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— Cariño, despierta.

desde la planta de abajo quackity escuchó la voz de su novio llamarle, haciendo que despertara de golpe y con el corazón acelerado. llevó su mano a su abdomen de inmediato, sólo para darse cuenta que ni en este ni en su rostro había sangre, observó su mano derecha, y lo único que vio en ésta fue una profunda cicatriz.

suspiró aliviado, era un sueño, otra vez.

no era la primera vez que quackity soñaba con aquella relación de mierda de su pasado, odiaba tener que lidiar con ello, si por él fuera olvidaría todo de una vez por todas, cambiaría todos sus recuerdos con jschlatt por unos chetos.

— ¿Quackity?

llevó su mirada a la puerta, observando el lindo rostro de su novio asomándose por ésta.

— Te he llamado ya 3 veces, ¿está todo... -el castaño se acercó al pelinegro, observando las gotas de sudor que resbalaban por su frente y notando lo agitada que estaba su respiración— ¿otra vez?

quackity asintió.

cada vez que soñaba con jschlatt le decía a su novio que soñaba que lo perseguían en la noche y no podía escapar, no quería que el chico se sintiera mal por enterarse que a tales alturas del partido seguía soñando con su ex. y es que no era su intención, él simplemente seguía apareciendo y no sabía por qué.

— Tranquilo, corazón. Te preparé el desayuno, terminando tenemos que ir al casino, ¿de acuerdo? Hay un par de chicos que quieren negociar algo contigo, no entendí nada pero les dije que estarías ahí.

quackity asintió con la cabeza, poniéndose de pie para acompañar a su novio abajo.

wilbur, más que su novio era algo así como su manager, solía arreglarle citas con personas importantes y ayudarle a mantener Las Nevadas en pie. tenían alrededor de 3 años saliendo y debía admitir que jamás había tenido una relación tan sana, wilbur era simplemente un chico único. lo amaba por ello.

~~qqqq~~

— ¿Estás seguro que va a llegar?

la voz de quackity sonaba un poco fastidiada para ese punto, tenían casi 45 minutos de más esperando por los chicos que querían hacer tratos con él.

a quackity no le desagradaba estar en el casino, de hecho, se la vivía ahí. pero no era tanto de su agrado esperar un imbecil que no podía simplemente llegar en el momento acordado y mucho menos en una sala donde sólo estaban él, wilbur y dos idiotas que hacían de guardias.

como si no pudiera cuidarse él solo.

de repente se abrió la puerta, dejando ver a dos chicos altos, uno de ellos tenía el cabello negro, una sudadera morada y unos jeans blancos, el otro era castaño, vestía una sudadera negra con jeans negros y una sombra en los ojos que para gusto de quackity, se veía espectacular.

— Un gusto, tú debes ser Big Q.

habló el chico castaño, desde ya podía ver que el único interesado en sus servicios era él y aquel chico pelinegro tan sólo iba de compañía.

se acomodó mejor en su silla y extendió su mano señalando las sillas que había frente a él en aquella oficina.

— Ese mismo, un gusto.

ambos chicos tomaron asiento frente a él y su novio, quien los veía muy atentamente.

wilbur era un chico bastante observador, quackity no sabía cómo pero podía deducir el carácter de una persona con tan sólo charlar un par de minutos.

— ¿Para qué necesitan de Big Q? -cuestionó wilbur de golpe, sorprendiendo a quackity.

él nunca solía referirse a él como big q, a penas y le decía quackity cuando tenía mala suerte, normalmente eran apodos y cursilerías. además de que jamás se metía en sus pláticas así como así, cosa que le sorprendió aún más.

conocía a su novio, y eso significaba que desconfiaba de las personas frente a él.

— Venimos en total son de paz, sugiriendo una alianza entre nuestra ciudad y la de ustedes.

esta vez fue el chico pelinegro el que formuló la propuesta, quackity no pudo evitar soltar una risa. quizá era un poco hijo de puta desde que había pasado lo que pasó con jschlatt, y es que le había dejado un trauma que ni él se imaginaría llegaría a tener en su vida, ya no confiaba en nadie y mucho menos solía ser amable.

— ¿Una alianza? Qué es esto, ¿el rapids? ¿Acaso saben quién soy y qué es Las Nevadas?

el castaño sonrió, para sorpresa de quackity.

— Porque sabemos quién eres, Big Q, y lo que es Las Nevadas, es que buscamos una alianza.

respuesta que le gustó a quackity, aún así no se las dejaría tan fácil, algo tenían que hacer a cambio.

— ¿Y cómo planean conseguirlo?

observó detenidamente al castaño, quien había metido una de sus manos a su sudadera, sacando una ficha de casino entre su dedo índice y medio.

— Big Q, ¿alguna vez has perdido una apuesta?

— Big Q, ¿alguna vez has perdido una apuesta?

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suspenso 😈😈

; those eyes.  † luckity †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora