-Declaración inesperada-

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Pete era un gran chico, muy dulce y amable con todos. Él era sociable y bastante extrovertido y no temía pasar vergüenza con tal de ayudar a un amigo. Fue por eso que termino de aquella forma, caminando hacia el grupo de tres de la carrera de administración de empresas. El buffet estaba bastante lleno y todos parecían ansiosos por pasar el tiempo libre entre clases comiendo y charlando con amigos y compañeros.

Varias miradas cayeron sobre él, no era nuevo en realidad, su personalidad enérgica lo había llevado a unirse al equipo de natación y baile de la universidad, cosa que le gano una pequeña fama en la misma.

Con una sonrisa en su rostro avanzo a la mesa del trio, vio como la conversación entre ellos continuaba y aprovecho la corta distancia para echar una última mirada a su amigo. Porchay estaba de pie junto a la puerta, se asomaba un poco para verlo, su expresión decía lo nervioso que estaba. Le sonrió con confianza tratando de animarlo, estaba seguro de que el chico aceptaría a su amigo ¿Quién no lo haría? Chay era el chico más tierno y lindo que conocía, solo un tonto lo rechazaría. Volviendo su vista hacia la mesa a la que se dirigía y se sorprendió al ver la mirada de todos sobre él. La forma en que el chico en medio de la mesa –aquel a quien iba a ver en verdad- lo incomodo un poco. Sus ojos eran penetrantes, intensos, parecía estar evaluándolo con aquella felina mirada.

Se detuvo delante de la mesa con la mirada de ellos sobre él, tomo una corta respiración y sonrió, viendo de uno a otro.

-hola, disculpen que interrumpa su almuerzo, solo quería entregar algo y me voy- tomo la carta que su amigo le había entregado momentos antes y la estiro hacia el chico de cabellos castaños - esto es para vos – el chico miro su mano y luego a él, no se movió ni dijo nada, solo lo observo- ¿Podrías...?

-¿Cómo sabes que eso es para mí?

-¿Eh?- Lo vio cruzarse de brazos y enarcar una ceja.

-dijiste que es para mí ¿Cómo lo sabes? – una ligera sonrisa podía verse en sus labios, Pete se sintió un poco incómodo por eso, se suponía que solo entregaría el papel y se iría.

-mi amigo me la dio, él quiere...

-¿Y él sabe quién soy, vos lo sabes?- Pete asintió, sus ojos no se apartaban del chico- ¿Quién soy?

-¿Eh?

-dijiste que lo sabias, decime ¿Quién soy?

-Vegas Theerapanyakul de tercero de Administración –soltó como si recitara, su amigo lo había mencionado al menos media docena de veces. El chico amplio su sonrisa inclinándose contra la mesa.

-¿Y vos sos?

-¿Yo?- El chico asintió haciéndolo sentir aún más confuso.

-sí, vos- Soltó al notar que el chico no decía nada- ¿Cómo te llamas?

-Pete...- El contrario se quedó viéndolo como si esperase que dijera más, seguramente su apellido, pero él no lo hizo.

-bien, Pete - Descruzo sus brazos y volvió a sonreír, sus ojos nunca lo dejaron- ¿Qué quiere tu amigo?

-¿Mi amigo? – repitió confuso.

-sí, el de la carta- señalo hacia el papel en manos del pelinegro antes de volver a verlo- dijiste que era para mí ¿Qué es, una declaración o algo así?

-bueno...- Bajo su mano consciente de que el contrario no aceptaría el papel solo así- mi amigo Porchay quiere, bueno...

-¿Si?

Pete suspiro deseando que Chay no lo matase por eso.

-le gustas y quiere saber si saldrías con él, es un buen chico, lindo y divertido, te lo aseguro.

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