Capítulo 4

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Manteniendo la distancia entre ambos me subí ahorcadas sobre él, obviando la parte en que había quedado encantada con todos sus tatuajes luego de que accediera a mostrarmelos —no todos—  y se quitara la camiseta.

Tragué saliva elevando una mano para tocar las rama con hojas que se extendían por sus clavículas, más abajo encima de su pectoral izquierdo reposaba una frase en otro idioma que me llamó mucho la atención.

—¿Este? —indique tocándolo— ¿En que idioma está? Puedes pronunciarlo

Non è mai troppo tardi per essere felici mentre suona l'ultima canzone della nostra vita —comento con fluidez haciendo círculos con su pulgar en mi muslo derecho— Significa que, no es tarde para ser felices mientras suene la última canción de nuestras vidas

—Es como la letra de una canción —murmure y lo miré— se te da muy bien

Jaden sonrió con suficiencia.

—Me gusta la música, se ha vuelto parte de mi vida

—Ya veo

Sigo apreciando los tatuajes de su pecho deslizando por encima de ellos. Bajo las yemas de mis dedos sentí su piel erizarse y sus músculos tensarse a pesar de que controlaba la respiración con calma.

Estaba encantada con todos los diseños, pequeños, grandes y medianos. Todos con significados diferentes pero ya estaba convencido de que el que tuve en su pecho sería mi favorito.

Entre risas de diversión Jaden terminó contándome la historia de porque le gustaba los tatuajes y porque decidió empezar hacerlos en su piel por el mismo. Le sonreí cuando dijo que aún guardaba la pistola de tatuar en su casa y que desde entonces ya no la utilizaría hasta que llegase el momento correcto.

—Quisiera verla. Con todo esto es imposible no animarme hacerme alguno

—Y exactamente ¿dónde te lo harías? —me miró juguetón, la sonrisa no abandonó sus labios en lo que seguía tocando mis piernas

—Hay mucho lugares —abulte mis mejillas agachando la cabeza— pero me gustaría.. no, da igual

Agite mis manos en el aire. Él rió y las capturó bajo las suyas, el calor que emanaban enviaron una electricidad a todo mí cuerpo.

—No puede darte igual cuando casi me lo cuentas —dijo— Anda dime, ¿dónde te lo harías?

Suspiré.

—Es en una zona.. un poco íntima

Su sonrisa de amplió y su mirada se oscureció bajando su atención a ese lugar que había descrito.

Su mano se mueve sola a mi camiseta levantándola lentamente, descubriendo mi muslo hasta mostrar la superficie de mis caderas cubiertas por una pequeña braga de encajes rosado.

Atrapé mi labio inferior prestando atención a sus movimientos cuando engancha el borde de la prenda con su dedo y la baja un poco. Mi corazón palpita sintiendo su dedo recorrer esa piel sensible provocando que salgan jadeos de mi boca, jadeos que oculto como suspiros entrecortados.

—¿Cerca de aquí? ó ¿Un poco más abajo? —dijo en voz baja

En el instante en que su pulgar traza líneas en esa parte de mi cuerpo, asiento con cierta lentitud.

—Sí, un poco más abajo —digo y él hace el recorrido de bajar la braga un poco más, casi descubriendo mi monte venus

Aguanto la respiración y sonrió enternecida por sus caricias...que son interrumpidas.

Hasta la última Canción [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora