Capitulo 3

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Papá es escritor.

Su trabajo se viralizó, llegando librerías internacionales con el libro que se volvió best-seller en su momento: After.

After es la historia de amor de él y mi madre. Lo que vivieron, sintieron, los hechos de cada situación de sus vidas desde que se entrelazaron está plasmado en ese libro.

Así fue como papá saltó a la fama. Muchas editoriales prestigiosas le echaron el ojo aunque papá siempre ha preferido autopublicar su propio trabajo. ¿Por qué? No lo sé, pero de todas formas le fue jodidamente bien. Al día de hoy tiene más 20 libros publicados, entre ellos romance, misterio y hasta ciencia ficción. Aunque hay un género que le llamó mucho la atención últimamente, el erótico.

Si, señores, mi padre escribe novelas eróticas.

La primera, y única que ha escrito hasta ahora, le llevó al menos un año y algo terminar.

Esa era “Slave”

Slave se trataba de la historia de una joven pobre que se emplea como mucama en la mansión de un ex combatiente de la Primera Guerra Mundial, el cual quedó con secuelas de batallas. El resto de la trama se resume en: Sexo, azotes, secretos, mentiras, etcétera

Según papá, su idea era demostrar lo perverso que podía ser alguien con la mente dañada por la guerra o el síndrome postraumático. Pero me imagino que el resultado será totalmente diferente.

Jodida romanización de mierda.

¿Lo sacará en físico?

Mamá: Si

Y lo publicará en una editorial que lo está persiguiendo hace rato.

Recuerdo que papá me contó de esa editorial. La jefa de editores quiso contactarlo muchas veces luego de que, por accidente, papá le comentara a alguien que estaba escribiendo un libro de sadomasoquismo. Y por accidente, ese alguien le contó a alguien más. Y ese alguien más se lo contó a alguien más, y así hasta llegar a los oídos de la jefa de editores.

Pero, ¿Por qué papá decidió trabajar con una editorial ajena? ¿Por qué no lo publicó junto con la editorial de mi abuelo?

—Emmy, ¿pasó algo? —me pregunta Sai, sacándome de mis pensamientos.

Levanto la vista para verla sentada al otro lado de la mesa. Sus ojos cafés lucen curiosos y sus cejas fruncidas en señal de intriga. Bloqueo mi celular y lo guardo en mi bolsillo trasero, me encargo de relajar mi rostro porque sé que debo estar frunciendo el ceño en este momento.

—No, ¿por qué?

Se encogió de hombros.

—Te vi muy pensativa. Eso es todo —me dijo con simpleza.

Y no es para menos.

Presiento que algo está sucediendo.


•x•


Me llevo una galleta a la boca mientras Sai se encuentra, para nada a gusto, tomando nuevos pedidos para su siguiente entrega. Sigo sus órdenes y embolso las últimas prendas en sus respectivos empaques con el logo de su emprendimiento.

Mi amiga tiene una pequeña tienda online de ropa y accesorios ella misma fabrica. Por lo que veo ha ganado más clientes este último mes, porque conté más de 20 paquetes de aros, collares y unos 15 jeans con cadenas y estampados.

Y pensar que esto empezó con la idea de ganar dinero para nuestras parrandas de los fines de semana.

—Si puedes subir una historia a Instagram de todos los pedidos armados te amaría mucho, Emmy —me pide Sai, y la veo tan enrollada mientras escribe que no me niego.

After of the shades © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora