-Aura-

1K 114 9
                                    



Hay un rumor en las calles de Bangkok, un misterioso hombre aparece en las noches, busca una presa, busca una víctima. El elegido será mordido, la extraña marca adornara su cuello, y solo...por ese efímero momento, sentirá el mayor placer de su vida....

-

Pete estaba en aquel exclusivo bar, no sabía porque se había decidido por ir, la idea solo llegó a su mente. Seduciéndolo. Provocándolo. Él debía ir. Delineador negro en sus ojos, una camisa de seda azul en su cuerpo y aquellos ajustados jeans negros. No estaba queriendo provocar, pero algo en su mente lo instaba a verse de esa forma. Los amigos con los que había llegado no paraban de elogiarlo, sus miradas, al igual que las de muchos de los hombres del lugar, recorrían su cuerpo. Él sabía que no había un vínculo real con aquellos hombres que lo habían invitado, pero la única oportunidad de estar ahí era con ellos. Fue por eso mismo y el desconcertante deseo en sus ojos que opto por alejarse. Ese día algo en su persona lo hacía sentir distinto, errático, como si repentinamente se hubiese convertido en un luminoso foco y todos a su alrededor se sintieran tentados con él.

<Eres perfecto, todos lo ven>

Ahí estaba de nuevo, esa extraña voz en su mente que él se negaba a creer propia. Era como si alguien metiese esos pensamientos allí, llenándolo de autoestima y confianza.

<Te ves increíble, delicioso>

Trato de no prestar atención a ello, por algún motivo, sus últimos días se habían sentido así; extraños.

<Ve a bailar, necesitas bailar>

La voz en su mente lo incentivaba, después de tomar coraje con una trago transparente se movió hacia el centro de la pista. Las miradas estaban sobre él, podía sentirlas, pero cuando intentaba ver a su alrededor parecía pasar desapercibido. ¿Estaba volviéndose loco?

<Mueve tu cuerpo>

Sintiendo ese pensamiento como una orden alzo la cabeza dejando que la adictiva melodía lo llenase, su cadera comenzó a moverse hacia los lados de forma sutil, sus manos alzándose al ritmo de la melodía. Con cada segundo la idea de bailar desinhibido lo envolvía más, quería sentir que estaba solo, que nadie podía verlo, solo así podría dejarse llevar de verdad.

<Nadie te ve, sos libre>

Con una confianza renovada alzo sus manos dejando que recorran los costados de su cuerpo mientras llegaban sobre su cabeza, el peso de las miradas se volvió más pesado, pero por alguna extraña razón eso ya no lo asustaba, incluso, lo encendía. Sus ojos se cerraron mientras sentía como sus caderas ganaban un poco más de velocidad, con sutiles movimientos hacia atrás dejaba que su cuerpo se balancee más libremente. La adictiva canción parecía eterna, todo en él se despertó y cada sensación, cada aroma, cada sonido se acentuó.

<Hermoso. Perfecto>

Las palabras se oyeron como un gruñido, la repentina sensación de una intensa mirada sobre él le hizo bajar la cabeza, sus ojos se abrieron mientras sentía sus manos tocarse sin timidez. Estaba siendo osado, su cuerpo moviéndose de manera atrayente, sensual, ese no era él.

<Lo eres>

Sus ojos buscaron algo, a alguien, no estaba aseguro de cómo lo sabía, pero podía hacerlo. Ese extraño cosquilleo lo recorrió, toda su espalda pareció vibrar, la ligera sensación llegando a la parte de atrás de su cabeza. Se giró de repente, su cuerpo congelado.

Allí, en medio de toda la gente que bailaba y disfrutaba del roce de sus cuerpos él pudo verlo. Cabello castaño, jeans y remera negras que hacían juego con una campera de cuero. No era su atractivo y obvio trabajado cuerpo lo que captaba su atención, tampoco sus perfectos y afilados rasgos, no, eran sus ojos. Estos eran negros, profundos y llenos de advertencia. No sabía cómo podía verlo con la poca iluminación de aquel lugar, pero lo hacía y por un breve momento se quedó petrificado.

Beat of your heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora