Al día siguiente Tom tuvo que irse temprano.
Por mi parte, me quede en la sala realizando lo encargado por la señora Brown, no obstante pase todo el día haciendo papeleos.
Y en la tarde, casi noche recibí una llamada de mi jefa.
¿Y ahora?
-¿Aló?- dije atendiendo.
-Hola cariño.- saludo.- ¿Como vas con los papeles para el museo?
-Bien, ya casi termino el trabajo para enviarlo.
-No cielo, tienes que imprimirlo y llevarlo al lugar.
Puse los ojos en blanco y con una mano me estruje la cara.
-Entiendo.- dije.- ya sera mañana temprano.
-Vale querida, te enviare una impresora y todo lo que necesitas para que no tengas que comprarlo.
Ni pensaba en hacerlo.
-Esta bien.- respondí.- gracias.
Ella colgó y me recosté del sofá, ya estaba cansada y solo había estado escribiendo una solicitud de porque el museo seria bueno para la cuidad.
Termine el dichoso escrito casi a las diez de la noche, pues sentía que no era tan convincente.
Recibí algunas llamadas de Tom preguntando si estaba ocupada para comer algo, le comente que si lo estaba y que tal vez mañana después de entregar el escrito podríamos almorzar.
-Esta bien preciosa, come algo antes de dormir y descansa.
-Si papá.- bromee.
-Buenas noches.- dijo y colgó.
Cerré mi laptop y me fui directo al baño para darme una ducha, y luego cocinar, para después de cenar viendo la tele, subir a mi habitación y tirarme en la cama para dormir en paz.
Me encanta planificar.
...
Me levante casi a las cinco de la mañana solo para recibir la maldita impresora.
-¿Que necesidad había de mandarla a estas horas?- me dije a mi misma después de recibir el paquete.
Una mierda.
Volví a estrujarme la cara y me puse a conectar la impresora a la laptop para ir ahorrando tiempo.
Y mientras eso se hacia, me bañe, limpie un poco y me hice el desayuno.
A las siete de la mañana ya estaba mirando al espejo con un estúpido traje solo para llevar unos estúpidos papeles.
Nos levantamos de mal humor.
ESTÁS LEYENDO
Estaciones sin èl. (#2)
JugendliteraturPor años intente escapar de personas que me lastimaron, no obstante, descubrí que por más que huya, el pasado siempre terminará por alcanzarme.