Al levantarme casi a las doce del día note mi cama vacía, solo cepille mis dientes y baje.
Todos estaban en el patio, papá estaba preparando sopa para la resaca.
-Diana.- escuché detrás de mí.- ¿Quieres galletas?
Leah me ofrecía las galletas que ayer no comimos, lo cual me pareció raro porque nadie quiso comerlas, pobre.
-Si, solo una, gracias.
Ella me sonrió y salí al patio dándole un mordisco.
-Buenos días.- dije.
Antes de que alguien me respondiera sentí como mi vía respiratoria se trancaba, corrí hacia papá.
Me miró y su cara fue de terror absoluto.
-¿Comiste maní?
Negué como pude.
Empece a toser, me tomé del cuello tratando que entrara algo de aire, pero ya estaba desesperada.
Papá se alejó de mí y sentí mucho más miedo.
Espera, no me dejes.- era lo único en que pensaba.
Dios vamos a morir.
Eso era todo, moriría por una reacción alérgica.
Me tiré en el piso porque ya no tenía fuerzas, sentía como me tomaban de los brazos y a lo lejos gritaban mi nombre, pero no podía mantener los ojos abiertos.
Y de repente sentí un piquete en mi brazo.
Volví a respirar de golpe, el aire inundaba mis pulmones a tal punto de que tuve que toser porque no sabía cómo contenerlo.
En eso segundos me había olvidado de respirar.
-¡Diana!- llamó el señor Manuel.- ¿Estás bien?
Todos me miraban con preocupación, solo asentí y respire hondo.
Omer me dio un vaso con agua para que me calmara.
-¿Qué comiste si estabas dormida?- cuestiono Marc
-Solo una galleta.
Drake que estaba frente a mí miró a Leah con furia.
-¿Le diste de esas galletas a Diana cuando te dije que no lo hicieras Leah?
Todos la miramos cuál niña de exorcista y pasamos del ruido y la preocupación absoluta a un silencio sepulcral.
-Le di solo una, es que creí que no querías que las probara.
-¿Por qué no querría Leah? Te dije que no porque tú a todo le pones maní, ¡Y Diana es alérgica al puto maní!
-¡No me grites!
-¡¿Entonces por qué lo hiciste?!
-Porque no sabía, desde que te fuiste, ya nunca me cuentas nada, nunca tienes tiempo para salir conmigo y cuando lo hacemos me invitas a venir con ellos.- nos miró a todos con asco.
-A ella nadie la obligó.- susurro Ana y Bri asintió.
Ambas estaban a mi lado.
-Ellos también son mis amigos.
Emmy y Abby se colocaron también a mi lado y las cuatro me sostenían, pero no pude ponerme de pie.
-Yo no quiero ser tu amiga Drake, ¡No entiendes que me gustas!
No te rías, no te rías, no te rías.
-A Ben también y no hace estas escenitas.- susurro Bri y esta vez fue Ana la que se rio.
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Estaciones sin èl. (#2)
Teen FictionPor años intente escapar de personas que me lastimaron, no obstante, descubrí que por más que huya, el pasado siempre terminará por alcanzarme.