Capitulo 13

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«No hay esperanzas »

-Hijo.

«Ella se ha ido.»

-Hijo.

«No la encontrarás.»

-Hijo.

«Ríndete de una vez.»

-¡Theodore!

Su grito me hace volver a la realidad y poso mis ojos en la pantalla de mi Mac. Ella está ahí, sentada en su cama como acostumbra en las noches, pero no hay cansancio en su rostro, si no una notable impaciencia y una pizca de preocupación maternal en sus ojos azulados.

No sería mi madre si no se preocupara por lo más mínimo.

-Por dios, hijo, ¿estás bien? -me consulta, su entrecejo arrugado.

Me aclaro la voz, mi garganta recibe una picazón molesta cuando lo hago.

-Por supuesto que sí -aseguro. No estoy mintiendo en nada, sólo he estado algo enfermo estos días. Un resfriado común, eso es todo.

-Miente. -La voz de Rossie, mi hermana menor, se hace presente acusándome mientras ella entra a mi oficina con una bandeja en manos -. Deberías verlo, ma, está echo mocos. Hasta parece que le rompieron el corazón.

Rossie ha venido a cuidarme, y es lo que menos hace en este momento. Se supone que los hermanos se respaldan entre sí, pero ella no vaciló ni un segundo en anunciar mi estado.

Bueno, si tu hermana menor no te delató más de una vez con tus padres, ¿en realidad es tu hermana menor?

Los ojos azules de mamá se entornan en mi dirección, esperando una explicación.

-Rossie está exagerando, ya la conoces -le recuerdo con tranquilidad -. Su dramatismo empeoró desde que empezó a ver telenovelas.

Soy consciente de la mirada de enojo que mi hermana me da pero sigo con los ojos puestos en mi madre. Sus facciones se relajan un poco, aunque sé que esa preocupación sigue vigente en ella.

-¡Hey! -reprocha Rossie en un grito, ofendida por mis palabras -. ¡No te metas con mis candentes galanes latinos!

Cierro los ojos y llevo mi mano hasta mi cabeza para acariciarme las sienes, fingiendo dolor.

-Tus gritos me están produciendo migraña -expongo -. ¿No tenías examen de matemáticas mañana?

Los grandes ojos grises de Rossie se endurecen al mismo tiempo que se tensa de golpe.

-Oh, es cierto, lo había olvidado por completo -dice mamá -. Rossie, hija, ve a estudiar, deja a tu hermano tranquilo por ahora.

Rossie aprieta la mandíbula y deja, de mala manera y sin disimular, la bandeja de comida que me preparó sobre mi escritorio. El tazón de sopa tiembla al igual que el vaso de agua. Luego, aprovechando que mamá no puede verla, levanta su mano hasta su cuello y pasa su dedo índice de un lado a otro en señal  de "te cortaré la cabeza"

Sí, sabía que mamá no recordaba su examen.

Sí, yo iba a dejarla faltar a la escuela mañana.

Y sí, iba a llamar al colegio con una excusa por su ausencia.

Mi hermana se va a grandes pasos, causando ruido pero la ignoro y centro mi atención en mi madre de nuevo.

-¿En serio estás bien? -insiste en saber.

Asiento.

-Es sólo gripe, ya mañana estaré mejor.

Oigo a mamá suspirar con cansancio.

After of the shades © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora