Capítulo 11

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¿Cómo iba a decirle a HoSeok que su novia es la mujer más odiada por los hombres de dinero?

Y que probablemente también ande detrás de la fortuna de mi amigo. Él tiene una gran herencia de su abuelo, incluso de terrenos en otros países.

Además él ha invertido muy bien su dinero en negocios importantes, por lo que genera dinero suficiente para alimentar 40 familias cada mes.

Razón por la que puede vivir en un departamento en la zona más cara.

Incluso si todo el camino en taxi, pensé la manera de hablar con HoSeok, ahora no tenía una sola idea de cómo hablarlo. Pero tampoco quería parecer feliz con él, porque la verdad aun estoy molesto por haberse alejado.

Habían pasado dos semanas desde que decidí irme del lugar. Y desde la última vez que lo vi. Solo tengo una extensa lista de llamadas perdidas y mensajes de su parte. 

Frente a la puerta, decidí tocar el timbre y no introducir el código.

En parte porque tengo miedo de encontrar un código diferente.

HoSeok apareció en mi campo de visión y se sorprendió al verme, al igual que yo me sorprendí al ver los primeros botones de su camisa abierta y el cabello desordenado. Algo poco común en Jung Perfecto HoSeok.

Sin saludarlo, entré —Espero no interrumpir tu vida, solo vengo a recoger lo último de mis cosas... continúa, no me importan los ruidos.— por si se trataba de interrumpir su sesión de sexo heterosexual.

Continué por el conocido pasillo de entrada, que sigue siendo tan acogedor a pesar de la rota relación que tengo con el dueño.

Avancé solo unos pasos, sin siquiera lograr llegar a la esquina donde dobla el pasillo, decorada en la parte inferior con varios Bearbricks de Kaws. Esa fue la vista con la que quedé, mientras sentí los brazos de HoSeok envolverse alrededor de mi cuerpo incluso aprisionando mis brazos, y apretarme contra su pecho.

Su pecho rozando mi espalda.

Su barbilla se apoyó en mi hombro y reposó el costado de su rostro contra el mío. Apreté mi abdomen y contuve la respiración, mis latidos fueron demasiado evidentes para ambos, pero no me importó; quería seguir sintiendo a HoSeok como nunca antes lo había hecho.

Cerré los ojos con fuerza y esperé a lo que él quería hacer, si quería hablar, lo iba a dejar. Como dijo el señor Choi.

—No te encontré en tu apartamento.— me apretó más a su pecho y sus brazos se cruzaban sobre mi pecho. El tono de su voz era como un reproche y al mismo tiempo decepcionado por mi huida.

HoSeok también sabe el código de la puerta de ese departamento, que no puedo llamar mío, nunca lo sentí así.

Solo el apartamento en el que me encuentro, se siente como mi verdadera casa.

—Estaba escondido en el closet.— susurré, cerrando los ojos. Disfrutando de ese momento, donde sentí su cuerpo grande cubriéndome por detrás y casi reclamándome.

—Te he extrañado.— confesó con sus labios rozando mi mejilla y tuve que ahogar un gemido, demasiado extasiado y absorto en el momento, que fue roto por una asquerosa voz al final del pasillo, proveniente de la sala.

—Hobi, ¿Quién era?— su tono chillón y mimado, me dieron escalofríos.

Abrí los ojos y de inmediato empujé lejos a HoSeok, lo volví a ver, con mi mirada cargado de odio. ¿Estaba jugando conmigo y con ella?

¿Qué mierda está sucediendo? Aunque él también parecía sorprendido y desorbitado.

—Eres lo peor.— susurré con mucha molestia en mi voz. Mi garganta dolió con un nudo de llanto contenido.

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