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— Emmm yo... es que.... cuando venía a verte Tae se colgó de mí y caí y emm me sangró la naricita y fui a la enfermería y me pusieron la bendita y bueno... estemmm yo cuando entré a la cafetería Kai me abrazó y yo lo empujé porque me quería besar y me caí de sentón y me duele mi traserito pero... yo... te juro que no lo quería besar, perdón — el pequeño se soltó a llorar de nuevo cubriendo su carita con sus manos.

— Hey, bebé tranquilo estoy aquí, no estoy enojado contigo — consoló mientras abrazaba el pequeño cuerpo bajo de él.

— Shhh tranquilo bonito aquí estoy, no pasa nada, ahora dime ¿te duele tu cuerpo? — preguntó con voz calmada pues ya no quería que su novio rompiera en lágrimas otra vez.

— Si Kookie me duele poquito, ¿podemos ir a casita? — preguntó poniendo un puchero al cual Jungkook se tuvo que resistir para no caer en la tentación de hacerle caso a su pequeño.

— Bebé sabes que hay clases y ya casi va a acabar el recreo, pero te prometo que cuando acaben las clases nos vamos a casa para que te de un baño y veamos una película, ¿te parece? — a lo que  asintió levemente con un puchero en la boquita, y ese si no lo pudo resistir, Jungkook besó dulcemente los labios rojizos, la respuesta de su bebé fue agachar su mirada con sus mejillas rosaditas, ay! que hermoso se ve sonrojado.

Le iba a dar otro beso pero el timbre sonó y Jimin se bajó del escritorio y agarró la mano la gran mano de su novio.

— ¿Me llevas a mi saloncito por favor Kookie? — preguntó con ilusión en sus ojitos.

— Por supuesto bonito — dió un leve apretón a la manita chiquita de su bebé y comenzaron a caminar al salón de el menor.

Jungkook dejó en su salón a Jimin para luego darle un beso en la frente salir corriendo para no llegar tarde a sus clases, Jimin se puso triste porque quería seguir a su lado, pero algo que le reconfortó fue que tenía clase de arte la cual era su favorita.

La maestra llegó y les indico a los alumnos que tenían que hacer un dibujo de un animal, el pequeño rápidamente pensó en hacer un lindo tigre, el cual pensaba en regalar a su novio por ser valiente y ayudarlo en el recreo. Sacó sus acuarelas y sin darse cuenta pasaron rápido las horas, el timbre sonó dando así por terminadas las clases.

Guardó sus cosas sin mucha prisa, cuando acabó se dió cuenta que solo había unos cuantos alumnos dentro del salón, dispuesto a colgar su mochila en su hombro hasta que una voz captó su atención.

— ¿Te ayudo príncipe? — el pelinegro se dió la media vuelta y vio a su Kookie recargado en la puerta, le regaló una sonrisa mientras se acercaba a darle un abrazo.

— Vamos a casa bebé — comentó para cargar a su bebé el cual se aferró al cuerpo del mayor como un koala, así se fueron hasta el estacionamiento de la escuela donde Kook metió en el coche a Jimin procedió a abrochar su cinturon, para luego dejar un besito en su nariz y cerrar la puerta rodeando el coche y así subirse del otro lado y comenzar a manejar a su casa mientras su chiquito miraba por la ventana.

— Ya llegamos bebé — dijo el mayor saliendo del coche para así abrir la puerta del otro lado y sacar a su novio.

Lo cargó hasta la puerta su nuestra casa, la abrió para después entrar y cerrar, y poder bajar al suelo a su bebé.

— Quítate los zapatos hermoso — comentó mientras le daba un beso en su naricita.

Mientras el pequeño se quitaba los zapatos Jungkook también quitó los suyos colgando su abrigo en el perchero colocando abajo sus mochilas, seguido agarró de la cintura a su bebé para empezar a subir las escaleras llegando a su habitación la cual compartían.

— Vamos a bañarte, quítate tú uniforme —  Kook se dirigió al armario de dónde sacó ropa para cambiar a su bebé, tomó un pans color negro y una playera suya color gris, optó por unos calcetines gruesos del mismo color sabiendo que su novio no usaba zapatos en su casa, para que así no se enfermara por tocar el frío piso.

bebé › kookmin. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora