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el mesero llegó luego de un par de minutos, dejando dos copas de champagne sobre la mesa y un par de servilletas en medio de las dos personas que se encontraban frente a frente.

habían estado en silencio desde que habían llegado, a excepción del momento en el que el castaño había pedido las bebidas de ambos, ya que él había sido quien había invitado por esa ocasión.

los ojos de ambos estaban conectados, y a pesar de que el pelinegro había decidido darle un primer sorbo a su bebida no había despegado su mirada de los ojos verdes del chico que se encontraba frente a él.

parecía que estaban retandose en silencio, hasta que uno de ellos decidió romper este.

— ¿para qué me citaste, para quedarte callado? -inquirió el más bajo, pegándole suavemente a la mesa con su dedo índice.

— quackity, ¿no me extrañaste todo este tiempo?

el aludido soltó una carcajada, evidentemente de puro sarcasmo.

— qué jodidos quieres, purpled. no tengo tiempo para estupideces.

purpled sonrió, le dió un trago a su copa y enseguida respondió.

— me enteré que te visitó dream.

quackity arqueó una de sus cejas, sin entender muy bien a dónde quería llegar.

— ¿entonces?

— no sé si vas a matar a luzu como dream te lo pidió... -quackity rodó los ojos con evidente fastidio.— pero quiero que sepas que estás muy equivocado si planeas hacer algo en contra de nosotros.

y la carcajada que soltó quackity podría jurar que la había escuchado el restaurant entero.

— ¿es enserio? -inquirió con una mirada de incredulidad.

— oh, cierto... que no te has enterado aún de la muerte de Karl, ¿verdad?

la sonrisa en los labios del pelinegro desapareció de inmediato, al igual que los latidos de su corazón se detuvieron por un momento al escuchar aquello.

— ¿qué Karl qué?

y esta vez quien estaba sonriendo era purpled.

— quizá no soy tan débil ahora, ¿no crees?

quackity mordió su labio por dentro, tratando de no alterarse ante tal noticia que le resultaba demasiado triste. dejó escapar un suspiro pesado, dándole un trago más a su bebida.

— Karl jamás fue rival para mí, Purpled. -aseguró mientras desviaba la mirada. intentaba no llorar y esperaba que el chico frente a él no se percatara de aquello.— Y por tu bien espero que no estés pensando que puedes hacerme daño porque lo mataste a él.

purpled entrecerró los ojos con evidente molestia tras las palabras del pelinegro.

— ¿de verdad estás tan seguro de ti mismo?

quackity le dirigió una mirada fulminante, acercándose a él lentamente, para luego susurrar.

— como no sea acostarte con mi novio dudo que puedas hacerme daño de otra manera.

esta vez arqueó las cejas, sin entender muy bien a lo que quackity se refería.

— de igual manera -el pelinegro se puso de pie, tomando su copa para beberse el champagne de una sola.—, gracias por invitar. a la próxima invito yo.

— ¿a la próxima?

— por supuesto. -quackity sonrió cínicamente, una sonrisa totalmente digna de sus desórdenes mentales.— en los funerales siempre debe servirse el mejor champagne.


; those eyes.  † luckity †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora