estados unidos la vida continuó maltratando a quackity de mil maneras.

primero, alianzas entre distritos con falsos amigos. después, jschlatt. y en ese momento en el que tenía una amenaza de quien el creía era el mismo tipo al que había torturado, no podía dejar de preguntarse, ¿por qué?

— Gracias, Luzu... sólo fue una pesadilla.

rodeó el cuerpo de su novio con su brazo, recostando su cabeza en el pecho del mismo mientras recordaba su terrible sueño.

no era la primera vez que soñaba con él, con un chico en traje verde de prisión y una máscara con una carita feliz, persiguiendolo y sosteniendo un cuchillo en la mano.

— ¿Qué soñaste?

inquirió el castaño, haciendo que quackity se escondiera debajo de las cobijas, como si quisiera esconderse de algo.

o de alguien.

— Que me perseguían.

luzu asintió, abrazándolo con más fuerza por un par de segundos.

— Qué bueno que despertaste, estoy aquí para ti, mi niño.

nuevamente sonrió, asintiendo con la cabeza.

luzu hacia que se sintiera seguro, le daba una tranquilidad increíble el saber que estaba ahí para él, después de todo era la única persona que siempre lo apoyaba luego de charlie, pero claramente era diferente al ser su novio.

— Te quiero, lusu.

una vez más, lanzó una desgastada colilla de cigarro al suelo, sobando su cabeza puesto que le dolía de una manera inimaginable.

tomó su teléfono, esperando tener un mensaje de luzu pero no era así. en su lugar tenía 5 mensajes de Wilbur, y un par de llamadas perdidas del mismo.

quackity, ¿todo bien?

¿necesitas algo?

él no vale la pena.

quédate conmigo.

solucionemos esto juntos.

volvió a bloquear la pantalla del móvil, tirándolo en el césped lejos de él.

; those eyes.  † luckity †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora