Capitulo 22

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—¿Cómo te está yendo en la universidad?

Smith mastica un pedazo de su sándwich y se voltea lentamente hacia mí, sus ojos destellan con un poco de odio debido a que he hecho la pregunta que jamás se le debe hacer a un estudiante de posgrado.

—¿Qué?

—No me preguntes eso.

—¿Por qué?

—Porque la universidad y yo tenemos una relación tóxica —me dice y suspira con resignación —; yo quiero terminar, pero ella no me suelta.

—Que mal.

—Mal es poco. No sabes lo que te espera.

—No iré a la universidad. —Me encojo de hombros —. Buscaré a un heredero multimillonario  y me casaré con él.

Smith se limita a mirarme en silencio mientras le da otra mordida a su comida. Auden frunció el ceño y me miró con desaprobación; yo solo le respondí con una sonrisa.

—Pero por supuesto que seguiré visitándolos, eh —agrego —. A la familia no se la olvida. Les enviaré fotos desde un yate en Maldivas.

—¿Maldivas? Es mejor Ibiza. Pídele que te lleve a Ibiza  —interrumpe Kimberly, poniéndose las gafas de sol aunque el clima esté medianamente nublado.

—O a alguna isla griega —interviene Kylie —, como Creta.

—O Santorini.

—Le pediré que me lleve a todas las islas exóticas que existen, entonces —resuelvo y ellas ríen.

—¿Ya están planeando vacaciones? —mi padre inquiere cuando llega con su equipaje en una mano y su mochila en la otra.

Las mejillas de mi hermano enrojecen y esconde la cara de la vergüenza. Aprovecho el gesto y me acerco para rodearlo con un brazo y traerlo hacia mí en un abrazo.

—Más bien una luna de miel —le dice Smith y yo lo fulmino con la mirada.

—¿Ya te casas? —intuye mi padre, dejando el equipaje dentro del maletero —. Al fin. Creí que Auden lo haría antes que tú.

Smith solo le observa con una expresión de cansancio.

—Y yo creí que la vejez te sentaría bien. Pero no. Cada vez estás más insoportable.

—«Ouh» —es lo que digo ante aquella acotación.

Mi padre le lanza una notoria mirada de advertencia a su hermano.

—Por lo menos yo sí terminé la universidad.

—«Uh»

Smith no parece herido por tal comentario. Es más, vuelve a comer de su sandwich con total tranquilidad y responde:

—Porque tú eres un básico que estudió literatura; yo soy un prodigio de la mecatrónica.

—Qué lindo. Como se aman los hermanos, ¿no? —comenta Kylie por lo bajo.

Auden sigue con sus manos escondiendo su rostro, y yo le paso un brazo por encima para atraerlo hacia mi mientras meneo la cabeza, divertida por el espectáculo.

Mi madre llega sigilosamente a nosotros, posicionandose detrás de mi padre. Todos notamos su presencia, excepto él.

—Un prodigio que aún no se gradúa —contraataca mi padre. Pero Smith no se deja vencer.

—¿Sabes acaso lo que significa ser alumno ser doctorado, señor escritor del año?

—Sé lo suficiente como para darme cuenta de que esa es una de las muchas razones por las cuales no tienes pareja.

After of the shades © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora