A paso lento se adentró a la torre más alta de la iglesia, con su mano libre empujó la puerta, en el fondo en las sombras estaba un chico jugando con figuras de madera. Encendió una vela y suspiró agotado dejando la canasta con agua y pan en la mesa, la silueta del joven cada vez era más visible hasta que estuvo enfrente suyo con sus muñecos en su mano, su mirada de perro lastimero le decía que lo estuvo esperando. Sin ganas sacó el pan de la cesta y lo colocó sobre un plato, debía ser rápido si no quería llegar tarde a la cena de la iglesia, sirvió el agua en una copa y después de un momento de silencio habló.
—¿Qué debes hacer antes de comer?—preguntó de forma demandante al ver que agarraba el pan.
—Rezarle a Dios y darle las gracias por el pan de esta noche—respondió con algo de miedo ante la fría mirada de Seonghwa, su rostro se veía aterrador bajo la luz de las velas.
—Quiero escucharte—ordenó.
El joven dejó sus muñecos y juntó sus manos dándole gracias al señor en voz alta, cada que su voz temblaba o miraba con deseo al pan Seonghwa pisaba su pie con fuerza para que estuviera concentrado, era el momento de agradecer, no podía tener su mente en otra cosa que no fuera eso hasta terminar. Una vez que Seonghwa le dió la orden el joven agarró el pan y lo devoró como si no hubiera comido nada en días, su estómago vacío rugia desde la tarde, Seonghwa no le había dado el almuerzo por asistir a la fiesta de los locos y moría de hambre.
—Pareces un muerto de hambre.
—Lo siento—se disculpó apenado limpiando las migas de su boca— ¿Cómo le fue en la fiesta?
—No pienso volver a ir a una festividad así, los brujos están por todos lados, la gente extraña está por las calles y la basura de Brilthor camina libremente—habló con ira al recordar lo sucedido apretando su mano en un fuerte puño.
—Debe sacar la basura del pueblo, amo.
—Lo sé—exclamó lleno de frustración llevando sus manos a su cabello— si ya terminaste de comer entonces debo irme, tengo una cena importante y no puedo llegar tarde.
—Claro, ya terminé de comer—asintió jugando con sus dedos nervioso por la oscuridad, Seonghwa había apagado la vela y ahora su única luz era la luz que reflejaba la luna, su única amiga.
Seonghwa agarró la cesta y sin despedirse dejó la torre, aquel engendro que debía cuidar lo había encontrado en los pies de la iglesia en medio de la nieve, al principio pensó en abandonarlo allí, pero por petición del sacerdote lo crío como su hijo, a pesar de ser un niño sano y hermoso había crecido encerrado en una torre condenado a la exclusión creyendo que era la bestia más horrible de todo Brilthor, creció siendo educado por el juez y de vez en cuando bajaba con el sacerdote a encender las velas para la misa nocturna y a regar las plantas, nadie sabía de su existencia.
Con molestia cruzó la iglesia y caminó al ala reservada donde se encontraba una gran biblioteca a la que pocos tenían acceso y a un gran comedor. Saludó con educación a los hombres presentes y ellos le devolvieron el saludo unos con sonrisas y otros con apretones de manos, el no era la excepción, la sonrisa en su rostro les daba a entender lo agradecido que se sentía de estar allí. Había llegado con una propuesta y la hubiera dicho si cierto hombre no hubiera abierto la boca. La cena transcurría con tranquilidad hasta que el sacerdote con el que Seonghwa se había topado en la tarde en la persecución del joven habló contando lo que Seonghwa había hecho contando con detalle lo que había sucedido, el ambiente alegre se había trasfondo en un ambiente incómodo y lleno de tensión.
—El juez Seonghwa intentó asesinar a un joven en los pies de la iglesia.
—Era un hereje, no puedo dejar a los herejes correr con libertad por Brilthor—exclamó.
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PREGAMI
FanfictionSeonghwa era un ministro encargado de la caza de desperdicio humano, era capaz de quemar la ciudad entera con tal de acabar con la plaga, sin embargo, cometería un pecado imperdonable al encontrarlo a él. *historia original, no copias ni adaptacione...