Capitulo 6.

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-Hola -sonreí con absoluta sinceridad -¿No cantas mas? Tenes un talen...

-¿Ahora sos espía? -me interrumpió -Me seguiste

No borré mi sonrisa y seguí hablando.

-Si, y la verdad que no me arrepiento, pero si me disculpo; no quería invadir tu privacidad ni mucho menos acosarte o algo por el estilo. Pero..

Me dejo con la palabra en la boca, se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida de aquel pequeño club. Deje un billete sobre la barra y no dude en seguirle a pesar de que me costara un poco enfocar con claridad.

-Julian -grité -Julian pará

Me costaba seguirle el ritmo, su caminar era mas bien un tipo de trote. Comencé a correr pero cada vez me resultaba mas difícil mantener la mirada fija en el. Y mucho mas con unos zapatos de 15 centímetros de altura. 

-Julian por favor para -mi respiración estaba agitada y mis manos temblaban -¿A donde vas?

-A casa.

Dejó de caminar y se giró para asegurarse de que le siguiera el paso. Las calles estaban solas y estaba todo muy oscuro. Pero para este punto yo apenas podía respirar, y comenzaba a ver borroso. Julian se quedo de pie mirándome extrañado. Comenzó a caminar sabiendo lo que se venía. 

Antes de que pudiera caer Julian ya me tenía sostenida.

-No te duermas Ori... -me sacudía lentamente intentando que no cerrara los ojos 

-No puedo, tengo tanto sueño -susurre adormecida

-¿Que carajo te dieron de tomar Oriana?

Sin mas y presa del sueño. Cerré los ojos.

Abrí los ojos después de parpadear un par de veces. Tenía un ligero dolor de cabeza y un muy mal sabor de boca. Giré mi cuello a la izquierda y vi como una fina aguja entraba a mi piel transportando una especie de líquido amarillento.

Miré todo a mi alrededor y me tape la cara con la sabana, intentando recordar lo que había sucedido. Lo único de lo que logre acordarme es de un hombre vestido de blanco intentando ponerme una mascarilla de oxígeno en la nariz y boca y varias luces azul y rojo. Estaba en una ambulancia.

Me incorporé con algo de dificultad y busqué con la mirada mi bolso o algo que me identificara en la habitación pero nada, unos segundos después se abrió la puerta. Y por ella entro un chico muy lindo, con el cabello alborotado pero unas ojeras tremendas. Se veía lindo igual

-Julian -susurre inconscientemente

Levanto la mirada sorprendió y soltó un largo suspiro.

-Despertaste, por fin. -dejó el café que traía en las manos en la mesita junto a la puerta y camino hacia a mi -¿Como te sentís?

-Bien, creo. ¿Que paso, que me paso? -me quería arrancar la aguja de la mano pero Julian me lo impidió

-Al parecer le pusieron algo a tu bebida, te drogaron en pocas palabras. -me quede perpleja

-¿Por qué harían algo así? -pensé y al parecer en voz alta porque Julian se encogió de hombros

-Y no se, ganas de joder que se yo, personas malas, toma -tomo el vaso con agua de la mesita de luz y dos pastillas de color púrpura -El doctor dijo que las tomaras al despertar.

-Gracias por hacer todo esto por mi

-No es nada, solo no vuelvas a seguirme -sonrío y se dirigió a la puerta -Tu amiga Jenny esta acá, fui al departamento por mis llaves del auto y la encontré tocando como loca en tu puerta.

Reí y asentí.

-Te voy a dejar descansar, es posible que vomites unas cuantas veces, dijo el doctor que era absolutamente normal. El viene hasta mañana o bueno -río nuevamente y miro su reloj -Hoy pero hasta mas tarde.

Me saludo con la mano y abrió la puerta. Julian podría parecer un pibe seco y extremadamente serio pero por dentro, era protector y tremendamente tierno. Había hecho todo esto pro mi sin siquiera conocerme realmente.

-Espera -se giró y espero una respuesta. Me arme de valor y lo dije

-¿Podes quedarte un rato mas? No creo que pueda dormir si recién acabo de despertar..

-Ori...

-No no pasa nada, vos debes estar agotado, anda a dormir a tu casa.

-Iba a decirte que solo voy a avisarle a Jenny que despertarte y vuelvo

Sonreí enternecida. Este chico era un toque lindo, un toque solamente. Salió y cerró la puerta tras el.

Después de un par de segundos entro nuevamente y me extraño no ver a Jenny traes el. Conociéndola habría insistido hasta que la dejaran entrar a verme y después se habría lanzado a darme un abrazo de media hora al mismo tiempo que me interrogaba cual detective del FBI.

-¿Y Jenny no viene con vos? -Negó con la cabeza

-Se quedo dormida en la sala de espera, igual estaba un chico con ella, parecía que era su novio. -Pablo pensé.

-¿Hasta cuando voy a estar acá? Quiero ir a casa -lloriquee como niñita haciendo berrinche porque se había raspado la rodilla.

-Solamente unas horas mas.

Estuvimos un buen rato platicando. Logré que me contara algunas cosas de su vida, de su familia y de sus planes en Buenos Aires. Venía de Paraná y estaba solo acá, sin fu familia. Al igual que yo.

-Igual no me entra todavía como pudiste salir con ese pelotudo -eran las cinco de la mañana y Julian y yo seguíamos platicando igual los dos ya teníamos los ojos chinitos y bostezábamos cada dos segundos

-Y dale con los mismo, basta Julian, anda a dormir. Tenes que descansar. 

-Ya te dije que me voy a quedar acá, este sofá parece tener finta de no tan incomodo.

Sacó unas mantas del armario de la habitación y las echó así sin más al sofá. Se acostó y se tapo hasta la barbilla. Era una imagen muy tierna.

-Ah la puta madre, la luz -se tapo la cara con las manos y lanzó la manta al suelo. Me reí y me pare cuidadosamente de la cama. Sentí un mareo al tocar el suelo con los pies.

-Deja que voy yo -se quitó las manos de la cara y me miro aterrorizado

-¿Que haces Oriana? -gritó histérico y yo salte del susto -Vos tenes que estar en cama -de nuevo me sentí como una nena, siendo descubierta robando galletas del pote de la mesada.

Me tomó de la cintura y me condujo de nuevo a la cama, me senté en la orilla y me le quede mirando. ¿Qué tenía que lo hacia tan especial?

-Julian 

Nuestras miradas se conectaron y podía jurar que sentí una tremenda conexión, como era que nos conociéramos hace tan poco y hubiera tanta química entre ambos. 

-Me hubiera gustado conocerte desde hace tanto.

Sin previo aviso la puerta se abrió sobresaltandonos a ambos. Y quien mas podría haber sido que la fabulosa y magnifica María Eugenia Martinez. Quien nos miraba con una ceja levantada y una sonrisa burlona. Tras ella estaba Pablo con una cara de vergüenza. Ya sabía como era Jenny de imprudente.

-Con que despertaste.

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Gracias por la espera. Belén un poco mas de gracias para vos.

Take Me Away [Orian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora