Me desperté sobresaltada por los golpes en la madera de la puerta principal, acompañados de varios gritos. Mire la hora en mi celular y este marcaba las 3 am. ¿Qué clase de persona viene a visitarme a esta hora? Lancé el celular por algún rincón de mi cama y estaba dispuesta a seguir durmiendo hasta que nuevamente escuche los golpes en la puerta, sin embargo esta vez mucho mas fuertes.-¡Carajo! Abrime de una buena vez Oriana
¿Nicolas? ¿Qué rayos quería? ¿Qué era tan urgente como para venir a las tres de la mañana a tocarme como un loco?
Camine con los pies descalzos hasta la entrada y mire por la mirilla, solté un suspiro muy pesado y tuve que taparme la boca para que no me escuchara.
Apenas y se podía sostener, estaba borracho, muy borracho. Tenía la camisa arrugada y manchada de un liquido rosado. Volví a suspirar, no era justo para él dejarlo sin una charla pero tampoco para mí hablarlo todo y que el no se acordara ni de un pepino a la mañana siguiente.
Abrí la puerta con cautela, y al instante se levantó del suelo, o eso intento. Lo ayude con un brazo pero se hizo a un lado como si el contacto de mi mano le quemara.
-¡Que te pasa Nicolas! Estoy tratando de ayudarte
-Ashudaaaarme ¿vo? Vo sos una mina muy estúpida Oriana
Muy apenas podía hablar y su aliento rebasaba cualquier expectativa que tenía de poder hablar tranquilamente.
-Nico, ¿por que no pasas y te hago un café? -intente tomarlo por los hombros pero nuevamente me rechazo y se echo para atrás.
-Ori yo quiero que estemos juntos, quiero que volvamos -me tomó por las muñecas y me acerco a él.
-No quiero, no quiero volver con vos... -intenté soltarme de su agarre pero me apretujo con mucha fuerza, me dolía
-¿A no? Sho no te pregunté vo so mía
Me tomó bruscamente de la cintura y comenzó a repartir besos por todo mi cuello
-¡Nicolas para! ¡Me estas haciendo daño! -grité, en cualquier momento me soltaba a llorar
-Antes te gustaba que hiciera esto, disfrutabas de estar conmigo ¿no? -bajo sus manos y las colocó en mi cola, me acercó mas a él
-¡Soltame! -grité- Te estas comportando como un idiota
No me dio tiempo de pensarlo, parpadee una sola vez y ya lo tenía sobre mí de nuevo, me pego contra la pared y me tomo de las muñecas de nuevo.
-¡La soltas ya! -Cerré los ojos aliviada.
Y lo vi.
Salió de la puerta frente a mi departamento, nunca, en los años que llevaba viviendo ahí había visto a alguien salir de aquella puerta. Al parecer se levanto de un brinco de la cama porque tenia el cabello alborotado y ni siquiera se molesto en vestirse.
Se acerco a mi y saco me jaló suavemente del brazo. Nicolas no se opuso pero segundos después quedaron cara a cara.
-¿Por este me dejaste Oriana? -rió, después río mas fuerte
-Deja a la chica en paz si no queres que te deforme la cara
No tenía idea de donde había salido este chico pero era perfecto.
-Quiero ver como lo haces dale idiota -Nicolas se acerco dispuesto a iniciar algo pero el chico simplemente puso una mano en su pecho y lo alejo.
-Andate antes de que llame a la policia -advirtió una vez mas.
Nicolas sonrió y se acerco a mi, el chico morocho tenía la mirada fija en sus movimientos. Pero Nicolas solo se acerco a mi oído y susurró muy despacio:
-Después nos vemos mi amor.
Sin mas, se alejo y bajo por las escaleras del piso apenas pudiendo sostenerse del barandal.
Me volví para mirar al chico frente a mi, y me sorprendí al ver que tenia la mirada clavada en mí desde antes. Tenía los ojos hinchados del sueño, el cabello todo alborotado, sentí vergüenza de haber armado todo ese alboroto.Era un toque lindo, muy lindo, pensé.
-Gracias -agache la mirada
Me daba vergüenza la situación, no tenía la mas remota idea de quien era el pibe parado frente a mi.
-No es nada, ¿estas bien?
-Si, si no pasa nada, todo bien
Me miraba como si fuera una chiquilla asustada e intentara protegerme. Me causo tanta ternura su rostro que mordí mi lengua para evitar sonreír.
-Bueno si no necesitas nada mas me vuelvo a dormir
Asentí un poco confundida y levanto una mano en forma de saludo. Estaba por entrar a su departamento, y yo al mío pero me volví, como se supone que debería llamar a mi ¿héroe?
-¿Como se supone que debo llamarte?
Se giró nuevamente y me miro con el ceño fruncido.
-¿Disculpa?
-Tu nombre.
Aclaré.
Negó con la cabeza y entro a su departamento
-No importa -cerró la puerta de su aparentemente hogar.
A la mañana siguiente, entré a la oficina con el peor humor que un ser humano podría cargar, no había dormido nada después del incidente con Nicolas y encima me comía la curiosidad por saber el nombre chico del apartamento 2B.
Encontré una pila de papeles sobre el escritorio y como si fuera posible mi mal humor aumentó. No saldría hasta acabar todo ese estupido trabajo. Salí a buscar una buena taza de café y para mi mayor desgracia me cruce con Mariel en el pasillo.
-Hola Ori.
Ya no iba a molestarme en sentirme terriblemente mal comparándome con el excelente humor y perfecto atuendo de mi compañera de trabajo.
-Buen dia Mariel -ni siquiera me moleste en fingir una sonrisa
-Antes de que se me pase, Marco quiere verte en su oficina, ahora. -¿qué demonios había hecho ahora?
Me dirigí con rapidez a la oficina de mi jefe r y toqué antes de entrar. Se escucho un -adelante- y sin mas entre. Marco conversaba tranquilamente con una figura, la misma que el día anterior vi antes de salir del edificio pensé.
-Buen dia Oriana.
Su perfecta dentadura blanca se asomó y bufé al pensar que era la única malhumorada en el edificio.
-No tan buenos -susurré
-Oriana, te llame para presentarte a tu nuevo acompañante de trabajo, ambos trabajaran juntos, se repartirán el trabajo básicamente. Es una carga bastante pesada y creo que te vendría bien algo de ayuda
Ya me estaba irritando que la figura de espaldas ni siquiera se moviera o al menos molestarse en darme los buenos días.
-Bien Oriana, te presento a Julian Serrano, el nuevo asistente de Editoriales Figero.
Finalmente se puso de pie y me dio el gusto de verle el rostro. Se me cayó el alma a los pies.
-¿Vos?
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Con dedicación especial a Marcia 💕
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Take Me Away [Orian]
RomanceEso es lo que haces cuando amas a alguien: peleas por él y nunca, jamás, te das por vencido. [Orian]