"...te quiero mucho y te lo voy a demostrar."
Aquellas palabras de Sergio, llegaron directo a mi corazón; Es tan impresionante como los detalles, las palabras o incluso los gestos puedan crear grades diferencias. Mi novio era muy especial, con él, cada momento se tornaba único.
Después de aquella noche tan mágica, tomamos un taxi, Sergio me dejo en mi casa y luego se fue a la suya.
En la mañana, me desperté con una sonrisa en la cara. Recordé todo lo que había pasado la noche anterior. Me sentía tan feliz y enamorada que no podía creerlo. Ahora no era un deseo, era una realidad. Aquella noche, mi vida había dado ese giro tan esperado.
Me sentía tan feliz sin razón aparente, ahora que tenía pareja, todo era felicidad. Sergio era el chico de mis sueños, y yo era la chica de los suyos. Nos queríamos con locura, y nos demostrábamos nuestro amor.
Aunque todo era maravilloso, no podía creer que todas las veces que hablamos mi novio y yo, se me hubiera olvidado preguntarle cuándo era su cumpleaños. Me sentía avergonzada y culpable por no tener nada preparado para él. Pero bien. El día de su cumpleaños prácticamente estaba comenzando, aún podía hacer algo para él.
Le hice una videollamada para desearle que tenga un bonito día, y de paso, hacerle un par de preguntas.-¿Estarás libre esta tarde? Estaba pensando en un regalo para ti, ¿Que te gusta? -le pregunté.
-No tengo nada planeado, mis papás no están y regresan en dos días. Pero no te preocupes, no hace falta que me des un regalo, ya te tengo a ti. Tú eres mi mayor regalo Kristel -respondió Sergio con ternura.
-Pero yo quiero hacer algo especial para ti. Algo que te haga feliz y que recuerdes siempre -insistí.
-Bueno, si tanto insistes, hay algo que me gustaría hacer contigo y te aseguro que será inolvidable -dijo Sergio con una mirada pícara.
-¿Qué es? -pregunté con curiosidad.
-Te lo diré si me prometes que no te vas a enojar -advirtió Sergio.
-Te lo prometo -acepté.
-Está bien. Lo que quiero hacer contigo es... ir a ver el atardecer juntos -reveló Sergio.
-¿El atardecer? -repetí sorprendida.
-Sí, el atardecer. Siempre he querido ver el sol ponerse con la persona que amo. Creo que sería un momento hermoso y romántico. ¿Qué te parece? -preguntó Sergio con ilusión.
-Me parece... me parece una idea maravillosa. Me encantaría ver el atardecer contigo -respondí con emoción.
-Entonces vamos. Sé de un lugar perfecto para verlo. Es un mirador que está en las afueras de la ciudad. Podemos ir en mi auto -propuso Sergio.
-¡Claro que si! Me encantaría -respondí emocionada.
-Bueno, entonces paso por tu casa para ir juntos. Te amo -se despidió.
Me arreglé lo mejor que pude para ver a Sergio. Me puse un vestido rojo que me quedaba muy bien, y me maquillé con cuidado. Quería lucir hermosa para él. Me miré al espejo y me gustó lo que vi. Estaba lista para irme.
Sergio me ama, y yo lo amo a él, pero después de vestirme, lo esperé con ansiedad, y él no aparecía. Pasaron las horas y yo me preguntaba qué habría pasado. Finalmente, Sergio llegó con una sonrisa en los labios y una caja de chocolates, como si de mi cumpleaños se tratase. No le reproché su tardanza, pensé que quizás se había demorado por el tráfico o por algún imprevisto. Lo que nunca imaginé fue que Sergio tenía una buena razón para hacerme esperar. Lo que Sergio había hecho no eran más que un atraco... a mi corazón.
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TORBELLINO DE EMOCIONES
RomanceLa magia y la ilusión convergen en esta historia, donde las emociones del primer amor se enfrentan a los desafíos que implica una relación. ¿Qué ocurre cuando nos enamoramos por primera vez? Una serie de aventuras llevan a Kristel a pasar de ser un...