Capitulo 12.

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Tomé un pequeño sorbo del horrible café y acomodé la taza entre mis piernas. Julian me miraba expectante desde el otro lado del escritorio mientras esperaba una respuesta con el teléfono pegado a la oreja.

Fijé mi vista en sus dedos, que se movían inquietos sobre la mesa.

-No responde.

Levanté mi vista y salí del pequeño trance.

-Ya fue, a la salida paso por su oficina, seguro está en alguna reunión o algo así.

Terminé de beber mi café y miré la hora en mi reloj de mano, era casi media mañana y no había hecho nada de mi trabajo pendiente. Me miró fijo y movió repetidas veces sus labios como si estuviese pensando demasiado las palabras antes de hablar.

-¿Sos claustrofóbica?

Lo miré confundida y casi me desmayo cuando vi su media sonrisa asomar.

-¿Por lo del ascensor decís?

Asintió con una sonrisa burlona en los labios y peine mi cabello torpemente, avergonzada de la cara de estúpida que debía tener.

-Algo así -reí- cuando era pequeña mi hermana me encerró en un armario jugando y bueno, nadie lo notó hasta unas horas después.

-Y bueno como no vas a estar traumada entonces, te escuchabas un toque alterada

-Un toque, si -reí nuevamente y él me acompaño -Igual gracias por preocuparte, ¡ah! Y por salvarme, como por milésima vez desde que te conocí.

Negó brevemente y rodó los ojos.

-No es nada Oriana

Miró hacia la ventana y apretó el puño en su mano, me puse de pie y le dediqué una sonrisa cuando fijó su mirada en mi, volví a mi escritorio y me dediqué a trabajar las siguientes dos horas.

(...)

Suspiré y entrelacé mis dedos sobre el escritorio, después de mantener toda mi concentración en la edición de un escrito, despegué mi vista de la lámpara frente a mi y finalmente carraspee tras haberle dado un par de vueltas al asunto los últimos veinte minutos.

-¿Por qué nunca me dijiste que estabas de novio?

Del otro lado de la oficina, Julian se sobresaltó al escuchar mi voz y me miró confundido intentando captar mis palabras. Mordió levemente su labio inferior y negó lentamente con la cabeza.

-Eso, estaba.

Apreté los labios y tragué con dificultad, miles de Orianitas bailaron dentro de mi.

-Tal vez si no te lo dije fue porque no me lo preguntaste ¿no lo crees?

Me encogí de hombros y de pronto me pareció muy interesante el color de mis uñas.

-Por cierto ¿A qué viene esa pregunta tan repentina?

Limpié el sudor de mis manos en mi falda y rasqué mi barbilla inconscientemente. ¿Qué me importaba si estaba de novio o no? Era solo mi vecino... Y mi compañero de trabajo... Y bueno la persona que me había rescatado quien sabe cuantas veces pero que estuviera de novio o no, no venía al caso conmigo.

-Nada, simple curiosidad

La curiosidad mató al gato, pensé. De un momento a otro el ambiente se puso tan tenso que juré que podía cortarse como papel, me puse de pie y rodeé mi escritorio para abrir las ventanas a mi costado, me puse de puntillas y salté para alcanzar el segurito de acero.

Casi me infarto cuando sentí su respiración en mi cuello, se me erizaron los bellos de todo el cuerpo y tuve de sostenerme del ventanal para no caerme. Colocó una mano en mi cadera y con la otra fácilmente abrió la ventana, me giró lentamente y acomodó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-No se si lo sabes -susurró -Pero la curiosidad mato al gato.

Reí apenas, mis ojos insistían en clavarse en sus labios pero no iba a ser yo la que cayera. Subió su mano hasta mi cintura mientras que la otra tomaba mi nuca para cortar esa mínima distancia. Cerré los ojos y espere la presión en mis labios pero justo cuando empezaba a saborear su respiración el teléfono en su escritorio comenzó a sonar. Abrí los ojos de golpe y me escabullí de sus brazos. Bufó molesto y se apresuró a atender

-Si, un par de veces, ajá

Rascó su nuca y me miro fijamente, froté mis manos incómoda y desvié la mirada

-Problema con el ascensor otra vez, seguro

Mantuve mi mirada en el suelo pero la levanté nuevamente cuando escuche que Julian dejaba el teléfono sobre la mesa

-¿Era Mar..

No me dejó terminar, me tomó de la cara con ambas manos y sin mas rodeos me besó. Me besó como si hubiera estado conteniéndose toda la vida. Me besó como si hubiera estado esperando para hacerlo.

Me condujo a ciegas hacia atrás y ágilmente me sentó sobre el bufete importándole un pepino que haya estado lleno de papeles. Se colocó entre mis piernas y dejé salir un largo suspiro, nos separamos con las respiraciones entrecortadas y nos miramos, no podíamos sacarnos la mirada de encima, acarició mi mejilla lentamente y volvió a mis labios.

-Oriana, Julian.

La puta madre. 


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Con la ayudita de María, para Mar 💛

Take Me Away [Orian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora