Bad girl | Jenlisa

Capítulo 8

⊱ Dudas y verdades

—Minnie. —murmuró la omega, sintiendo cómo rápidamente Lisa se alejaba de ella.

—Hola, Jennie unnie. —contestó con incertidumbre.

La pelinegra se acercó hasta Minnie, obstruyendo su vista que se dirigía bobamente a la omega.

—Estuve buscándote, Lisa. —intentó mirarla a ella. — Creí que me habías dejado.

—Ah, mierda no. —chasqueó la lengua. — Solo olvidé decirte que tengo una estúpida sanción que cumplir al final de clases por algunas semanas. Lamento eso.

—Oh, entonces... ¿Me quedo a esperarte?

—No, no es necesario. Ve avanzando que yo tardaré un poco.

—¿Segura? —miró de reojo a la omega que seguía quieta a unos metros de distancia. — Yo puedo ayudar a-

—Dije que no, Minnie. —interrumpió ahora con más fastidio. Haciendo que la mencionada optara por solo asentir.

—Uhm, está bien. Nos vemos en casa. —ladeó su cabeza para mirar a la rubia. — ¡Adiós unnie! —La aludida sonrió, agitando una de sus manos.

—Sí, adiós. —contestó Lisa de mala gana y la tomó por los hombros hasta salir al pasillo.

Al estar frente a frente, la alfa menor la miró por última vez con algo de recelo, y es que la situación en la que la encontró con la omega que le gustaba había sido demasiado extraña. ¿Qué hacía su prima tan cerca de Jennie?

—Nos vemos luego, ve con cuidado a casa.

La pelinegra solamente asintió, volviendo de nueva cuenta al salón sin mirar atrás por última vez. Al entrar, vio que la omega seguía limpiando, por lo cual soltó un bufido medianamente sonoro y llamando su atención.

—Bien, haré el estúpido trabajo. —esta vez ya no se acercó pero su mirada era fija y seria. — Pero mientras más rápido terminemos, más tiempo tendré para no mirar tu cara. Así que hazme el favor.

—La agradecida seré yo, si colaboras sin rechistar será mejor para ambas. —se cruzó de brazos. — ¿Estás de acuerdo?

Lisa resopló, terminando por asentir pesadamente.

—¡Ah, al fin! ¡Creí que tendría que hacerle una ofrenda a los Dioses! —se expresó exageradamente, escuchando un leve gruñido por parte del alfa. — Ya, ok niña, cálmate. Mañana empezamos.

Lisa rodó los ojos con hastío y luego tomó la escoba, empezando a barrer rápidamente. Mientras ella le daba la espalda, Jennie sonreía victoriosa.

A la pelinegra no le importaba dejar sola a la omega, ella solo terminaría con su parte del aseo y se largaría a su aburrida casa por la cena familiar.

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Minnie se encontraba resolviendo algunos ejercicios de trigonometría en la habitación de su prima. Habían pasado casi dos horas y este no volvía a casa. ¿Sería por acompañar a Jennie?

—No, basta. —murmuró mientras agitaba su cabeza, algunos pensamientos la aturdían después de lo que había visto frente a ella en el vacío aula.

Guardó todas sus cosas y se lanzó a la gran cama, quitándose los lentes y soltando un suspiro. No pasó mucho para cuando la puerta se abrió bruscamente y una mochila fue aventada a su lado.

Lisa tenía una lata de cerveza en su mano derecha mientras que con la otra sacudía su cabello. La menor se sentó intentando analizarla con la mirada. Si bien la Minnie tomaba y degustaba de las bebidas alcohólicas, Lisa lo hacía frecuentemente sin importar las circunstancias cuando estaba especialmente estresada o enojada.

—¿Todo bien?

—No, nada está ni una mierda de bien. —resopló, dándole un largo trago a la cerveza.

—A mi tía no le gusta que bebas eso.

—Y a mí no me importa.

—¿Qué pasa? Siempre estás de mal humor pero hoy sobrepasas el límite.

—Nada, déjame.

—¿Es sobre Jennie?

—¿Qué? —hizo una mueca de desagrado.

—Tiene que ver con ella. ¿Cierto?

—Algo así.

—Hoy estuvieron demasiado...

—Lo que viste no es nada de lo que piensas, estábamos discutiendo por el estúpido trabajo que nos tocó hacer juntas.

—¿Nada más?

—¿Crees que estaría detrás de alguien como ella? —frunció el ceño. — Por supuesto que no, ni en ella, ni en nadie. No me importan esas cursilerías.

—Yo, yo pensé que ella te gustaba.

—No, joder, no la soporto.

Minnie soltó un suspiro, veía la sinceridad en su prima así que no tenía por qué preocuparse. Nada iba a pasar entre ellas dos. ¿Verdad?

—Entonces... ¿Solo están juntas por ese castigo?

—Pues sí, ni siquiera sé cómo, pero terminé barriendo aulas y mañana tendré que verle la cara a la omega para hacer un trabajo de investigación.

—Yo puedo hacerlo por ti. —sugirió medio dudosa.

—¿Qué? ¿En serio lo harías?

La azabache asintió, sería capaz de todo por pasar más tiempo con la bonita rubia.

—Ahg, créeme que aceptaría tu propuesta pero no, quiero mostrarle a Jennie que soy capaz de hacer ese trabajo. Además, si no lo hago, es capaz de fastidiarme la existencia. Y siendo como soy, no podría controlar mi fuerza.

—Uh, entiendo. De alguna forma estaré para ayudar, solo conserva algo de paciencia. ¿Si?

—Lo intentaré. No quiero ni saber qué es lo último que harían mis padres si se enteran que tengo sanciones y menos que pude dizque lastimar a una omega.

—De seguro te manda con los abuelos a Tailandia de nuevo.

—No lo menciones, me tendrían controlada hasta para ir al estúpido baño.

—Entonces es mejor que empieces con tu proyecto.

—Sí, así será.

—Y Lisa, perdón por ser insistente pero ¿No estás para nada interesada en Jennie?

—Nicha, basta. —lanzó la vacía lata hacia el tacho de basura. — Ya te lo dije, no tengo nada que ver con esa omega.

Minnie relamió sus labios y bajó la mirada a sus manos. El silencio se instaló en la habitación por un par de segundos y Lisa ya estaba empezando a afirmar ciertas suposiciones.

—Pero a ti sí. ¿Verdad?

—¿Ah?

—A ti sí te gusta Jennie. —respondió con seguridad, mirando a la menor y como esta se contraía con cierta pena.

—Yo, l-la verdad es que, uh...

La mayor río brevemente. — Ya, no digas nada. Era obvio y no te preocupes, esa omega no estaría en mi lista nunca.

Minnie se sintió mejor y entonces le sonrió levemente, ambas escuchando el llamado de sus madres para que bajaran a cenar de una buena vez.