Capítulo 4

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Fingí caminar con naturalidad desde el taxi, hasta el ascensor. Cuando estuve dentro y sólo, tomé la barandilla metálica y sobé inútilmente sobre mi espalda baja, como si eso fuera a aliviar lo que dolía en realidad.

Al abrirse las puertas, estuve a un segundo de chocar con el pecho de HoSeok. Con quien básicamente vivo, y la última vez que lo vi, fue hace dos semanas.

—Wow, ¿A dónde vas con tanta prisa?— le pregunté, viendo su traje de vestir de ese día y su cabello bien peinado.

—Al trabajo, hoy tengo mucho que hacer, nos vemos luego.— entró al ascensor y yo me quedé dentro mirándolo por unos segundos —¿Vas a bajar?— preguntó. Parecía diferente, como si estuviera deseando no verme la cara.

—Me alegra que estés bien, yo estoy excelente, gracias por preguntar.— respondí con mucha ironía.

Y salí a paso lento sin poder evitarlo, pero no mostré nada de lo que sentía. El maldito dolor me estaba matando, pero no iba a quejarme demasiado —¿Qué sucede? ¿Te sientes mal?— escuché su voz.

—Jodido Lee.— fue mi respuesta y continué caminando por el cortó espacio hasta su puerta. Las puertas metálicas avisaron que se iban a cerrar, pero él no dudó en detenerlas y salir.

—Ven.— pasó un brazo por detrás de mi espalda y otro detrás de mis rodillas, alzándome —No vayas más.— dijo, volviendo a su departamento e indicándome que colocara el código.

—Puedo caminar, HoSeok, lo hice para tomar el taxi y luego al bajarme de él.— sabía que lo que pedía era inútil, pero al menos debía mantener un poco de mi dignidad. Si quedaba algo al menos.

—No es la primera vez que pasa esto, y ya sabes lo que pienso, y lo que voy a hacer y decir... ¿Nos ahorramos la discusión?— sus palabras fueron autoritarias, a pesar de que había hecho la pregunta.

Soy el malcriado y el mimado, todo el tiempo. Pero cuando se trata de dar órdenes, ese puesto es de Jung HoSeok.

Hice un puchero y esperé hasta que fui dejado en el sofá individual que adorna la habitación que tomé hace mucho tiempo del departamento de HoSeok. Sobre la cama no iba a colocarme, él sabe lo sucio que me siento luego de cada encuentro.

—Ya puedes irte, yo me encargo de aliviarme, la última semana lo he logrado solo.— le dije, casi como reprochándole.

—¿No fui claro con que nos ahorremos la discusión? Y deja de intentar reprochar las cosas de manera tan obvia.— fue a mi closet y sacó de las gavetas uno de mis pijamas favoritos.

—Lo hice obvio al propio, eres un pedazo de...— me detuve cuando lo vi salir de la habitación sin prestarme atención —...de hombre que me hace extrañarlo.— terminé susurrando a la vacía estancia.

No tardó demasiado y regresó con algunas cosas que ya conozco.

—Te dejo la crema aquí, es lo único en lo que no puedo ayudarte... aquí está la pastilla desinflamatoria y el agua; asegúrate de tomarlo para que el dolor y la inflamación, disminuyan desde adentro.— dejó todo en mi mesita de noche y luego se acercó al sofá, colocando sus manos en los reposabrazos a cada lado; casi como si quisiera intimidarme con su cuerpo sobre el mío y su penetrante mirada —¿Puedes por favor alejarte de una vez por todas de ese hombre? ¿De qué sirvió gastar mi tiempo en realizar las cláusulas de ese contrato, si no ibas a darte a respetar? Las escribí para que se cumplieran, no para que tú mismo dejes que les pasen por encima.— bufó molesto y su mandíbula estaba demasiado apretada, mostrando los músculos a través de la piel de sus mejillas y quijada.

Mi corazón estaba palpitando demasiado deprisa, y eso nunca había sucedido. ¿Por qué mi cuerpo se sintió vivo y caliente, al tenerlo cubriéndome de ese modo?

Puse mis manos en su pecho y después de unos segundos lo empujé —No sé con qué derecho estás haciendo eso, pero no vuelvas a tratarme así, no soy un niño en el que debes imponer respeto.—

Vi el cambio en su actitud, incluso su mirada cambió, anteriormente parecía cegado por algo diferente y ahora volvía a ser el mismo HoSeok de siempre. Demasiado serio y reservado en todos los aspectos.

Bufó molesto aun, con su dura mirada en mi, hasta que se giró y salió de la habitación. Pensé que volvería con algo más, pero luego escuché la puerta de entrada de la casa, ser abierta y luego cerrada.

No me había dado cuenta lo tenso que estaba, hasta en el momento donde me eché para atrás y me hundí en el sofá. Me cubrí la cara con una mano y la otra fue a mi corazón.

¿Qué mierda fue todo eso?

[...]

La noche llegó y con ella, no llegó HoSeok. Esperé hasta las once, y luego hasta las doce y cuando me di cuenta que realmente no vendría, me fui a dormir.

Creí que era necesario hablar, luego de la pequeña discusión de la mañana, pero al parecer a él no le importaba tanto y yo era el único que se carcomía la cabeza sintiéndose arrepentido por ser malagradecido con sus cuidados.

Me cubrí hasta la cabeza con la colcha y me encogí en mi lugar, hasta que escuché la puerta de entrada ser abierta. Lancé lejos la colcha y me levanté rápido hasta salir y encontrar a HoSeok a medio camino, en la sala de estar.

—¿Qué haces despierto a esta hora?— cuestionó, viéndose cansado.

—No estaba esperándote, eso claramente.— rodé los ojos.

HoSeok se sacudió el cabello, despeinándose y alzó sus hombros en un gran suspiro —Escucha, JiMin, estoy bastante cansado para escuchar tu tono mimado ahorita, si quieres hablar hagámoslo mañana cuando tenga un poquito más de capacidad para soportarte.— intentó avanzar, pero lo detuve por el brazo.

Lo miré por primera vez con sinceridad, con el ceño fruncido y mostrando que yo también tengo sentimientos —¿No estás siendo demasiado duro conmigo? No te he hecho nada, tú empezaste esta mañana... y ahorita estaba esperando porque quería disculparme por si había hecho algo malo.—

Se giró y tomó mi mano que anteriormente estuvo en su brazo. Dio un apretón —Hablemos mañana, estoy cansado y no quiero decir nada para herirte, ¿De acuerdo? Sabes que eres importante para mi.—

Me soltó y se fue directo a su habitación.

Nuevamente estaban ahí los latidos, rápidos y extasiados por la cercanía de HoSeok.

[...]

La mañana llegó, y al salir de mi habitación descubrí que HoSeok había salido temprano.

Y entonces me pregunté ¿De qué se supone que íbamos a hablar de todas formas?

Estaba usando eso como excusa para tenerlo un rato para mi en las mañanas. Ya no habíamos vuelto a encontrarnos, ni a disfrutar un café con una tostada.

¿Lo habrán ascendido y pasa más ocupado?

•••

Fear.

Like Crazy | HopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora