ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8

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—Xiao Zhan!!!—llamaba su hermana desde abajo.

Xiao Zhan quien estaba durmiendo bien agusto fue despertado por el grito de su hermana.

Dispuso de la puerta y bajó las escaleras.

—Si, que pasó?—quiso saber el bello durmiente.

Su hermana quien estaba sacando todas las cosas del refrigerador no pudo encontrar nada.

—no harás la cena?—cuestionó su hermana.

Xiao Zhan se había olvidado que su hermana no cocinabay se había puesto a dormir.

—¡Aiyo!

Pegó un saltó y se pusó a buscar los ingredientes para la cena pero no encontró nada.

—Xiao Xue te olvidaste de hacer las compras ¿verdad?

—si, me olvidé tenía mucho trabajo en la empresa y Qiu me dejó a mi hijo para que lo cuide.

—no pasa nada ve ahora mismo—sugirió Xiao Zhan.

Xiao Xue observó a la ventana viendo el oscuro cielo.

—ve tú, son más de las once.

—no te pasará nada—comentó Xiao Zhan.

—dejarás a tu hermanita mayor que valla sola, ¡me robaran!—concluyó Xiao Xue.

—bien, bien iré yo pero si me roban será tu culpa—señaló su hermano.

Xiao Zhan subió para cambiarse.

—hermanooo!! Ya me estoy muriendo de hambre llevas casi un año encerrado y no sales.

Xiao Zhan bajaba todo elegante.

—no exageres solo pasaron diez minutos—aclaró Xiao Zhan.

—hermano iras al supermercado no a un defiles de modas—hizo una pausa—quien no te va a robar si te vistes así.

—bien me ire —habló mientras cerraba la puerta.

El supermercado quedaba a tres cuadras de su casa, lo cual en cinco minutos llegó a paso lento.

Estaba por entrar y vió al fondo un chico escogiendo chocolates y un monto de dulces.

El mayor se agachó escondiéndose detrás de los productos para que no sea visto.

—mierda porqué me lo encuentro aquí.

Pasaron veinte minutos y Wang Yibo no se iba  seguía escogiendo qué dulce llevar.

Tirinrinrin..rin.rin

El celular de Xiao Zhan comenzó a sonar.

—mierda…mierda—susurraba mientras sacaba su celular de su bolsillo.

—Xiao Zhan dónde estás?—cuestionó

—en el supermercado—susurró.

—tanto te tardas, apúrate de una vez—se dió cuenta—porque susurras.

—no es nada—señaló.

—¿Cómo que no es nada?

—ya te dije no es nada—aclaró Xiao Zhan.

—XIAO ZHAN no me digas que ya te robaron—insistió la mayor.

—¡Aiya! XUE.

Xiao Zhan se dió cuenta que grito y tapó su boca.

Wang Yibo quien se había dado cuenta de la voz del mayor fue a buscar y lo encontró agachado.

—Zhan-ge que haces aquí—cuestionó el menor.

𝘊𝘰𝘯𝘧𝘦𝘴𝘪ó𝘯 𝘪𝘮𝘱𝘳𝘦𝘷𝘪𝘴𝘵𝘢 (𝘠𝘪𝘻𝘩𝘢𝘯) BORRADOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora