The Good and the Evil

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Tenían clases aquella mañana. Wednesday había sido arrastrada allí por Enid, quien le había convencido tras mencionar que no debían llamar la atención de Weems antes de tiempo. Faltaban treinta minutos para el break de medio día, ella se encontraba al fondo del aula de filosofía, mirando sin pestañear al profesor que iba de un lado s otro.

- ¿Estas bien, Wednesday?- preguntó Bianca, quien se encontraba en la mesa a su derecha junto a Divina. - Tienes cara de querer asesinar a alguien.

- Es solo su ánimo habitual.- comentó Enid a su lado.

Wednesday no removió su mirada del profesor, pero bajó una mano al muslo de su novia y apretó de manera distraída. Necesitaba comunicarse con su madre e investigar que exactamente estaba ocurriendo en Nevermore. No deseaba cometer los mismos errores del pasado, no podía cometer errores si deseaba mantener a sus aliados con vida.

- Willa, respira...- susurró su novia colocando una mano sobre la que ella tenía en su muslo. Wednesday aflojó el agarre, percatándose de que había apretado con tal fuerza que seguramente había dejado una marca momentánea en la piel de la loba.

La situación de Eric, la extraña actitud de Yoko y las miradas sospechosas de Weems la tenían algo nerviosa aunque jamás lo admitiría ante los demás. ¿Y si nuevamente se equivocaba como cuando pensó que Xavier era el villano? No debía equivocarse, había mucho en juego.

Abandonó el aula lo más rápido que sus piernas le permitieron luego de indicarle a Enid que le viese en treinta minutos en la colmena. Los pasillos estaban repletos, los alumnos mas ruidosos que de costumbre y sólo cuando llegó a la habitación Ofelia encontró algo de silencio.

- Asegura la puerta.- le indicó a Thing.

Arrojó su mochila al suelo, cerró las cortinas con brevedad y se deslizó hacia la bola mágica para contactar a sus madre.

Pasaron dos minutos antes de que hubiese una respuesta.

- ¡Querida, que sorpresa!- Morticia le sonreía del otro lado del cristal. - ¿Se encuentra nuestra lobita contigo?

- No utilices diminutivos en Enid...- solicitó la pelinegra inexpresiva. - Me encuentro sola.

- ¿Han discutido, pequeña? ¿Necesitas consejo para pedirle disculpas?- interrogó Morticia preocupada.

- Esta llamada no tiene relación alguna con Enid. Tengo que consultarte sobre posesión de espíritus.

La mirada de su madre brillo.

- ¿Acaso hay un espíritu molestándole, mi nube oscura?

Wednesday podría haber rodado los ojos si no supiese que hacer esto sería una completa pérdida de energía. En su lugar, procedió a explicar lo ocurrido, el encuentro con Eric, la actitud de Weems, el asesinato en el área sur, el fuego. Su madre estuvo en silencio la mayor parte del tiempo, mirando pensativa en su direcion, pero sin interrumpirla.

- No creo que estén poseídos. Para poseer un cuerpo, el espíritu debe habitar este y a menos que el espíritu se encuentre divido es imposible habitar más de una persona a la vez. - habló Morticia cuando finalmente la pelinegra terminó se relato.

Wednesday asintió, debía haber considerado aquello, era algo básico.

- Entonces los está controlando de otra manera.- murmuró la pelinegra.

- Hay plantas con propiedades de control mental, incluso hechizos antiguos. - comentó la mayor pensativa. - Si tuviésemos una muerta de saliva de este joven podríamos decidir si se está utilizando alguna planta.

A Tell of Woe  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora