Capitulo 4

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Jungkook

¿Cómo es que estoy nervioso? Voy colocando las sillas plegables en círculo para que todos se puedan ver. He estado pensando en Seokjin todo el día. Lo que es estúpido porque el chico probablemente es heterosexual, y al menos cinco o seis años más viejo que yo, no es que me importe, me gustan más los hombres mayores que chicos más jóvenes de todos modos; sobre todo porque tienen más experiencia en la cama.

Dios, cuando se detuvo en la oficina ayer en esa bata sexy del culo, yo estuve muy cerca de llegar en mis jeans. Luego están esos brillantes ojos azules cristalinos que están enmarcados con pestañas largas y oscuras, convirtiéndolos en lo primero que ves cuando lo miras. El hombre es magnífico para empezar, y esos ojos sellan el trato. No he sentido este nivel de atracción hacia alguien en un tiempo, y es una estupidez del demonio porque no creo que esté ni cerca de estar interesado.

Los niños de entre doce y diecinueve años comienzan a entrar. Todos son caras familiares para mí. He estado aconsejando a algunos de ellos desde hace unos años. Mi corazón da un vuelco cada vez que la puerta se abre y alguien entra porque soy esperando que sea Seokjin. No puedo esperar a ver esos ojos azules brillantes y esa desaliñada mandíbula cuadrada otra vez. 

Pocos minutos antes de las seis, la puerta se abre y entra Spencer, seguido por Seokjin. Mi corazón da un vuelco en mi pecho al ver al hombre alto con el cabello oscuro. Maldita sea, es precioso. Los ojos de Seokjin se encuentran con los míos, y el tipo sonríe con su sonrisa perfecta, mostrando el par de hoyuelos en sus mejillas desaliñadas.

Tranquilo corazón mío.

Le devuelvo la sonrisa y me acerco a ellos. Spencer se mueve incómodamente y mete las manos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros. Su cabello oscuro está cayendo sobre su frente, cubriendo parcialmente sus brillantes ojos azules, que coinciden con los de su padre. Puedo ver que sus mejillas están sonrojadas y que está muy nervioso.

—Hola chicos, me alegra que hayan podido venir. —Los saludo, apretando el hombro de Spencer.

—Sí, nosotros también —responde Seokjin, sus ojos mirando a los niños sentados en las sillas—. Spencer, ¿recuerdas a Jungkook? —pregunta, con los ojos fijos en su hijo.

Spencer asiente tímidamente. —Sí.

—Me alegra ver que estás bien —le digo con una sonrisa amable.

—Gracias.

—Entonces, la sesión dura una hora y media y es solo para niños. Lo que se dice en el círculo, se queda en el círculo, a menos que sea algo que deba ser compartido absolutamente con un padre —les digo seriamente. 

Los ojos de Seokjin vuelven a encontrarse con los míos. —Suena bien. Volveré entonces.

Asiento y le miro diciéndole que Spencer está en buenas manos conmigo. Seokjin me da una pequeña sonrisa agradecida antes de apretar el hombro de Spencer y luego se va. Lo veo irse, comprobando la forma en que sus vaqueros abrazan su trasero. Maldición, ese hombre tiene un buen culo.

—Sabes que puedo verte mirando a mi papá, ¿verdad? —dice Spencer, haciéndome girar la cabeza para mirarlo.

Spencer tiene una sonrisa torcida y sabia en su rostro. Sus ojos azules están bailando con diversión.

—Tu padre está caliente. —Me encogí de hombros, sin negarlo.

Spencer gime y sacude la cabeza. —Realmente no necesito oír eso.

Me rio y le coloco un brazo alrededor de los hombros, llevándolo a nuestra habitación más grande. —Vamos, te presentaré al grupo.

Al menos Spencer parece haberse relajado un poco. Caminamos hacia el grupo de alrededor de diez niños y presento a Spencer a todos antes de sentarlo a mi lado para que podamos empezar.

—Odio ponerte en problemas, Bud, pero ¿por qué no les cuentas un poco a todos sobre ti? —le digo a Spencer, haciéndole un gesto tranquilizador. 

Spencer frota sus manos nerviosamente en la parte superior de sus muslos vestidos de jean. —Bueno. Tengo 14 años y vivo con mi papá. Mi madre falleció el año pasado de un aneurisma cerebral. Un minuto, los tres estábamos cenando, y al siguiente ella se había ido.

Mi corazón se detiene. Mi mano encuentra la parte posterior del cuello de Spencer y le da un apretón. No tenía idea de que el niño había estado lidiando con la perdida de uno de sus padres por encima de todo lo demás. —Lo siento mucho por tu pérdida —le digo con sinceridad.

Spencer asiente. —Gracias. Ha sido muy duro. Mi papa y yo ya no podíamos soportar vivir en nuestra casa, así que nos mudamos un par de meses después de su muerte. Mi padre ha estado haciéndolo lo mejor que puede por su cuenta, y creo que lo está haciendo muy bien. Le dije que soy gay hace una semana y me ha apoyado mucho.

—Tienes suerte de tener un padre que te apoye. El mío me echó de mi casa —dice uno de los chicos con tristeza.

—Lo siento —dice Spencer con simpatía.

El niño se encoge de hombros.

—Estoy tratando. Jungkook me ha ayudado mucho. Me ayudó a encontrar un lugar para vivir, y me ayudó a conseguir un trabajo para mantenerme.

Spencer sonríe y se gira para mirarme. —Eres un héroe de verdad ¿no?

Me encuentro ruborizado. Ruedo mis ojos —Por favor. Me gusta ayudar a las personas. 

—Me salvó de ahogarme la semana pasada —le dice Spencer al grupo.

Una ronda de aplausos estalla para mí.

Extiendo mis manos para tranquilizar al grupo.

—Vamos, esto no se trata de mí, esto es sobre ustedes, chicos. Estoy aquí para ayudarlos.

—Y lo haces, nos ayudas a todos, cada semana —dice otra chica dulcemente.

Siento que mi pecho se llena de orgullo. Desde que me di cuenta de que era gay, y pasé por lo que pasé con mi familia, siempre he querido ayudar a otros para que nunca se sintieran tan indeseados como yo me sentía -aún me siento. Al parecer, lo he conseguido.

—Gracias —le digo con un agradecido gesto—. Ahora, volvamos a Spencer. ¿Saliste con alguien que no sea tu papá?

Spencer sacude rápidamente la cabeza.

—No. He estado realmente confundido sobre lo que sé que siento, y lo que sé que todos piensan que debería sentir.

Murmullos de comprensión rodean al grupo, muchos de ellos asintiendo.

—Y eso es totalmente normal —le digo.

La conversación crece a partir de ahí y se convierte en una gran sesión para todos.

Salvando una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora